A pesar del feroz ataque de los medios de comunicación, a pesar de las puñaladas por la espalda de su propio partido, a pesar del extraño sistema electoral, Jeremy Corbyn continúa progresando fuertemente. Puede que no haya ganado las elecciones, pero ha iniciado un proceso que le demuestra a la gente que no hay que perder la esperanza, porque un sistema mejor es posible, aunque necesite del coraje de la convicción y ser capaces de no ceder ante la calumnia y la apatía, inducida por quienes sirven a los intereses de los ricos y poderosos, escribe Silvia Swinden para Pressenza[1] desde Londres.
Corbyn fue acusado por el Partido Conservador de “sobornar” al electorado proponiendo en un Manifiesto las políticas que reflejan lo que la gente quiere. ¡¿Qué?! ¿Un político que busca representar la voluntad del pueblo? ¡Pero eso es escandaloso!
Los números y el sistema electoral
Las cifras muestran un Parlamento sin mayoría. Los conservadores tienen por el momento (todavía faltan unos pocos escaños por escrutar al escribir este artículo) 318 diputados, 12 menos que en las elecciones anteriores, mientras que el Partido Laborista tiene 261, 31 escaños más. Han fallado todas las predicciones de una consolidación conservadora ante una derrota aplastante de los Laboristas. La votación a fortalecido a Corbyn, demostrando que su Manifiesto fue muy inspirador.
Pero si nos fijamos en el porcentaje de votos, los conservadores tienen un 42,45 %, lo que debería darles del total de 650 diputados, 275. Mientras que los Laboristas, con el 39,98 % deberían obtener 259 diputados. El equilibrio de poder será sostenido por los unionistas democráticos de Irlanda del Norte que formarán una coalición con los Tories (¡tendrán los mejores caminos e infraestructura en Irlanda del Norte entonces!) para poder formar una mayoría. Su porcentaje de votos es del 0,91 %, lo que debería darles menos de 6 diputados, pero con el sistema mayoritario uninominal llegarán a 10.
Son los que están en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo y del aborto; rechazan los acuerdos sobre el cambio climático y apoyan el Brexit. Así es que las menos de 300 000 personas que votaron por ellos estarán sobre los 65 millones de británicos que prefirieron otra opción. A menos que alguien se resfríe o no pueda asistir a una votación. Así es que no hay permiso para huelgas de trenes, erupción de volcanes o enfermedades.
De hecho, la reducida mayoría hace probable que las negociaciones y la formulación de políticas sobre el Brexit se hagan muy difíciles, en particular porque el Gobierno se enfrentará a una oposición revitalizada. Una nueva elección general es por lo tanto una posibilidad probable, aunque dada la experiencia actual, los conservadores pueden preferir seguir cojeando durante los próximos 5 años. ¿Permanecerá la actual Primer Ministro? Es improbable. Su reputación está hecha trizas. Pero las opciones no son mejores. Boris Johnson, Sr. Gaffe, nuestra propia versión de Trump… Uff…
Los medios de comunicación contra Corbyn
Entre los muchos análisis sobre la forma en que diferentes medios de comunicación intentaron destruir la imagen de Corbyn, Ben Norton, un periodista y escritor ubicado en la ciudad de Nueva York escribió para Fairness and Accuracy In Reporting (FAIR):
“Días antes de la elección, los medios corporativos británicos cayeron en un frenesí. Los de derecha eliminaron cualquier pretensión de “equilibrio” o “neutralidad”. El día de las elecciones, la portada del Sun mostraba a Corbyn en un tarro de basura. “No boten a Gran Bretaña en el Cor-Bin”(juego de palabras en Inglés, con el término bin = tacho, N.del T.) con el que el tabloide imploró a los votantes. “Hemos tenido suficiente la basura Jezzy (apodo de Jeremy, N.del T.). VOTEN, VOTA POR LOS TORIES.”
La portada, un ejemplo verdaderamente impresionante de propaganda activa, descalificaba a Corbyn presentándolo como “amigo de los terroristas”, “destructor de empleos” y “extremista marxista”que acarrearía “alzas masivas de impuestos”,”rendición nuclear”,”gasto que nos llevará a la ruina” e “inmigración abierta”.
Un día antes de las elecciones, el Sun, propiedad de Rupert Murdoch, difundió una portada tan escandalosa como la anterior, que mostraba a “los compañeros jidahistas de Jezzy“, afirmando que Corbyn “había participado de una manifestación de estremistas islámicos”.
El Daily Mail, derechista, propiedad del vizconde Rothermere, se sumó a la tendenciosa campaña de difamación. Su portada, el día antes de la elección, señalaba: “Apologistas del Terror”, mostrando los rostros de Corbyn y otros funcionarios importantes del Laborismo, invitando a votar para mantener Gran Bretaña!”.
El 8 de junio, el Mail sostuvo que un voto para May habría “Reencendido el espíritu británico”. Agregando que “Corbyn gravará tu trabajo, tu jardín, tu hogar y tu herencia”.
Todas estas afirmaciones son descaradamente falsas, pero hay millones de personas que sólo reciben “información” de estos tabloides, o de la igualmente sesgada BBC. Incluso el Guardina, que se declara de izquierda, se sumó al ataque y sólo al final permitió la publicación de algunos artículos positivos para equilibrar la balanza, pero el daño estaba hecho.
La revolución de Corbyn y su equipo
Si evaluamos el resultado de esta elección como simples resultados numéricos – los Laboristas perdieron, punto – corremos el riesgo de perder de vista el proceso que se ha venido desarrollando en los últimos dos años. Corbyn fue elegido para liderar el Partido Laborista con la mayoría más amplia que alguien hubiese obtenido nunca, miles de jóvenes se sumaron al Partido, lo han convertido en el mayor partido de Europa, y Corbyn sobrevivió a un voto de desconfianza impulsado por sus propios diputados. De hecho, la mayoría de ellos lo veía como un problema, que les haría perder sus escaños.
Ahora tendrán que comerse sus palabras y bajar un poco la cabeza. Pero lo más importante de este proceso es que el equipo de Corbyn ha creado una nueva política basada en la solidaridad, la protección del sistema de salud y educación, el regreso de los trenes y de los servicios públicos al servicio del pueblo nuevamente, rechazando las guerras o un holocausto nuclear, apoyando el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y abandonando las políticas neoliberales, la austeridad de los Conservadores y del Nuevo Laborismo de Blair.
Desde este punto de vista, sólo podemos esperar a ver qué sucede a corto y medio plazo, tan impredecible dada la situación actual, pero que promete ser muy interesante.
Los jóvenes en política
“Los jóvenes no están interesados en la política”. “Los jóvenes son apáticos”. “Los jóvenes son egoístas, sólo quieren festejar y no les importan los asuntos sociales”. Y así sigue la letanía de frases de los votantes “maduros”. El hecho de que los jóvenes sean hoy muy activos a nivel de base, se les escapa, ya que los medios de comunicación los ignoran irremediablemente.
En esta ocasión los jóvenes salieron a votar por el Partido Laborista. Más de un millón de personas se registraron para votar justo antes del cierre de la fe