Reestreno en Francia con copia restaurada de “Johnny cogió su fusil”

No a la guerra, si a la eutanasia, un mensaje de candente actualidad

Johnny-cogio-su-fusil Reestreno en Francia con copia restaurada de “Johnny cogió su fusil”En el mismo momento en que se celebra el centenario de la primera guerra mundial, 1914, y en vísperas de las conmemoraciones del 70 aniversario del desembarco en junio de 1944, Tamasa Distributions reestrena en Francia en versión restaurada “Johnny cogió su fusil”, de 1971, obra maestra y única del escritor, guionista y cineasta americano Dalton Trumbo. Su poderoso mensaje antibelicista y su alegato en favor de la eutanasia, siguen siendo de candente actualidad, cuarenta y tres años después de su estreno.

Es curioso como funciona la memoria. De esta película que me impresionó profundamente en la decada de los setenta, recordaba sobre todo sus imágenes en blanco y negro, que quedaron grabadas en mi retina. Las imágenes de ese soldado sin rostro, hombre tronco amputado y sin voz, que consigue conmover y comunicar con su enfermera. Ese hombre que sigue pensando, preguntándose si su vida es sueño o pesadilla. Su cerebro logra trasmitir un mensaje en morse, reclamando su libertad, para ser mostrado en una feria circense y servir de ejemplo o en caso contrario reclamando el derecho a una muerte digna.

La modernidad de su puesta en escena es total en esas secuencias en el hospital, con la voz en off del soldado desconocido, donde se alternan los planos subjetivos con la mirada de médicos y enfermeros sobre ese peculiar “monstruo de feria” que guardan en vida y en secreto con el pretexto de hacer progresar la ciencia médica. Un secreto de estado militar, que esconden de forma vergonzosa.

“Dulce y honorable es morir por la patria”, la célebre frase del poeta Horacio en la antigua Grecia, que el poeta británico Wilfred Owen transformó en poéma antibelicista durante la primera guerra mundial, cierra este desesperado relato, junto con las cifras de los muertos y heridos por causa de la guerra. Nunca antes el horror bélico había sido denunciado con semejante eficacia en una ficción cinematográfica. El Estado, la Iglesia, el ejército y todas las instituciones que justifican en nombre del “patriotismo” el envio a la guerra de seres humanos como carne de cañon, son aquí el blanco de la crítica mirada de Dalton Trumbo.

Pero al horror de las consecuencias de la guerra, se añade aquí la criminal actitud de esas instituciones que niegan al herido el derecho a una muerte digna. Un debate, el de la eutanasia, que sigue siendo también hoy de total actualidad. La secuencia en que la enfermera logra comunicar con él y su desesperado final, es emoción al estado más puro.

En estos tiempos que corren, en que los riesgos de un conflicto mundial han sido remplazados por múltiples guerras y genocidios regionales, bien localizados a lo largo y lo ancho de nuestro planeta, para gran beneficio de la hipócrita industria de armamento, esta denuncia irrecuperable y feroz de la guerra -sea cual sea- tiene a mi entender ese buen gusto de cine necesario e inolvidable.

El guión se construye a base de flash backs entre esa terrible realidad en blanco y negro y las secuencias oníricas o los recuerdos del soldado, de su vida en familia y con su novia, todos ellos filmados en color. Buena parte de esas imágenes en color las había olvidado, como si mi selectiva memoria hubiera preferido guardar solo la parte que me parece tener una fuerza irresistible y avasalladora.

Al verla de nuevo ahora en 2014, esa parte en color me ha resultado en efecto más “fechada” de un punto de vista formal, aunque es el contrapunto sin duda necesario para hacer respirar al espectador enfrentado a tan horrible realidad. Las secuencias oníricas, los sueños y pesadillas del protagonista resultan por momentos brillantes con su carga de caústico surrealismo. Al salir de la proyección de “Johnny cogió su fusil” no me cabe la menor duda de que es Bertold Brecht quien tenía mil veces razón, al afirmar con su proverbial ironía “Dulce y honorable es vivir por la patria”.

johnny-cogio-su-fusil-foto Reestreno en Francia con copia restaurada de “Johnny cogió su fusil”

Basada en la propia novela que Dalton Trumbo había escrito en 1939, la historia relatada en “Johnny go his gun” se inspira en hechos acaecidos durante la primera guerra mundial, y en particular en la impresión que había provocado en Trumbo la visión de un soldado con el rostro desfigurado por una explosión.

Al estallar la segunda guerra mundial, por razones obvias, Trumbo renunció al proyecto de hacer una película de fuerte mensaje pacifista, pero en 1964, el productor mexicano Gustavo Alatriste (productor de Luis Buñuel), le propuso llevarla al cine y que fuera dirigida por el director español Luis Buñuel, maestro del surrealismo, por entonces ya afincado en México.

Finalmente el proyecto fue abandonado por Alatriste, quien no consiguió la financiación, y varios años después Simon Lazarus – productor de “La sal de la tierra” – lo reactivó y propuso a Trumbo que lo dirigiera él mismo, lo que permitia economizar el salario de un cineasta conocido. Perseguido por el Macartismo, durante la denominada “caza de brujas” en los Estados Unidos o persecución anticomunista en 1947, Trumbo, después de pasar once meses en la carcel, terminó exiliado en México.

Trumbo trabajó clandestinamente y con seudónimos hasta 1960. Obteniendo dos Oscars al mejor guión con el nombre de Robert Rich por “El bravo” de Irving Rapper,1956, y con el nombre de Ian Mclellan Hunter por “Vacaciones en Roma” de William Wyler, 1953. En su haber también están los guiones de grandes películas como “Treinta segundos sobre Tokio” de Mervin LeRoy, “Papillon” de Franklin Schaffner, “Espartaco” de Stanley Kubrick o “Exodus” de Otto Preminger.

Versión íntegra de la película de 1971 doblada al español

Julio Feo Zarandieta
Periodista profesional en Francia desde 1976. He trabajado durante 35 años como periodista (Responsable de edición y critico de cine) en el servicio en castellano de Radio Francia Internacional. Pero también como corresponsal en Paris de diversos diarios y semanarios españoles y critico en Cine Classics (canal plus). Jubilado desde el 2013, escribo ahora en Periodistas en español y en Aquí Madrid. Miembro del Sindicato Francés de la critica de cine y de Fipresci, he cubierto numerosos festivales de cine internacionales, muy especialmente Cannes y San Sebastián. Militante antifranquista en los años sesenta, resido en Francia desde 1974, fecha en que me acordaron el asilo político. Hoy en día tengo la doble nacionalidad hispano francesa.

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