El paro ha pasado de 2 millones en 2008 a 4.1 millones en 2015
La pobreza y la precariedad son una foto fija en España, señala la CGT conocidos los datos oficiales sobre empleo facilitados por el Gobierno, que registran un incremento del paro en octubre de 82.327 desempleados más, para situar a España, con una tasa del 22,8 %, un mes más como el país de la UE con mayor desempleo, seguido por Grecia, con un 18,3 %.
La CGT considera que, por mucho que desde las administraciones y algunos medios se quiera presentar la ligera mejoría que arrojan las estadísticas en los meses de verano o los de diciembre y enero (temporada turística, fiestas navideñas o rebajas) como prueba de que se sale, por fin, de la crisis estructural que padecen las clases populares de España desde 2008, la realidad «es mucho más cruda de lo que nos quieren transmitir desde el poder; de hecho, hemos pasado en España de algo más de dos millones de parados en 2008 a los 4.176.369 de octubre de 2015».
Para CGT, por mucho que se argumente que siguen subiendo el número de personas afiliadas a la Seguridad Social, lo cierto es que se continúa destruyendo empleo de calidad y se dispara la contratación en precario (trabajo temporal, a tiempo parcial, en subcontratación, etc.) Se han destruido 438.900 empleos fijos y a jornada completa y el 92 % de los empleos creados son temporales.
De hecho, concreta CGT, los 151.000 contratos indefinidos firmados suponen sólo el 8,6 % del total. La subida de la afiliación en octubre debe mucho al comienzo del curso escolar, sector en el que el número de cotizantes en el régimen general creció en más de 110.000 personas. Sin embargo la Seguridad Social también notó el final de la temporada turística y vacacional: la hostelería y la sanidad perdieron trabajadores dados de alta.
Para la CGT, la situación del «mercado de trabajo» no puede ser más alarmante en España, y pone de manifiesto el fracaso de todas las reformas laborales aplicadas por los sucesivos gobiernos del PSOE y el PP, con «la firma inapreciable de la CEOE, CCOO y UGT en la gran mayoría de los casos». Reformas que, «precisamente, son las que han facilitado la salida de los trabajadores con trabajos estables y sueldos dignos, para ser sustituidos por jóvenes sin apenas derechos y con sueldos tan bajos que, en la práctica, suponen no salir de la pobreza aunque se tenga las ‘suerte’ de conseguir firmar un contrato».
Frente a esta «funesta política de gobiernos, patronos y sindicalismo mayoritario», la CGT sigue apostando por medidas de reparto y solidaridad, tales como la reducción de la jornada laboral, el adelanto de la edad de jubilación, la reducción drástica de los contratos temporales o la prohibición de las horas extras.
