Las agencias humanitarias de la ONU han hecho público un llamamiento a los donantes para recaudar más de 5.000 millones de dólares adicionales para ayudar a millones de sirios desesperados dentro y fuera del país.
El llamamiento, que cubre los costes de las operaciones durante todo 2013, incluye 2.900 millones de dólares para el plan de ayuda a los refugiados sirios en la región, liderado por ACNUR, así como 1.400 millones para el trabajo humanitario liderado por la OCHA (Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios) dentro de Siria. Además, el gobierno libanés ha solicitado otros 449 millones de dólares y el de Jordania 380 millones.
En su conjunto, éste es el mayor llamamiento humanitario jamás lanzado, cuya suma total supera los 5.000 millones de dólares. Se trata de la actualización de un llamamiento previo de la ONU para el que hasta ahora se habían recibido 1.200 millones de dólares.
El Alto Comisionado de ACNUR, António Guterres, y la coordinadora de Ayuda de Emergencia, Valerie Amos, hicieron público este llamamiento a los medios en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones de Ginebra. Ambos subrayaron que los civiles están siendo los más afectados por el conflicto sirio. Más de 1,6 millones de refugiados han huido hacia países vecinos desde que estalló la violencia en marzo de 2011, y se estima que otros 4,25 millones de sirios están desplazados dentro del país, aunque el número de los afectados por la guerra es aún mayor.
“Siria como civilización se está desmoronando con casi la mitad de su población en necesidad urgente de ayuda por este salvaje conflicto” dijo Guterres. “Los fondos que pedimos son una cuestión de supervivencia para los sirios que están sufriendo y son esenciales para los países que están acogiendo refugiados”.
El principal componente del llamamiento liderado por ACNUR, el Plan de Respuesta Regional, ha sido revisado al alza con respecto al último de diciembre de 2012, cuando ACNUR y sus socios solicitaron mil millones de dólares para ofrecer ayuda de emergencia y protección a los refugiados sirios en los países limítrofes.
Aquel llamamiento se basó en previsiones sobre las tendencias en el momento de realizarse, que apuntaban a que la población de refugiados sería de unos 1,1 millones de personas para el mes de junio. La cifra a día de hoy es de 1,6 millones y sigue creciendo. ACNUR estima ahora que el número de refugiados podría llegar a 3,45 millones para finales de año. El llamamiento de la OCHA estima que 6,8 millones de personas dentro de Siria podrían verse afectadas por el conflicto y necesitar ayuda.
El nuevo llamamiento llega un día después de que la Unión Europea anunciara una contribución de 400 millones de dólares para la emergencia siria hasta finales de año. Esta donación es la mayor que se ha recibido para esta emergencia y se espera destinarla a la respuesta regional para refugiados y a las necesidades humanitarias en el interior de Siria.
Estas necesidades son muy grandes. En los últimos meses, la ONU, la Media Luna Roja Siria y otras organizaciones humanitarias internacionales y nacionales en Siria han alimentado a 2,4 millones de personas al mes, han vacunado a más de 1 millón de niños contra el sarampión y la polio, han llevado agua potable a más de 9 millones de personas y han ofrecido a casi 920.000 personas materiales de ayuda humanitaria básicos. Pero esto no es suficiente.
Con los nuevos fondos las organizaciones humanitarias pretenden aumentar sus operaciones y alimentar a 4 millones de refugiados sirios y 420.000 palestinos, inmunizar a 1,7 millones de niños, ofrecer atención sanitaria a unos 7 millones de personas y agua potable a unos 10 millones, sobre todo ahora que se acerca el verano y aumentan las enfermedades transmitidas por el agua contaminada. La educación, los servicios de protección y comunitarios, el saneamiento, el cobijo y el apoyo a agricultores son vitales para las comunidades vulnerables. Encontrar formas de enviar ayuda a 2,9 millones de personas que viven entre las líneas de combate en el conflicto es una prioridad.
El nuevo plan de respuesta regional cubre tan sólo la asistencia básica de emergencia y la protección a refugiados, lo que pone de manifiesto aún más la escala de esta crisis. Las agencias humanitarias que participan están centrándose en asistir a los más vulnerables, entre ellos a miembros de las comunidades de acogida, con programas de emergencia que abarcan alimentación, cobijo y las ayudas económicas.
Los sirios son cada vez más vulnerables a muchos tipos de explotación y las comunidades con las que viven también se están enfrentando a dificultades a la hora de atender a su propia población vulnerable y empobrecida. Ya se han puesto en marcha más actividades con el fin de identificar y apoyar a los más vulnerables, entre ellos los niños, los ancianos y las mujeres. Se están desarrollando más programas destinados a apoyar a supervivientes de violencia sexual y de género.
Los gobiernos de la región también están sintiendo la presión, ya que los servicios públicos están al límite. La generosidad de los países de acogida está pagando un alto precio. El conflicto sirio está suponiendo una amenaza para toda la región y tiene dramáticas implicaciones para la seguridad regional. Cada vez hay más tensiones entre los refugiados y las comunidades de acogida y los incidentes en los puntos fronterizos son cada vez más frecuentes.