Taxi, de Jafar Panahi, Oso de Oro a la Mejor película en la Berlinale

El largometraje iraní Taxi, del realizador Jafar Panahi, ha conseguido el Oso de Oro a la Mejor película en el Festival de Berlín (Berlinale) 2015. En la película, Panahi, quien tiene prohibido rodar películas, salir de Irán y conceder entrevistas durante veinte años, conduce un taxi por las calles de Teherán.

Jafar-Panahi Taxi, de Jafar Panahi, Oso de Oro a la Mejor película en la BerlinalePanahi conoce a gente interesante que sube al vehículo con la que intercambia opiniones y debate de política, y filma la capital en “una crónica a la vez sobrecogedora y divertida de la sociedad iraní”, en la tercera película que el autor filma de manera clandestina con lo que se salta una de las tres prohibiciones de su gobierno: no ha podido asistir, en cambio, a la presentación en el festival alemán ni ha concedido entrevista alguna para hablar de ella.

Jafar Panahi nació en Irán en 1960. En los años 1990 formó parte del movimiento artístico conocido como “la nouvelle vague iraní”, que produjo una serie de películas críticas con las reglas restrictivas del estado islamista. En 1995 consiguió su primer galardón, el premio Camera d’Or en el Festival de Cannes con «El globo blanco». En 1997 el leopardo de Oro, en el Festival de Locarno, con «El espejo» y en 2000 el León de Oro de la Mostra de Venecia por «El círculo».

Desde entonces, Jafar Panahi se encuentra en el punto de mira de las autoridades de su país porque para filmar no suele solicitar la autorización correspondiente del Ministerio de Cultura: su método habitual es filmar una falsa película oficial que esconde el auténtico proyecto. Y después, sacar la obra del país clandestinamente y presentarla en un festival internacional: siempre historias privadas, los destinos de personajes vulnerables que ponen de manifiesto las carencias y los absurdos de las condiciones de vida en Irán.

“Como todo gran cineasta, Panahi impone su marca, los espectadores se reconocen en sus personajes a pesar de que nunca pronuncian palabras como militancia o contestación”. Son películas clandestinas, de encierro, docu-ficciones abiertamente políticas.

El 30 de julio de 2009, Mojtaba Saminejad, un bloguero y activista en la defensa de los derechos humanos, informó de la detención de Jafar Panahi en el cementerio de Teherán, donde había asistido al entierro de Neda Agha-Soltan, la joven iraní asesinada por la milicia Basij durante las protestas de 2009 (su muerte adquirió gran notoriedad en todo el mundo por haber sido grabada por otros manifestantes y difundida en Internet). Más tarde Panahi fue liberado, pero se le retiró el pasaporte y se le prohibió abandonar el país.

En febrero de 2010 las autoridades islámicas no le permitieron viajar al Festival de Cine de Berlín. El 1 de marzo, Panahi fue detenido de nuevo, esta vez en su casa junto con su mujer Tahereh Saidi, su hija Solmaz Panahi y 15 amigos que fueron llevados a la cárcel de Evin, en el norte de Teherán, famosa por los malos tratos que en ella reciben los presos políticos (El 11 de julio de 2003 falleció en su interior la fotógrafo irano-canadiense Zahra Kazemi, a consecuencia del derrame cerebral provocado por las palizas que le dieron sus carceleros. Su familia no pudo ver el cuerpo, inhumado apresuradamente por las autoridades iraníes). Muchos de ellos salieron en libertad a las 48 horas, pero no Panahi. Su detención fue confirmada por el procurador general de Teherán, Abas Jafari Dolatabadi, quien no especificó ningún cargo contra él, limitándose a asegurar que no le habían detenido por ser «un artista o por razones políticas», sino por haber «cometido un delito”. Destacados representantes del mundo artístico y cultural internacional firmaron declaraciones y escritos a favor del cineasta encarcelado y exigieron su libertad a las autoridades iraníes.

Siete días después, un grupo de conocidos productores, directores y actores iraníes visitaron a la familia de Jafar Panahi para mostrarles su apoyo y hacer un llamamiento por su inmediata liberación. El 18 de marzo se le permitió recibir la visita de su familia y de un abogado. El 14 de abril, el ministro de Cultura iraní dijo que Panahi había sido arrestado porque «estaba hacienda una película contra el régimen en la que se mostraban los acontecimientos posteriores a las elecciones de 2009». En marzo muchos actores, directores y productores iraníes firmaron una petición pidiendo la inmediata liberación de Jafar Panahi. El 30 de abril un gran número de directores norteamericanos entre los que se encontraban Robert Redford, Martin Scorsese, Steven Spielberg, Robert De Niro, Ethan y Joel Coen, Michael Moore, Jonathan Demme, Jim Jarmusch y Oliver Stone, firmaron una carta que terminaba con estas líneas: “Al igual que los artistas de todo el mundo, también los cineastas iraníes deberían de ser reconocidos y no censurados, reprimidos y encarcelados.”

