Con “El castigo sin venganza”, el Lope de Vega postrero entonó su canto del cisne como un bramido de rabia ante una época, una vida, la suya, que, lúcido y consciente, advertía ya no le pertenecía.
Es una tragedia sobria, sin cuartel y sin esperanza, que narra la historia de amor prohibido entre un hijastro y una madrastra, un amor que va más de la mera contravención sino que vulnera el honor; es decir, las normas sociales, la estructura social a la que los personajes principales (miembros de la élite) pertenecen.
Helena Pimenta y Álvaro Tato resalta las ominosas premoniciones que recorre la obra en los desamparados versos, en las miradas perdidas, en el coro de chaplines oscuros y maquinales que cercan a los personajes, en los contornos de luz negra y gris, en las siluetas a media voz, en el escenario que rueda sobre sí mismos, en los personajes que vuelven al punto de partida mientras el enorme espejo que gravita sobre el escenario devolviéndoles las otras verdades que no quieren saber, que no quieren entender.
Es una función grave, solemne y oscura, plagada de aristas y de gravitas, acribillada de contradicción y complejidad. Es un reto que todo el equilibrado relato afronta para hacer brillar a gran altura.
Destacan Rafa Castejón, conmovedor y conmovido, que será un desconcertado Federico, atravesado por un amor que no comprende, por unos acontecimientos que le sobrepasan; Beatriz Arguello compone una Casandra vital y eufórica, indignada y furiosa, víctima y heroína; Lola Baldrich da a sus tres personajes descaro, picardía y dulzura; Nuria Gallardo llena de lucidez, dignidad y melancolía a aurora y, sobre todos ellos, gravita Joaquín Notario, el Duque de Ferrara, que insufla vida a su papel de superviviente entre las ruinas, representante de un mundo amenazado ( en toda la obra hay un, por así decirlo, aroma a amenaza), de una orden de que debe sostener sus columnas, mientras ruge, brama y llora, sabiendo su derrota.
En las capaces manos de Helena Pimenta y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, “El castigo sin venganza”, estremecida y estremecedora obra, resplandece en todo su sombrío esplendor en el que refulge en toda su desolación, restalla su pathos mientras crepita con toda su desolación su inevitable y fatal conclusión.
Ficha artística
Dirección: Helena Pimenta
Versión: Álvaro Tato
Iluminación:Juan Gómez Cornejo
Escenografía: Mónica Teijeiro
Reparto (por orden de intervención)
Ricardo:Alejandro Pau
Febo:Fernando Trujillo
Duque de Ferrara: Joaquín Notario
Cintia/Andrelina /Lucrecia: Lola Baldrich
Aurora: Nuria Gallardo
Federico:Rafa Castejón
Batín:Carlos Chamarro
Casandra: Beatriz Arguello
Marqués de Gonzaga:Javier Collado
Coro:
Anna Maruny, Fernando Trujillo, Alejandro Pau, Íñigo Álvarez de Lara
Teatro en España