La policía eslovaca ha detenido este 27 de septiembre de 2018, siete meses después de los hechos, a un número indeterminado de personas, ocho según los medios locales, sospechosas de haber participado el pasado febrero en el asesinato del periodista Jan Kuciak y su novia Martina Kusnirova, cuando estaba investigando unas supuestas relaciones entre el partido en el poder y la mafia calabresa, según la información publicada por Nelly Didelot en el diario francés Libération.
Según el semanario checo Respekt, se ha podido detener a los sospechosos gracias a las fotografías tomadas por un satélite estadounidense que sobrevolaba la zona en el momento en que se cometió el crimen. Aunque la policía no ha dado detalles sobre los detenidos, se supone que se trata de sicarios.
Jan Kuciak, de 27 años, considerado uno de los mejores periodistas de investigación eslovacos, quien trabajaba en el periódico digital aktuality.sk, fue asesinado con su pareja el 21 de febrero de 2018, en su domicilio, a medio centenar de kilómetros de Bratislava, cuando estaba investigando las supuestas relaciones del partido socialdemócrata en el poder, SMERD-SD, con la mafia calabresa, gracias a las cuales conseguía desviar subvenciones europeas.
A título póstumo, aktuality.sk publicó su último artículo, en el que denunciaba a altos responsables políticos, e incluso al primer ministro de entonces, Robert Fico. En marzo, el fiscal reconocía que probablemente Kuciak había sido asesinado por sicarios, víctima de un “contrato”, probablemente a causa de su trabajo.
Los periodistas eslovacos consideran que el asesinato fue en represalia por su trabajo. Un año antes, en 2017, Jan Kuciak denunció haber recibido amenazas de Marian Kocner, un empresario cercano a la mafia local, sin que la policía decidiera investigarlas.
Tras varias semanas de crisis y la presión de las mayores manifestaciones en el país desde la caída del comunismo en 1989, denunciando la corrupción y el escaso interés de las autoridades en el asesinato del periodista, a primeros de marzo presentaron su dimisión el ministro del Interior, Robert Kalinak, y el director de la policía; dimisiones a las que siguió la de Robert Fico, el 15 de marzo, quien ya en 2016 había protagonizado un enfrentamiento con los periodistas, a los que calificó de “prostitutas antieslovacas”.