La exposición a niveles altos de contaminación atmosférica elevados dan lugar a síntomas nasales asociados a la rinitis crónica no solo en épocas de floración, sino también a lo largo del invierno.
Actualmente, la rinitis afecta a entre el 20 y el 50 % de la población mundial. Produce cuadros de estornudos, secreciones abundantes, irritación, pérdida del olfato y congestión nasal.
La rinitis está relacionada con el asma. es una patología ligada a la contaminación del aire
Un estudio publicado en la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology y liderado por un equipo científico del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), ha concluido con varios temas en relación a la polución cuando se presentan cuadros de rinitis, sobre todo en grandes ciudades.
“Nuestro estudio sugiere que las partículas en suspensión (PMs) tienen un efecto distinto de las emisiones gaseosas (NO2) probablemente debido a las diferencias en sus mecanismos de acción, que dan lugar a respuestas inflamatorias del tracto respiratorio distintas, aunque se requieren más estudios para validar esta hipótesis”, añade una de las investigadoras, Emilie Burte.
De igual forma, aporta nuevos conocimientos sobre la rinitis, una enfermedad que, aunque no es mortal, supone un desafío importante para la salud pública y está vinculada a un deterioro en la vida cotidiana de quienes la sufren, así como a un coste muy elevado para los fondos públicos, debido a los tratamientos, a la disminución de la productividad y al absentismo.
Las partículas en suspensión son cuerpos sólidos o líquidos presentes en la atmósfera y de un diámetro que puede variar desde micrómetros hasta milímetros, siendo de especial interés aquellas con un diámetro inferior a 2,5 (PM2,5) y a diez micrómetros (PM10). Tal como muestra el estudio, las personas que habitan en ciudades con niveles más altos de PM10 y PM2,5 presentan los síntomas de la rinitis agravados. Concretamente, un aumento de 5 µg/m3 de las PM2,5 se ha asociado a una probabilidad un 17 % más alta de padecer rinitis severa. De hecho, estas partículas se han asociado con un empeoramiento de la congestión y la irritación nasal, así como de los estornudos. La exposición a NO2, por su parte, aumenta la gravedad de la secreción nasal y la congestión.