El 18 de mayo, periódicos de todo el mundo publicaban fragmentos del mensaje enviado por Panahi desde la cárcel:

“Por la presente declaro que he sido objeto de malos tratos en la prisión de Evin. El sábado 15 de mayo de 2010, los guardias de la prisión entraron de repente en nuestra celda, la número 56, y nos sacaron a mi y a mis compañeros, nos hicieron desnudarnos y nos tuvieron en el frío durante una hora y media. El domingo por la mañana me llevaron a la sala de interrogatorios y me acusaron de haber filmado el interior de mi celda, lo que es completamente falso. Entonces me amenazaron con encarcelar a toda mi familia en Evin y maltratar a mi hija en una prisión poco segura de la ciudad de Rejayi Shahr. No he comido ni he bebido nada desde el domingo por la mañana, y declaro que si mis deseos no son respetados voy a seguir absteniéndome de beber y comer. No quiero ser una rata en un laboratorio. Víctima de sus enfermizos juegos amenazado y torturado sicológicamente. Mis exigencias son:

– Tener la posibilidad de contactar y ver a mi familia, así como tener la completa seguridad de que están a salvo.

– El derecho a tener y comunicarme con un abogado, pues ya he pasado 77 días en prisión.

– La libertad incondicional hasta mi juicio y el veredicto final.

Por último, juro por lo que creo que es el cine que no voy a dejar mi huelga de hambre hasta que mis deseos sean satisfechos.

Mi último deseo es que mis restos sean devueltos a mi familia, para que puedan enterrarme en el lugar que elijan». Después de 10 días de huelga de hambre y gracias a la movilización internacional en favor de su liberación —varias organizaciones como Amnistía Internacional o la International Campaign for Human Righhts en Iran organizaron la recogida de firmas en apoyo del cineasta—, el 25 de mayo, y después de 88 días detenido, Panahi salió de la cárcel bajo fianza de 2000 millones de riales, equivalente entonces a unos 150.000 €. El 20 de diciembre de 2010 fue condenado a 6 años de cárcel y 20 de inhabilitación para hacer cine, viajar al extranjero o conceder entrevistas. Panahi apeló la sentencia, pero en octubre de 2011 un tribunal de Teherán confirmó la condena por «actuar contra la seguridad nacional y hacer propaganda contra el estado».

La historia de amor entre el cineasta iraní y la Berlinale se remonta a 2006 cuando consiguió el Oso de Plata con el documental «Fuera de juego», sobre unas jóvenes que se visten de chicos para poder asistir a un partido de fútbol en Irán. En 2010, Panahi, al que acababan de prohibir salir de Irán, era el Invitado de Honor del festival. En 2011, una silla vacía ocupaba el lugar donde debía encontrarse como miembro del Jurado. En 2013, la película Closed curtain, realizada con Kambuzia Partovi, recibió el Oso de Plata al mejor Guión.

“Cuando un cineasta no puede seguir haciendo películas es como si estuviera en la cárcel”, declaró hace ya algunos años al diario británico The Guardian. Por eso, la que rodó en 2011 se llamaba «Esto no es una película» y la rodó, mientras se encontraba en residencia vigilada, en el interior de su casa a base de colocar puertas falsas y reconstruir falsas habitaciones. Y la de 2012 «Closed curtains» (Persianas bajadas), donde una vez más se interpretaba a sí mismo con las ventanas condenadas “para soñar mejor con un mundo libre”.

Además de los ya citados, Panahi ha recibido el Premio Cinema Unlimited Award 2007 a toda una carrera y el Premio del Jurado-Un certain regard en Cannes 2003.

Palmarés de la Berlinale 2015:

  • Oso de Oro a la mejor película: Taxi, de Jafar Panahi
  • Gran Premio del Jurado, Oso de Plata: The Club, de Pablo Larraín
  • Oso de Plata al mejor realizador ex-aequo para Radu Jude por Aferim! Y Malgorzata Szumowska por Body
  • Oso de Plata a la Mejor Actriz para Charlotte Rampling por 45 años
  • Oso de Oro al Mejor Actor para Tom Courtenay por 45 años
  • Oso de Plata al Mejor Guión para Patricio Guzmán por El botón de nácar
  • Premio a la Mejor Primera película para 600 Millas de Gabriel Ripstein
  • Oso de Oro al Mejor cortometraje para Hosanna de Na Young-kil
  • Oso de Oro de Honor para Wim Wenders
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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