El cantautor Silvio Rodríguez ha declarado que los estudios de grabación Abdala, los más importantes de Cuba, están paralizados y agonizan como proyecto «con la complacencia de muchos funcionarios» del ministerio de Cultura, informa Andes.
«Abdala, que fue un proyecto aprobado y supervisado por el comandante en Jefe Fidel Castro, agoniza con la complacencia de muchos funcionarios que conocen su situación y no hacen nada», dijo Rodríguez en su blog segundacita.blogspot.com.
«Parece ‘un plan de enemigo’, pero no es la CIA», (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos), dice con ironía.
Fundados en 1998 por iniciativa y aporte de Rodríguez, los estudios, ubicados en el oeste de La Habana, fueron hasta hace poco propiedad de la Corporación estatal CIMEX.
En su catálogo discográfico están importantes exponentes de la música cubana como Amaury Pérez, Gerardo Alfonso, José María Vitier, Ernán López Nussa, Polito Ibáñez, entre otros.
Rodríguez dijo que la empresa eléctrica estatal cortó el servicio a los estudios por segunda vez en pocos meses, por falta de pago: «Abdala no puede pagar porque desde hace ocho meses está en proceso de traslado al Ministerio de Cultura, trámite que no acaba de concretarse por razones ignotas», dijo.
Señaló que «un viceministro de Cultura dijo que no puede pagar la deuda eléctrica de Abdala porque las empresas deben pagar sus propias deudas».
Indicó que en esa situación, los estudios no pueden atender compromisos «que pueden reportar al país unos cuántos miles» de dólares, ni pagar sus deudas, mientras que «seguirá deteriorándose como empresa» estatal.
«Algunos de estos funcionarios de Cultura nunca perdonaron la existencia de Abdala. En vez de ver a estos estudios como un aporte a la Cultura, sintieron que se hacían para poner en evidencia su incompetencia. Los que piensan así no son músicos, y si alguno lo fue dejó de razonar como tal», señaló.
Dijo haber tocado «puertas que no se abren y oídos que no escuchan», lo que le da una vergüenza menor que la sentirá cuando «vea los estudios en ruina».
Rodríguez, de 67 años, es propietario de los estudios «Ojalá».