Un trabajador de ACNUR en Lampedusa ha informado de que hay 155 supervivientes, todos ellos, a excepción de un tunecino, de origen eritreo, y que los esfuerzos se centran en ayudar a los supervivientes del barco que transportaba de forma clandestina personas hacia Italia.
Entre estas personas hay 40 menores no acompañados de entre 14 y 17 años y seis mujeres. Están exhaustos y en estado de shock. Se han recuperado unos 111 cuerpos, mientras que otros continúan desaparecidos, presumiblemente atrapados en el interior del barco. Las personas que han muerto no sabrían nadar o habrían quedado atrapadas en la bodega del barco, que se encontraba atestada.
Los supervivientes ya han sido trasladados a un centro de recepción cercano que actualmente se encuentra saturado y que acoge a unas 1.000 personas que también han llegado en barco recientemente. ACNUR se reunirá hoy con los supervivientes de este último accidente, a los que ofrecerá asesoramiento sobre el procedimiento de asilo. También ha llegado personal adicional de ACNUR a Roma y un psicólogo de Cruz Roja ofrecerá ayuda psicosocial.
Según los supervivientes, el barco partió de Libia hace 13 días con 500 personas a bordo. Muchos embarcaron en Misrata, mientras que otros lo hicieron más al oeste, en Zuwara. Cuando se aproximaban al litoral italiano a primera hora de ayer, el motor del barco se paró a media milla de la costa. Esperaban ser avistados y rescatados, sin embargo, según testimonios de los supervivientes, varios barcos de pesca pasaron por delante suyo sin ayudarles. Entonces prendieron fuego a ropa y mantas para atraer la atención sobre su presencia, aunque posteriormente la embarcación se incendió. Finalmente el barco fue divisado por una embarcación turística que dio la voz de alarma. La guardia costera italiana acudió en su ayuda.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, ha declarado que “hay algo que va definitivamente mal en un mundo donde la gente que necesita protección tiene que recurrir a estos peligrosos viajes. Esta tragedia debería servir como una llamada de atención. Se necesita una cooperación internacional más efectiva que incluya medidas enérgicas contra la trata y el tráfico de personas, al tiempo que se proteja a sus víctimas. Esto muestra lo importante que es para los refugiados contar con vías legales para acceder a los territorios donde puedan encontrar protección”.