Mike (Matt Damon) es un estudiante de derecho que vive con su novia Jo (papel que interpreta la actriz Gretchen Mol). Es un amante de las apuestas, algo que se ve desde el principio de la película: el protagonista pierde 30 000 dólares frente a su contrincante Teddy KGB.
A pesar de que su novia ha intentado convencerlo de que abandone el juego, y Mike parece dejarse convencer por sus palabras, finalmente no lo hace. Pero la razón por la que sigue jugando no es una razón cualquiera: su mejor amigo Worm (personaje interpretado por el actor Edward Norton) sale de la cárcel y Mike se reúne con él en el mismo recinto penitenciario. Mike decide ayudar a su amigo a saldar sus deudas, y la única forma que tendrá de hacerlo es jugando al póker esa misma noche.
Mike se enfrenta a una partida en la que se juega mucho: apuesta el dinero de la matrícula de sus estudios universitarios, su novia y su título de abogado. Para ser más específicos, el protagonista juega con dos de los jugadores más respetados de la ciudad.
Aunque la película logra plasmar la tensión del ambiente y la emoción de cada jugada, esta partida de póker es una de las más divertidas del cine, y es que a pesar de que el protagonista se juegue mucho, no pierde el humor. Entre estas escenas en las que el objetivo del director, John Dahl, es hacer reír a los espectadores, destaca el momento en el que muchos jugadores profesionales se encuentran en la misma mesa en Atlantic City, y la voz en off de Mike describe a los jugadores de la mesa como si fuesen tontos.
Este estudiante de derecho de Nueva York es un jugador de póker con mucho talento, lo que transmite al espectador seguridad y la certeza de que Mike se las arreglará para ganar la partida. Una partida que dura gran parte de la película y que lleva la tensión hasta el final. La actitud de Mike también transmite al espectador que no va a perder.
Es una película de póker muy entretenida, algo que se consigue al plasmar la evolución de Mike como jugador de póker: al principio se presenta como un jugador mediocre que ha leído una buena cantidad de libros (la World Series of Poker). Así, se mete cada vez más en el mundo del juego de Nueva York y Atlantic City, ciudades que son referencia en los juegos de azar y que cuentan con grandes jugadores. Mike tiene que mejorar su juego lo antes posible para enfrentarse a ellos y poder ayudar a su amigo: tienen que ganar mucho dinero en un corto período de tiempo.
La película muestra un juego que consiste en arriesgar todo, incluso lo que no se tiene pero se puede pedir prestado. Es justo esto lo que confiere al film de acción y emoción: transmitiendo al espectador el miedo de perderlo todo.
Uno de los momentos culminantes de la película es cuando Mike se convierte en un jugador de póker brillante al decir a cada jugador lo que tiene en la mano, lo cual sorprende a sus contrincantes.
Tampoco hay que olvidar cómo juega el director de esta película con las personalidades de los protagonistas, principalmente Mike y su amigo. Estos enfocan el juego de una forma muy diferente, lo que da drama en los momentos de más tensión. Por una parte, Mike quiere jugar bien su partida, pensando más de la cuenta si es necesario. Pero su amigo, Worn, es justo lo contrario: quiere acabar con sus deudas lo antes posible y por eso toma decisiones sin pensar en las posibles consecuencias. Worn se arriesga más de lo que Mike querría, un peligro que los lleva a más problemas: como por ejemplo, cuando están jugando en una sala llena de soldados estatales.
La película representa el póker como deporte, en el que al igual que en el resto de deportes, cuando un jugador juega bien, gana la partida. Sin duda, una visión muy realista del juego que ha contribuido a que esta sea una de las películas de azar de más éxito de la historia del cine y a que cada vez más personas se animen a probar este deporte de azar.
