El consejo municipal de West Hollywood, barrio de Los Ángeles donde se encuentra el célebre Paseo de la Fama, ha aprobado por unanimidad una resolución pidiendo que se retire la estrella que le fue concedida a Donald Trump en 2007, cuando el actual presidente de Estados Unidos presentaba en la televisión el programa “The Apprentice”. El Consejo ha decidido que no vale la pena seguir pagando los gastos de su conservación.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca su estrella, símbolo del éxito en el mundo del espectáculo, ha sido objeto de diversos ataques e intentos de destrucción. El último en julio de 2018 cuando un hombre la destruyó con un pico. En el verano de 2016, un artista callejero sepultó la estrella del ultraconservador republicano bajo pequeños tabiques de 15 centímetros.
West Hollywood, un barrio famoso por su vida nocturna y por albergar una importante comunidad LGTBI, reivindica continuamente su carácter tolerante y sus valores progresistas y se opone a las decisiones políticas y al comportamiento habitual de Trump, entre otras cosas por la forma “en que trata a las mujeres”, como ha subrayado el canal BFMTV, y las acusaciones de agresión sexual que pesan sobre él.
La decisión de la retirada de la estrella ha quedado ahora en manos de la Cámara de Comercio que en 2015 se negó a retirar la del cómico Bill Cosby después de que fuera condenado por agresión sexual.