El pasado 30 de enero de 2019 se ofició en Roma el cierre de la campaña de recogida de firmas para promover la candidatura de Domenico “Mimmo” Lucano y el pueblo calabrés de Riace al Premio Nobel de la Paz “como símbolo de acogimiento solidario y de integración”.
Entre las firmas recogidas, respondiendo a una iniciativa del periódico Left –órgano de expresión de una red de organizaciones de la sociedad civil, oenegés y ayuntamientos- están las de 1300 asociaciones, 2400 docentes universitarios y casi 100 000 ciudadanos de toda Europa.
Mimmo Lucano, alcalde Riace, detenido y destituido el 3 de octubre de 2018 por orden del ultraconservador y xenófobo ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, y después obligado a exiliarse en un pueblo vecino por “organizar matrimonios de conveniencia” entre migrantes y vecinos del pueblo y para “impedir la reiteración del delito de favorecimiento de la inmigración clandestina”.
Hace veinte años, Lucano puso en marcha en el pequeño pueblo de Riace un programa de acogida de migrantes que, durante tres legislaturas y con fondos gubernamentales mayoritariamente procedentes de la Unión Europea, creó la cooperativa “Città Futura”, una iniciativa que dio origen a una escuela y proporcionó trabajo a cientos de migrantes llegados a las costas italianas en busca del sueño europeo, en una localidad que se había quedado prácticamente vacía porque una cantidad considerable de sus familias habían emigrado a América en los primeros años del siglo XX y nunca regresaron.
“El modelo, que ha puesto en contra de Lucano a la mafia y al estado italiano- escribía la revista estadounidense Fortune en 2016, cuando seleccionó al alcalde de Riace entre los “30 hombres más influyentes del mundo”- se está estudiando como posible solución a la crisis de los refugiados en Europa”.
El 14 de octubre, los doscientos migrantes que permanecían en el pueblo viviendo en las casas restauradas de los antiguos habitantes cedidas por la alcaldía, y trabajando en la recogida de basuras y en distintas cooperativas artesanales propiciadas por el alcalde Lucano, un excomunista de sesenta años que fue elegido para el cargo por primera vez en 2004, fueron obligados a abandonar el municipio y a trasladarse a centros oficiales de acogida.
Domenico Lucano, nacido en Melito di Ponte Salvio, el pueblo más meridional de Calabria y de la Italia continental, también ha sido emigrante y siempre ha militado en la izquierda local ( “Mimmo Lucano e il modelo Riace”, Tiziana Barillà, Editorial Fandango 2017): “Lucano es también un emigrante, un inmigrado de regreso. En aquel pueblo, en plena agonía, primero como simple activista y ciudadano, después como alcalde desde el 2004, ha visto en los prófugos aliados para reabrir espacios de convivencia y acogida para todos. El modelo Riace es un modelo de convivencia universal, los beneficios son para todos (…) Riace está administrado como un bien común”.
La primera vez que llegó a Riace un grupo de refugiados fue en julio de 1998, cuando un velero que había partió de Turquía llevando a bordo 66 hombres, 46 mujeres y 72 niños, embarrancó a quinientos metros de la costa de Riace Marina (la estación balnearia del pueblo). Aquellos desesperados eran iraquíes, turcos y sirios, todos kurdos que huían de la persecución política. “Fue entonces cuando empezamos a soñar –dice Lucano en el libro- ¿Y si estos prófugos nos ayudaran a despertar el pueblo, si gracias a ellos las calles recuperar la vida?” Aquellos primeros refugiados se albergaron en una estructura de la iglesia; al año siguiente Lucano fundó la asociación Città Futura, inspirada en la utopía de Tommasso Campanella (“La Città del Sole”) y dedicada a acoger refugiados.
En la conferencia de prensa organizada para presentar las firmas recogidas, el alcalde Lucano definió su situación como un símbolo de cómo “este país se está precipitando en el odio, la tristeza y la maldad”. El origen de la campaña se encuentra en una serie de artículos – “Presentamos a Mimmo Lucano como candidato al Nobel de la Paz”- publicados en Left en el otoño de 2018, con la consigna “Apoyar al ayuntamiento de Riace al Nobel de la Paz es un acto de empeño civil y un horizonte de convivencia para la propia Europa”.
Pese a la oposición frontal del actual gobierno italiano, manejado en este terreno por el ultraderechista Salvini, el ejemplo de Riace y del alcalde Lucano sigue siendo una referencia fundamental para todos los europeos que defienden la acogida de refugiados políticos que huyen de la persecución y la guerra, y migrantes económicos que intentan escapar del hambre.
Por su parte, Mimmo Lucano, a quien se ha acusado también de fraude en relación con la concesión de la recogida de basuras de Riace a una cooperativa de migrantes, acaba de participar en la puesta en marcha de la fundación “È stato il vento” (Ha sido el viento) que pretende dar nueva vida al interrumpido sistema de integración: “Es importante –ha declarado- no dejar que la idea muera. Riace es la metáfora de la resistencia de quienes no se reconocen en esta deriva de falta de humanidad y fascismo que se vive en Calabria (…) en el futuro, con esta fundación queremos relanzar la comunidad superando el vacío actual y la falta de ayuda pública (…) A pesar de lo sucedido en los últimos meses, queremos reconstruir aquel proyecto de comunidad y aquel sistema de acogimiento e integración que era excelente. Y, en lo que a mí respecta, espero poder un día regresar a Riace”. De momento, en mayo se celebrarán elecciones municipales en el pueblo a las que no puede presentarse.
El pasado 21 de diciembre de 2018, el consejo comunal de Milán aprobó conceder el título de “Ciudadano de honor” al alcalde de Riace, Mimmo Lucano, a propuesta de los concejales de izquierda, porque “ha demostrado que la migración gestionada correctamente pude ser un recurso para relanzar y hacer renacer las comunidades locales”.