La Sala Negra de los Teatros del Canal en Madrid, es la de cercanía con el público, con la primera fila al nivel del espacio escénico. Por ella han pasado los últimos cuatro conciertos de la XIII Suma Flamenca. Conciertos que incluyen distintos aspectos de la vanguardia flamenca, que desde el punto de vista instrumental crean maravillosas versiones musicales. El cante es lo que pone la nota de raíz en la mayoría de esos conciertos.
Juan Parrilla representa la penúltima generación por ahora de una de las más grandes dinastías flamencas de Jerez de la Frontera, que se remonta a su bisabuelo Juanichi el Manijero, su abuelo Tío Parrilla, su padre Juan Parrilla, su tío Parrilla de Jerez, una de las glorias de la guitarra jerezana, su tía la bailaora Ana Parrilla; Tío Lorenzo y Tío Fernando Gálvez cantaores.
Él, Juan Parrilla, es el flautista de la familia, compositor, arreglista, autor del libro “Método Flamenco para Instrumentos Melódicos.” Esta noche del 23 de junio es actor y director del espectáculo Herencia, un homenaje a toda su estirpe y a los artistas que más influyeron en su carrera. Esta noche está a la cabeza de un quinteto de lujo: Él con su flauta protagonista, su hijo Manuel a la guitarra eléctrica; Jonathan Losada, el más joven de la saga de los Losada, toca el bajo eléctrico y canta, porque él es cantaor y compositor de canciones. A la percusión otro famoso de nacimiento, Ané Carrasco, hijo de Diego. Y al piano Daniel García, también compositor, arreglista y director musical.
Los homenajes en memoria y agradecimiento a los que componen su background artístico, su herencia flamenca, van sucediéndose a lo largo de la noche. Un quinteto que a veces suena a nuevo flamenco, otras a Flamenco Band, otras como concierto sinfónico y a veces como una Jazz Band. Un quinteto con muchas horas de ensayo y largo recorrido por el mundo, por lo que versionen como versionen siempre suenan maravillosamente.
El concierto
Da inicio al concierto con “Dicen que suena”, en homenaje a su tío Parrilla de Jerez, con músicas de aires gitanos profundos, como un llanto por Parrilla, con el cante de Jonathan Losada, “y las guitarras lloran por la Plazuela”…
¿Alguien podía imaginar unas Alegrías tristes? Pues aquí están en homenaje a Enrique de Melchor, que este concierto a la memoria también incluye a las grandes figuras del flamenco con resonancias en su vida.
Luego empiezan a sonar como Flamenco Band por tangos compuestos para Ara Malikian, dedicados a la gente que ha sabido vivir la vida, artistas con los que ha colaborado o para los que ha compuesto, que son los artífices de lo que él es. Versiones múltiples que incluyen una canción de Serrat y aires de It ain’t necessarily so de Porgy and Bess. Magistral. Una de las cosas que más emocionan de este singular personaje es su sentido del humor en sus conversaciones con el público entre pieza y pieza.
“Herencia”, dice Juan, es mi familia y todos los artistas con los que he colaborado durante décadas y de los que tanto he aprendido y disfrutado. ¡Y encima me pagaban!
Homenajea a Moraíto Chico con una canción suya del año pasado, “¡Vivan los Cayos Reales!” Y a su pareja y musa, con una soleá que lleva su nombre, la Soleá de Susan, con piano protagonista y gran conjunción rítmica y melódica.
Juan anuncia una Seguiriya rara…“Pensé llamarla “La inevitable levedad de la seguiriya” o “Los renglones torcidos de la seguiriya” pero sonaba un poco a plagio, (ríe) así que se quedó en “Seguiriya rara”, dedicada a mi bisabuelo Tío Juanichi el Manijero, con sabor a falsetas de Sabicas y a cante de Caracol”. Diga lo que diga, aquí es una Jazz Band con cante de Jonny Losada con la que fliparía Tío Juanichi…
Para la Farruca Escarlata que compuso para el “Adalí” de Aída Gómez, se une al quinteto una invitada muy especial, la chelista Julia Torralba. Este es el concierto sinfónico de la noche, con chelo solista, piano y flauta. Preciosa farruca de ida y vuelta.
Y el final por bulerías. ¿Podía ser de otro modo con tanta gente de Jerez?
La Movida Flamenca Madrileña
Juan Carmona “Camborio” y Josemi Carmona, los Ketama de aquella movida, hijos de Habichuelas, Juan y Pepe. Tercera guitarra Juan José Suárez “Paquete” de La Barbería del Sur. Al cante Rafita de Madrid, Kiki Cortiñas y la cantante Lya. La trompeta de Enriquito Rodríguez, el bajo de Antonio Ramos “Maca” y la percusión de “El Moreno”, otro Habichuela. Una banda de nueve artistas para reponer en escena aquellos años gloriosos de la Movida Madrileña.
