Ni ocultando durante treinta años una fortuna irregular en el extranjero, siendo legalmente presidente de la Generalitat (Jordi Pujol), ni desafiando la legalidad siendo también presidente en virtud de esta legalidad (Artur Mas), es la manera de ‘hacer país’, expresión máxima de un patriotismo sano, que no siempre se corresponde con la realidad de quienes la proclaman a cada instante.
‘Hacer país’ es jugar limpio, de acuerdo con la legalidad, democráticamente aprobada, o democráticamente modificada, en el terreno fiscal y en el de las competencias y reivindicaciones legítimas. Es dar ejemplo de buen comportamiento. Es ser coherente con el que uno dice y uno hace. Es no usar los sentimientos patrióticos para encender las masas, mientras se se las esconde la verdad.
Si ‘la verdad nos hará libres’, la confesión del expresidente, sea estratégica o forzada, es positiva porque nos hace más libres a todos de creer o no sus prédicas, y las del actual presidente cuando hace un llamamiento a salir a ‘defender el país’. Así, muy – o menos- honorables Pujol y Mas, no se hace país. Así se deshace.
Y a la prensa y a la justicia catalanas, que no han sabido, querido o podido descubrir antes y poner sobre la mesa de la opinión pública estos hechos, la enhorabuena!. La cínica risita del illustre imputado Fèlix Millet -quien no acaba de tirar de la manta ni de entrar a la prisión-, yendo o saliendo del juzgado, resulta muy elocuente y sospechosa.
Por qué hacen tanto daño a Cataluña algunos que dicen amarla ‘heroicamente’ ?