Coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, este 17 de octubre de 2013 Amnistía Internacional (AI) ha hecho un llamamiento a las autoridades mexicanas para que cumplan con su obligación de garantizar el acceso a los derechos que permitan a las personas escapar de la pobreza.
De acuerdo a cifras dadas a conocer por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), más de 53 millones de personas se encuentran viviendo en situación de pobreza, de las cuales más de 20 millones se enfrentan a la pobreza alimentaria.
Amnistía considera lamentable que, pese a esas escandalosas cifras, y a los reiterados compromisos de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, la pobreza parece estar relegada a un segundo plano en las políticas públicas. Además, sorprende a la organización la continuada negativa a firmar y ratificar el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PFPIDESC). Una negativa que pone en duda la seriedad el compromiso de esta administración en el combate a la pobreza.
Este protocolo posibilitaría a las personas que sufran de violaciones a los derechos económicos, sociales y culturales, acceder a un mecanismo de investigación de carácter confidencial, que permite a un Comité de las Naciones Unidad investigar estas presuntas violaciones en el territorio de cualquier Estado que lo haya firmado. De esta manera se abriría una vía para que las personas que se enfrentan a la pobreza puedan reclamar sus derechos.
Así mismo, la organización insta a las autoridades mexicanas a no limitarse a la firma y ratificación del PFPIDESC, sino que definan estrategias efectivas para terminar con esta tragedia, estrategias que deberán contar con objetivos claros y medibles, que integren una prospectiva de derechos humanos y consideren la participación efectiva de organizaciones de la sociedad civil para su planeación e implementación.
Cruzada contra el hambre
Según Coneval, entre 2010 y 2012 el número de personas en pobreza extrema se redujo de 13 a 11,5 millones en todo el país; es decir, bajó del 11,3% a 9,8%. Por eso, supongo que se les ocurrió poner en marcha una campaña de lucha contra el hambre que consistía, básicamente, en entregar lotes de productos (despensas) a las familias más necesitadas. Pero no dijeron la frecuencia. Los ciudadanos nos preguntamos si esperan que con eso sea suficiente para que bajar los índices, o si es una forma de decirles que aguanten mientras se les ocurre alguna otra idea.
Bueno, si, Ya han hecho algo más: terminar un maravilloso informe de 42 páginas titulado Prioridades de Desarrollo Social para el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en donde se puede leer que van a implementar y/o realizar acciones en las entidades con los mayores porcentajes de población en pobreza y en pobreza extrema, en los 190 municipios en los que se concentra la mitad de la población con ese perfil. Lo mismo, quieren hacer para mejorar los ingresos por trabajo de las personas, en especial en áreas urbanas, y para evitar el abandono escolar en la población de más de 16 años.
También pretenden disminuir las cifras de carencia a los servicios de salud y mejorar los servicios (la gente pasa el día en los consultorios esperando a que les atiendan), incluidos los destinados a mujeres embarazadas. Esto último estaría muy bien para evitar el bochorno de ver en las redes sociales fotografías de mujeres dando a luz en la recepción o en los jardines de los centros médicos.
En materia de vivienda también “efectuarán acciones” para mejorar el acceso y la calidad de los servicios. Y se me ocurre pensar que no seguirán construyendo viviendas de 27 metros cuadrados, sin equipamiento ni transporte público, en zonas perdidas, y por el módico precio de 600.000 pesos de hace unos años (unos 35.000 euros)… Porque las familias, las que tienen trabajo, las menos preparadas, pueden ingresar unos 3.000 o 4.000 pesos al mes, no más; pagar el precio de esos cubículos no es tarea fácil.
Por otra parte, ya se ha demostrado que ese sistema no funciona. Un ejemplo: a una hora en coche del Distrito Federal se encuentra La Trinidad, perteneciente Zumpango (Estado de México) y allí hay 29.300 viviendas deshabitadas de un total de los 73.400 que se construyeron hace unos años. Fue el plan de Ciudades del Bicentenario que alguien alumbró en 2007. Todo un exitazo, tal y como se está viendo. Por eso, prefieren adaptar su vivienda como pueden cuando crecen las familias, aunque eso suponga vivir casi hacinados.
De todas formas el documento al que hago mención es uno más de los miles de trabajos que se publican al cabo del año que no sirven para nada, porque están llenos de realizar, efectuar, implementar… pero sin concretar nada. Y ahí se quedan, colgados en la web del organismo correspondiente.
Tras la dramática situación que viven las localidades más afectadas por los últimos acontecimientos meteorológicos, Cruz Roja y la solidaridad son los auténticos artífices de ayudar a la gente. La Cruzada contra el Hambre oficial no ha cambiado de estrategia ni ha anunciado nuevos planes.
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