La tensión en el sur del Sahara ha vuelto a incrementarse tras más de seis meses en que se prolonga el conflicto por la construcción de un tramo de carretera de menos de cuatro kilómetros desde Guerguerat, el último puesto del muro marroquí hasta la frontera con Mauritania, zona controlada básicamente por el Frente Polisario.
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Ya hace más de medio año que la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso) se mantiene entre los trabajos de asfaltado y que no avanzan desde agosto de 2016, vigilados por la Gendarmería marroquí, que salió del muro, y la presencia de fuerzas militares saharauis desplegadas, apenas separados por 120 metros. Se trata de un trozo de carretera de cuatro kilómetros de los que solo se han construido uno y medio.
Asfaltado de la carretera de Guerguerat al inicio de las obras, actualmente paradas.Las fuerzas del Polisario mantienen el control de los vehículos y camiones que pasan por la carretera tras dejar el muro controlado por Marruecos. La tensión se ha visto incrementada porque ambas partes, tanto Marruecos como el Polisario, han desplazado tropas muy cerca de esta zona e incluso en todo el muro que controla el ejército marroquí están en estado de máxima alerta.
Ahora hay otra vuelta de tuerca ya que el propio rey marroquí Mohamed VI llamó el viernes 24 al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para advertirle de la «grave situación» que se vive al sur del Sáhara Occidental «por las incursiones repetidas de elementos armados del Frente Polisario y sus actos de provocaciones».
Según un comunicado del Gabinete Real, Mohamed VI pidió a Guterres «que tome medidas urgentes y necesarias para poner fin a esta situación inadmisible, que amenaza seriamente el alto el fuego y pone en peligro la estabilidad regional».
La importancia de la situación se refleja en que toda la prensa marroquí se ha hecho eco de la llamada del rey y la propia televisión incluyó «la grave situación» que ocurre en Guerguerat y lo enlazan con la incorporación de Marruecos a la Unión Africana, que ha motivado el incremento de actividad de las fuerzas del Polisario.
Precisamente, esta misma semana, el ministro de Defensa de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Abdalá al Belal, confirmó en una entrevista con un portal mauritano que las fuerzas del Polisario están a una distancia de solo 120 metros de las tropas marroquíes y que están «permanentemente» en la zona de Guerguerat desde el pasado agosto.
Marruecos denuncia ahora, más de seis meses después, la presencia del Polisario a la ONU, pero, al parecer, sin resultados. Se da la circunstancia también que la llamada del monarca marroquí se produce tan solo dos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU abordara en sesión cerrada el pasado miércoles 22, la situación en Guerguerat en particular y del Sahara en general, mostrando su «preocupación por la falta de negociaciones» al respecto.
Una serie de países como Uruguay, Angola, Venezuela –que preside además el comité de descolonización de la ONU- y Nueva Zelanda abogaron por la plena reposición de los efectivos de la Minurso que siguen sin estar con el número que contaban tras la expulsión obligada de Marruecos de hace casi un año ya que tan solo volvieron 25 efectivos de los 80 expulsados.
También se mencionó el bloqueo al enviado personal para el Sáhara, el estadounidense Christopher Ross, a quien Rabat boicotea y no permite ni siquiera visitar El Aaiún ni otra parte del territorio saharaui que controla.
Curiosamente, según los medios marroquíes Guterres es «un amigo de Marruecos» e incluso favorable al Sahara marroquí por lo que esperan no se repita lo acontecido con el anterior secretario general, Ban Ki Moon, al que incluso le montaron una manifestación en su contra en Rabat además de recibir diferentes insultos. No obstante, Guterres manifestó hace escasas semanas su «sincero compromiso con la agenda de la descolonización».
Hay que recordar que en la anterior composición del Consejo donde estaba España hubo una singular propuesta –que en principio contaba con la anuencia de nuestro país y Francia- para que la Minurso hiciera la carretera en Guerguerat y así evitar conflictos. Pero algunos países contestaron de forma gráfica que la Minurso estaba en el Sahara para organizar un referéndum y no para construir una carretera.
La zona fronteriza con Mauritania por la que pasa la carretera, la usan contrabandistas en algún caso interceptados por el Polisario y, en otros, por las fuerzas marroquíes con droga, en una guerra propagandística para ver quién hace más contra los tráficos ilegales en la zona, precisamente la prensa marroquí se hace eco de una condena de entre uno y cuatro años de prisión a 13 gendarmes por soborno en un área cerca del muro.
Mientras, el presidente mauritano, Mohamed Uld Abdel Aziz, acaba de manifestar a un canal francés que su país es neutral en todo este conflicto.
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