Eduardo Madroñal Pedraza¹
El gobierno de António Costa incluirá en sus primeros Presupuestos de la nueva legislatura en Portugal la eliminación progresiva del copago en la atención primaria en 2020, y 2023 será el límite para el resto de las tasas en el Sistema Nacional de Salud.
En 2012 la Troika -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- impuso a Portugal medidas económicas devastadoras para superar la crisis económica. Una de las que más salvajemente golpeó a la población fue la implantación de un copago generalizado en la sanidad pública.
La Troika, a través de sus “hombres de negro” instalados en Lisboa, implantó el copago en todos los servicios sanitarios, por lo que los portugueses tienen que pagar cinco euros por cada consulta en el centro de salud, diez euros por acudir al especialista, y entre veinte y cincuenta euros por la atención en Urgencias.
Ante la movilización popular el gobierno conservador de Coelho tuvo que suprimir las tasas para los sectores más gravemente dañados como los enfermos crónicos, los niños menores de doce años de edad, las embarazadas y parturientas, y las familias con ingresos inferiores a los 628 euros mensuales. Posteriormente se añadió a las personas con una incapacidad superior al 60 %, los enfermos trasplantados, los donantes de sangre, tejidos y órganos, los bomberos, los refugiados y solicitantes de asilo, y las mujeres que se fueran a someter a un aborto.
A pesar del cambio de gobierno con las elecciones de 2015 y que el nuevo gobierno -el primero de Costa apoyado parlamentariamente por el Bloque de Izquierda y el PCP- tomara algunas medidas progresistas contra las medidas impuestas por la Troika y en defensa de los intereses populares, el copago no fue eliminado. De hecho no fue hasta el 14 de junio de 2019 que el anterior Parlamento portugués aprobó la supresión del copago sanitario excepto en las urgencias de los hospitales.
El proyecto de ley fue elaborado por el Bloque de Izquierda pero contó con el apoyo de todos los partidos excepto el derechista CDS-PP. Su aprobación definitiva y entrada en vigor, acordada para 2020, se vio abortada por la convocatoria de las elecciones del pasado octubre.
El copago ha supuesto una barrera de acceso a los cuidados sanitarios, provocando que todos los años centenares de miles de pacientes no acudan a consulta o no se sometan a algunas pruebas médicas, y con la dramática consecuencia de los sufrimientos y las pérdidas de vidas.
Porque junto al copago se fueron aplicando otros recortes en el sistema público de sanidad, y el actual gobierno portugués ha tenido que incluir en los Presupuestos la mejora de distintos servicios como Salud Familiar, Psicología, Salud Mental, Nutrición y Salud bucodental.
Otras medidas en sanidad son: la creación de 4200 nuevos puestos de trabajo, invertir cien millones de euros en remodelar centros de Atención Primaria, y construir nuevos hospitales con una inversión plurianual.
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Eduardo Madroñal Pedraza, profesor de instituto en España.