El Pleno del Ayuntamiento de Sevilla aprobó recientemente y por fin una moción de repudio a la memoria del general felón Queipo de Llano, uno de los cabecillas del golpe de estado contra la segunda República que desencadenó la Guerra de España y trajo consigo, posteriormente, una dictadura de casi cuatro décadas.
En esa moción se rechaza que los restos del citado militar permanezcan enterrados en la basílica de la Macarena de la capital hispalense, pues tal circunstancia constituye una clara ofensa para los familiares de las víctimas del franquismo y para los demócratas. La moción fue aprobada por todos los grupos políticos, a excepción del Partido Popular, que votó en contra, y de Ciudadanos, que se abstuvo.
Es muy probable que ambos partidos lleguen a un acuerdo para gobernar nuestro país en los próximo días, por lo que no está de más recordar una de las bochornosas alocuciones propaladas por Queipo desde los micrófonos de Radio Sevilla durante la guerra. Algo así como: Con la llegada de nuestros legionarios y regulares van a saber las «mujeres rojas» como son los hombres de verdad. Vayan las mujeres de «los rojos» preparando sus mantones de luto».
Era un adelanto de la gran represión que se desataría sobre la ciudad de Sevilla, acerca de la que el reputado historiador Paul Preston dedica todo un capítulo de su muy recomendable libro El holocausto español: El terror de Queipo. La purga de Andalucía.
¿No convendría que algunos de nuestros eurodiputados con memoria y dignidad histórica difundieran desde sus escaños en el Parlamento europeo -donde fue condenada la dictadura franquista- estas recientes actitudes de las dos formaciones políticas mencionadas, a fin de ilustrar la catadura de la derecha española y su grado de conciencia democrática?