El cineasta de origen uruguayo Rodrigo Plá, autor de “La zona” o de “Desierto adentro”, vuelve ahora a México, tras el paréntesis de “La demora” drama intimista rodado en Uruguay, con un nuevo thriller social: “Un monstruo de mil cabezas”, que fue presentada en la sección horizontes del último festival de Venecia.
De estreno en Francia esta semana, “Un monstruo de mil cabezas” es una brillante adaptación de la novela homónima de Laura Santullo, esposa y fiel coguionista de Rodrigo Plá. Una película que denuncia la actitud negligente y corrupta de ese monstruo representado por una compañía de seguros mexicana, a través de la historia de rebelión individual de una mujer desesperada, dispuesta a todo para curar a su marido enfermo.
Plá y Santullo vuelven aquí al cine de género de contenido social, que habían explorado con éxito en “La zona”, pero en esta ocasión centrándose en el comportamiento humano, aunque extremo, de esa mujer desesperada que armada con un revolver intenta obtener reparación de la Mutua, cuyos directivos se niegan a cubrir el pago de las medicinas necesarias a su tratamiento.
La interpretación está a cargo de la excelente actriz Jana Raluy, quien aporta credibilidad y contenida emoción a su personaje, una madre y esposa que arrastra a su propio hijo en una incontrolada espiral de amenazas y de violencia. Conocida actriz de teatro y de telenovelas mexicanas, Jana Raluy obtiene aquí un destacado papel protagónico en el cine, de la mano de Rodrigo Plá, quien se afirma como muy buen director de actores, sacando de su intérprete una variada gama de sentimientos y emociones.
Todo el casting es acertado y creíble en esta dramática historia, con un reparto de veteranos actores, entre los que cabe destacar también a Daniel Jiménez Cacho. Si los temas abordados son de extrema gravedad: la enfermedad, la muerte o la corrupción, el excelente guion incluye algunos elementos de ironía y acido humor y logra sobretodo mantener el suspense de la intriga desde el comienzo hasta el final.
En la construcción dramática del relato, Plá y Santullo juegan con los tiempos en que se desarrolla la acción, así como con los ejes narrativos, pero sin nunca revelar o hacer evidente el desenlace final. El punto de vista de la protagonista con que empieza la película es su desesperación ante la grave enfermedad de su marido y la negativa del seguro de cubrir sus gastos para comprar las medicinas necesarias. Pero la habilidad del relato consiste en superponer los puntos de vista de los diferentes personajes que van desfilando ante un tribunal, que está juzgando a la protagonista.
La omnipresencia de la voz del tribunal, siempre fuera de campo, paralelamente al desarrollo de la acción, contribuye a crear una impresión de desfase entre la realidad de la estafa y de los hechos que el espectador descubre, subrayando esa inmoral ausencia de justicia hacia los más desamparados en la sociedad mexicana.
¿Qué haría usted si una empresa corrupta a la que ha cotizado desde hace quince años se negara a cubrir los gastos de enfermedad decisivos para curar a su esposo? Es la pregunta que los autores hacen al espectador a partir del desesperado personaje de esa madre de familia. ¿Pero de qué se la acusa, cuál es la gravedad de lo acaecido? ¿Cuál ha sido el desenlace final?
La tensión y la emoción se mantienen intactas, pese a que el espectador recibe poco a poco elementos de información sobre el drama que se está desarrollando. A través de una historia particular, aparece así con fuerza la descripción de una sociedad enferma, en la que los comportamientos de unos y otros son ajenos a toda humanidad, lo que conduce a la ironía del absurdo, al más cáustico y desesperado humor.
Aunque la acción se sitúa en México, el tema de las grandes mutuas o corporaciones, que utilizan prácticas similares a las denunciadas aquí, no es exclusivo de México, sino de lectura universal, y sobre todo en América del Norte y en América Latina. “La visión del documental canadiense “The corporation”, que habla de la ausencia de ética y del cinismo de esos “monstruos” que juegan con la salud de sus asegurados, fue de hecho, el punto de partida en la escritura de la novela y en nuestro deseo de llevar ese tema a la pantalla”, afirma Laura Santullo.
Sin relación ninguna con la película, señalemos que no lejos de México, en la vecina Argentina, un hecho real reciente ilustra ese tipo de escandalosos comportamientos: El escritor argentino Ricardo Piglia, quien padece de la enfermedad de Charcot, o esclerosis amiotrófica lateral, prosigue su combate ante los tribunales para reclamar reparación de la compañía de seguros Medicus y obtener el pago de las medicinas recetadas por su médico. La compañía le niega el pago de un tratamiento por valor de 95 .000 dólares, que le es debido, ya que cotiza a dicho seguro de enfermedad desde hace más de diez años.
[…] Vía: periodistas-es.com […]