Hizo de maestro de ceremonias José Manuel Gómez Gufi, que hizo una exposición poética y muy realista de lo que fue la Movida Flamenca en Madrid. Contundente cuando dijo, “traza un círculo desde el centro de la Plaza de Santa Ana de 300 metros de radio y nos encontramos con un porcentaje abrumador de la historia del flamenco” y del total de la movida, entrelazada con las borracheras de Hemingway y las aventuras madrileñas de Ava Gardner y su –con razón- celoso marido de por entonces, Frankie Sinatra.”
Fue glorioso volver a vivir, volver a ser jóvenes con aquellos inolvidables 70, 80 y 90 del siglo pasado con tres guitarras de culto que se fueron turnando para volver a dar voz – habría que decir a ellos mismos como creadores de Ketama y la Barbería,- a aquella movida que tuvo nombres tan sonoros como Los Chichos, Las Grecas, Manzanita el sobrino de Caracol, Camarón, Paco de Lucía, Enrique Morente, Ray Heredia. Quizá la mayor revolución musical de aquellos años, porque nadie como ellos partía de algo tan racial y profundo. Aquello certificó a Madrid como ciudad flamenca de pleno derecho .
El concierto
Josemi Carmona está sentado con su guitarra detrás y los otros ocho delante en semicírculo, cantando y compaseando a capella “África” del álbum “Shongay”, aquella fusión de flamenco y música africana de los Carmona y Toumani Diabaté. Un acierto para entrar en calor, un calor muy emocionante.
Y para recordar a Ray Heredia, de familia gitana de bailaores, hijo de El Josele, nada mejor que una canción de su único álbum en solitario “Quien no corre vuela”, la canción “Lo bueno y lo malo”, títulos proféticos porque Heredia murió un mes después de la grabación del disco, en julio de 1991. Precursor de esta revolución, miembro de La Barbería del Sur y cofundador de Ketama, se fue con 28 años, víctima de la heroína. Otro santo y seña de los años de la movida. Más para seguir entrando en calor.
Las guitarras se turnan para ocuparse de la memoria de los grupos y artistas que integraron esa revolución musical. Josemi Carmona dirige la canción de mayor éxito del trío Los Chichos “Quiero ser libre” escrita por Jero mientras cumplía una breve condena con 19 años. También habitual en jóvenes que procedían de la marginalidad en aquellos años. Al cante Rafita de Madrid y Kiki Cortiñas.
Hubo homenaje a Paco de Lucía, siempre amado por Josemi Carmona. Y recuerdo a los compañeros de movida y amigos desde entonces hasta hoy, toda una vida, Jorge Pardo y Carles Benavent.
La guitarra de Camborio sonó para la canción que hizo famosas a Las Grecas, las reinas del flamenco – rock en los 70, “Te estoy amando locamente”, maravillosa en la voz de Lya, el compás de El Moreno y el bajo jazzero de Maca. La trompeta de Enriquito Rodríguez, no solo aquí, durante todo el concierto marcó un auténtico hito sonoro del lado fusión – rock – jazz. Tal como estaban sentados en escena, la izquierda de la guitarra era el lado del nuevo flamenco y la derecha el del rock – jazz – fusión.
Camborio puso la guitarra y Rafita de Madrid y Cortiñas se turnaron en el cante en la remembranza de Manzanita, cantaor y guitarrista, en un recorrido por distintas etapas de su vida desde la rumba urbana que hizo con Los Chorbos, reflejo de suburbios marginales, a “Poco ruido y mucho duende”, al tema “Verde” del poema de García Lorca, ambos de los 70, “La quiero a morir” de mediados los 80 y algo más. ¡Manzanita en 2018 con una Flamenco – Jazz – Rock Band de lujo!. Murió joven y solo, -48 años- en Alhaurín de la Torre (Málaga) en 2004, de infarto fulminante. Otro sinónimo de la movida.
Juan Carmona Camborio incluyó otro homenaje a Ray Heredia con “Alegría de vivir” y “No estamos locos” que produjo un hombre enamorado de la vida, Mateo Pacheco, un artífice de la producción del nuevo flamenco con su sello Nuevos Medios.
Paquete se ocupó de recordar a Camarón y a Enrique Morente. Camarón se hizo presente con “La Primavera” en la voz de Rafita de Madrid, que esta noche estuvo implicado como nunca. Y sobresaliente la voz de Lya que fusionó su raíz flamenca con pop-rock, muy al gusto de Camarón.
Un final poco habitual por pasodoble dedicado a Pacheco.
Este concierto cerró la Suma Flamenca 2018 el día de la mágica noche de San Juan en la Sala Negra de los Teatros del Canal. Pero realmente el final de la Suma estuvo en otros foros, en conciertos de pura raíz flamenca, en horario para noctámbulos, con crónica posterior.
Otros conciertos en la Sala Negra: “Confluencias” de la Flamenco Jazz Company y el “Kamiben” de Barnabas Hangonyi Batio.