Carencia de conocimientos, uso irresponsable de los métodos anticonceptivos y relaciones sexuales sin protección son los máximos exponentes de la conducta sexual de los universitarios españoles.
Según un estudio realizado en la universidad de Sevilla en el que se han estudiado la forma de relacionarse de los jóvenes españoles universitarios, publicada en la revista Reproductive Health, los estudiantes que respondieron a un cuestionario formado por tres partes, demostraron tener ciertas lagunas a la hora de conocer o saber cómo se comporta la naturaleza.
La muestra significativa y representativa de este colectivo advierte que el comportamiento frente al sexo es más saludable si lo realizan las mujeres porque tienen mayor conocimiento y control de la salud que los hombres de la misma edad. Los estudiantes, tanto varones como mujeres respondieron a cuestiones relacionadas con experiencias sexuales, contraceptivas, conocimientos y actitudes frente a las enfermedades de transmisión sexual así como de los métodos de contracepción.
Las mujeres jóvenes han demostrado tener relaciones de pareja más largas y recurren con cierta asiduidad a los médicos para preguntarles dudas acerca de su sexualidad, pero eso contrasta con su conocimiento acerca de las enfermedades que pueden transmitirse ya que desconocen cómo y en qué sentido sucede.
La banalización de la frecuencia de las infecciones así como la actitud poco responsable al respecto les hace no entender el peligro de contraerlas, tanto en hombres como en mujeres.
Un dato significativo es el consumo de drogas y alcohol que está directamente asociado a las prácticas de riesgo sexuales. Bajo los efectos de ambos se realizan absolutas aberraciones y no se dan cuenta del peligro; más en chicos que en chicas. El 55, 2 % confirmó que había tenido relaciones sexuales con chicos bajo los efectos del alcohol pero que no había tenido conciencia de los sucedido. En el caso de los varones la cifra aumentó al 58,8 %. Mantener sexo durante los efectos de la droga o el alcohol, o ambos les hacía tener experiencias singulares no descritas.
En este sentido, existe una contradicción a nivel cultural dado que todos son universitarios pero presentan un bajo nivel de educación sexual, de las conductas que deben realizar y de los riesgos de contraer enfermedades como el SIDA. Existen tópicos que siguen siendo reales, como la «marcha atrás», lavarse después de tener un coito o el coito interruptus que siguen siendo prácticas contraceptivas que hoy se utilizan. Eso, junto con el lavado de los condones y otras prácticas higiénicas que no evitan el contagio si hubiera sucedido.
Con estos datos es necesario valorar la educación sexual de los jóvenes en general y que existan campañas a tal efecto para que en otros grupos sociales se de cuenta de lo que no saben para que aprendar a mantener relaciones saludables y sin riesgos. Todo ello apunta a que los embarazos no deseados siguen sucediendo por falta de conocimiento; a pesar de ser universitarios, situación preocupante y desde luego, insólita con la información que disponen los jóvenes.