Estamos asistiendo a un siglo XXI en el que cada vez hay más diferencia de clases entre ricos y precarizados-pobres, aunque se quiera adornar, disimular… con nombres huecos que sólo significan en la medida que encubren la realidad, como capitalismo inclusivo ¡¡¿inclusivo de qué !!? ¡¡De clase!! Cada ralea con la suya y ¡sálvese quien t€nga!
Mientras el magnate Jeff Bezos se dedica a viajar por el espacio e invertir en esto, también tiene en previsión alargar la vida, pero la de unos pocos privilegiados que manejan la pasta del orbe, que son quienes tendrán para costeárselo en su momento. Entretanto, el resto del mundo quiere poder cubrir las necesidades humanas básicas como comer, una vivienda digna, una sanidad pública de calidad…
Las características del sistema económico en el que estamos inmersos nos da motivos para comprobar cada día, que vivimos en un permanente “Estado Risacrático de Desecho” de dimensiones infinitas.