Perfiles de inversores en la Bolsa de valores

La Agencia Europa Press ha identificado diversos perfiles de inversores en la Bolsa de valores, entre ellos el fundamentalista que establece precios objetivos; el técnico, que basa sus decisiones en el estudio del gráfico de la cotización; o el mirapantallas, que no pierde de vista la cotización de sus valores.

El fundamentalista

Sus decisiones a la hora de invertir se basarán en el Análisis Fundamental, por lo tanto recopilará cuidadosamente estadísticas económicas, informes sobre las diferentes empresas, interpretará y evaluará diferentes escenarios y en base a toda esa información establecerá un precio objetivo para el valor.

El mayor problema al que se enfrenta, es que mientras espera que el valor alcance su precio objetivo, las bases sobre las que fundamentó su análisis pueden cambiar radicalmente debido a detalles que ni el más avezado de los analistas habría sido capaz de predecir.

El técnico

Este inversor basa sus decisiones de inversión en análisis técnicos, es decir, en el estudio de los gráficos de las cotizaciones. De esta forma el analista técnico piensa que toda la información se encuentra reflejada en los gráficos y a través de ellos va a ser capaz de predecir no sólo los movimientos de la próxima semana, sino también los de los próximos años.

Este tipo de inversor puede llegar a ganar mucho dinero si es capaz de identificar la tendencia del mercado en cada momento y además con muy poco esfuerzo, ya que el estudio de gráficos no lleva demasiado tiempo. El problema suele ser que gran parte de los analistas técnicos llegan a una determinada conclusión (hay que comprar o que vender) basándose en un cúmulo de acontecimientos que poco tienen que ver con los gráficos y luego intentar dibujar en el gráfico, las líneas que apoyan la conclusión a la que habían llegado previamente.

El mirapantallas

Es el clásico inversor que se pasa un montón de horas cada día delante de un ordenador, sin perder de vista la cotización de sus valores. Además de ver la evolución minuto a minuto de sus valores, se fija en el volumen de operaciones, en quién compra y quién vende y en cuándo lo hace.

En una época alcista de bolsa puede llegar a ganar mucho dinero, sobre todo en las operaciones intradía, pero el problema es que al cabo de unos años, el estrés y los nervios le acaban pasando factura, por lo que termina más quemado que el palo de un churrero y tiene que parar.

El negociante

A este tipo de inversor nunca le gustaron las matemáticas ni la estadística, ya que piensa que no valen para nada y menos para ganar dinero. No es un alquimista ni un incrédulo. Su método consiste en una combinación de espionaje económico-fudamental y de interpretación de los gráficos.

Si el negociante se conoce a sí mismo y sabe lo que son sus métodos, puede ser el que más ganancias obtenga dentro del mercado. Si por el contrario, es incapaz de combinar e interpretar la diferente información de la que dispone, puede terminar siendo víctima de su propia psicología y puede acabar en la ruina.

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