Esta película no ha envejecido. Veinte años después, el encanto de Jurasic Park se mantiene intacto, sin una sola arruga
Veinte años después de su estreno nos encontramos con un nuevo film, ahora en 3D, que una nueva generación va a poder por primera vez mientras que la que asistió a la versión inicial de 1993 podrá reencontrarse con una de las obras más impresionantes de Spielberg, en un envoltorio completamente nuevo. Como un broche suficientemente digno de un verano que no ha brillado precisamente en grandes estrenos cinematográficos (si excluimos La mejor oferta, de Tornatore, candidata de momento a la mejor película del año), Parque Jurásico en 3D llega a las pantallas españolas el 23 de agosto de 2013.
Es difícil, porque en estos veinte años las distintas cadenas de televisión la han programado hasta la saciedad, pero siempre es posible que todavía quede alguien que no la ha visto. Para ellos, esta sinopsis: Un axioma muy sabio asegura que conviene no despertar a la fiera dormida. Algo así es lo que tenían que haber pensado el excéntrico millonario Hammond y su equipo de científicos (un tanto pirados) antes de poner en marcha, en la remota isla Nublar, un programa de clonado de dinosaurios a partir de una gota de sangre encontrada en un mosquito fosilizado, con el que consiguen dar vida a una decena de variados ejemplares de animalitos que pasan de la tonelada, algunos con muy malas intenciones. Lo mismo que el informático del equipo de sabios.
Lo que ahora se puede ver en los cines es el Parque Jurásico de siempre en, pero en relieve; aunque no solo eso. Ahora que se está poniendo de moda reconvertir al 3D películas más o menos “antiguas” que triunfaron en su época, hay que decir que pocas como ésta aceptan la transformación; pocas como Parque Jurásico contaban ya de entrada con impresionantes decorados de jungla rabiosa y algunos efectos especiales en los que animales y plantas recuperan ahora la tercera dimensión que sin duda les faltaba en la proyección original. En Parque Jurásico funciona la magia del 3D, lo que no puede decirse de todos los proyectos similares.
Hace veinte años, un maduro Steven Spielberg, que acababa de conseguir su primer Oscar con La lista de Schindler, empezó a popularizar los dinosaurios entre el público más joven que los incorporó a su lista de mitos y peluches para dormir, junto al tradicional oso Teddy y el más moderno Rabbit. Jurasic Park tuvo suficientes secuelas como para mantener la moda durante varios años, en vísperas del tercer milenio, fecha que añadía un plus de encanto al reencuentro con esos animales que, a pesar de haber sido bien reales, forman parte también del imaginario de varios generaciones, literalmente encantadas durante las dos horas de una película a la vez emocionante, lúdica y masoquista (no hay que despreciar la dosis de miedo real que todavía puede provocar alguna de sus escenas).
Feliz aniversario, pues, para Spielberg, T-Rex, braquiosaurios y otros animales, árboles y plantas gigantescas de nuestros mejores sueños y pesadillas.