Creo que este es un encuentro que estaba predestinado a producirse, el de la cantaora más versátil del panorama flamenco actual, Rocío Márquez con el poeta y músico uruguayo Jorge Drexler, en un trabajo que ya lleva un año de éxitos de audiencia, con un título que casi no podía ser otro: Aquellos puentes sutiles, puentes entre las dos orillas atlánticas, tan ricas en folklore, con tantas afinidades y convergencias.
En el gran auditorio de la Fundación Baluarte de Pamplona, en el marco del Festival Flamenco on Fire, un público entregado premió con sus aplausos un concierto que estuvo entre lo mejor del festival. Un concierto en el que todas las canciones tuvieron hermosas palabras de comunicación con el público. Una escena compuesta por tres mesas, que como explicó Jorge Drexler, las de los extremos están diseñadas para percutir y la del centro ‘para colocar nuestras cosas’; mesas históricas también en la percusión flamenca. Por la derecha estaban el gran Agustín Diassera, y la guitarra de Miguel Ángel Cortés y por la izquierda Borja Barrueta a la percusión y Martín Leiton con su leona y guitarrón, un equipo instrumental de auténtico lujo, incluída la guitarra de Jorge Drexler.
Qué gran trabajo de interconexión el de estos diálogos musicales entre España y las Américas, siempre cercanas en culturas. Encendieron los sentimientos del público desde la Milonga de un moro judío del inicio, de esta orilla, seguida de la vidalita La desvelada, cante de ida y vuelta de procedencia argentina. Duos por guajiras inspiradas en Pepe Marchena, la milonga Nunca te dije nada de Omar Moreno Palacios acompañados de percusiones con escobillas, baquetas, manos y brazos y por la leona de Martín Leiton.
Un solo de Rocío acompañada por el maestro de la guitarra Miguel Ángel Cortés y la percusión de Diassera, en la que mostró una vez más la enorme riqueza de sus registros y técnicas vocales en las que es maestra, con el Romance a Córdoba, mezcla de declamación y canto. Su versión de Se nos rompió el amor que acabó en un quejío inenarrable, con su voz prodigiosa, en recuerdo de su tocaya Jurado. Carlos Cano también tuvo su homenaje con una versión por bulerías de Me embrujaste.
Solos de Jorge Drexler de la otra orilla, entre otros Soledad, Mi guitarra y vos, la sobrecogedora Al otro lado del río que él compuso para la película Diarios de motocicleta. Luego llegó la magia a lo grande, con una composición de Drexler en homenaje a Enrique Morente, interpretada a dúo, Cuando cantaba Morente. La locura llegó con la Tonada de la luna llena del venezolano Simón Díaz que Rocío transformó en toná flamenca en forma de debla, que cantó con un chorro de melismas interminables que dejaron sin respiración a la sala, no a ella que puede y sabe.
Más homenajes, al compositor uruguayo Alfredo Zitarrosa con la zambra Por vos. Hubo referencias a Leonard Cohen y a García Lorca con Manhattan que luego derivó en Dance me to the end of love, un guiño a la admiración que sentía Cohen por Lorca.
La última parte del concierto nos trajo una versión muy especial de Drexler cantada por Rocío de La Leyenda del tiempo que hubiera encantado a Camarón de la Isla. Y luego llegó el recuerdo a la gran Lola Flores con una versión de Ay pena penita pena en clave de jazz con gran intervención instrumental.
Y como nunca puede faltar en los conciertos de Rocío Márquez un guiño a Pepe Marchena, inventor de la colombiana inspirada en los corridos mexicanos, pusieron la guinda con el corrido El Venadito, en versión aflamencada de Rocío.
Puentes sutiles que existen y que ellos pusieron en escena con una calidad artística rozando la perfección y derrochando emociones, versionando lo de nuestra orilla con calidades de la orilla de allá y lo de aquella orilla en versiones flamencas. Drexler cantando a ratos en clave flamenca y Rocío quien ya tiene mucha experiencia en eso, cantando en clave de excelente folklorista sudamericana.
Se puede hacer, se puede conseguir, existen y están presentes esos puentes sutiles interculturales, lo nuestro es suyo y lo suyo es nuestro. Los pueblos siempre se entienden y aquí Jorge Drexler y Rocío Márquez lo entendieron y actuaron en representación de los pueblos de las dos orillas. ¡Bravo!