Aunque los datos de pobreza en España presentan una ligera bajada respecto al año pasado, al menos el 13,8 % de la población española con estudios universitarios es pobre según los datos del 8º Informe de Seguimiento del indicador de riesgo de pobreza y exclusión social en España 2008-2017.
Con motivo del Día Internacional de la Pobreza que se celebra el 17 de octubre, el documento que ha sido presentado en el Senado por la Red Europea de Lucha contra la pobreza y la exclusión social del estado español, (EAPN-ES), se basa en la tasa AROPE.
Actualmente cerca de 13 millones de personas son pobres frente a los 11 millones de hace diez años. España entonces asumió la estrategia Europa 2020 lanzada en 2009 para reducir entre 1.4 y 1.5 del número de personas en riesgo de pobreza antes de finalizar el año que viene. Esta recuperación macroeconómica que se hace efectiva según el ejecutivo realmente está muy lejos de llegar a las personas según apunta el informe.
La reducción de la tasa AROPE es debida a la disminución del indicador de intensidad de empleo que se ha reducido en 4.3 puntos porcentuales en los últimos cuatro años y va in crescendo por el envejecimiento de la población y el aumento de la tasa de parados de larga duración.
En términos de pobreza, el informe arroja datos demoledores en cuanto a la alimentación de los españoles que no pueden permitirse comer carne o pescado dos días en semana. Familias que tienen pobreza energética y llegado el frío no pueden poner la calefacción porque no pueden pagarla; o personas que viven solo de ayudas sociales.
Estos pobres con títulos universitarios no ven salida a la crisis y siguen estudiando con becas porque no tienen posibilidad de emplearse en la carrera que han elegido. En el mismo sentido, una de cada tres personas con discapacidad presenta un factor de pobreza o exclusión, mucho más elevado que las personas que no tienen una discapacidad. Por ello, la pobreza sigue siendo una realidad en España que engloba a otros colectivos que hace años hubiera sido impensable que estuvieran marginados. Uno de cada cinco españoles viven con unos ingresos inferiores a 8.500 euros al año lo que supone el 21. 6 % de la población. El Instituto Nacional de Estadística denuncia que el 9.3 % de los hogares españoles tiene mucha dificultad para llegar a fin de mes y el 37 % no puede pagar un impresvisto. A esto se le suma el 35 % que no puede disfrutar de una semana de vacaciones y el 40 % no puede afrontar la calefacción.
La falsa recuperación económica ha arrastrado a España a una sociedad en la que existe una gran desigualdad social que favorece cuatro veces más a las personas ricas que a las pobres; es decir, el 1 % de la población tiene en su poder el 82 % de la riqueza del país. Mientras que el beneficio empresarial en el país ha crecido un 200 % el coste laboral por trabajador se mantiene estancado en cifras del año 2012. El colectivo más vulnerable aparte de la juventud, son las mujeres dado que 6 de cada 10 mujeres están afectadas por esta situación y es especialmente importante cuando han cumplido los 50 años. Los datos del paro juvenil alcanzan el 45 % mientras que los parados de larga duración mayores de 45 años se mantienen sin trabajo desde hace al menos cinco años.