TR3S Flamencos en Madrid

Tres flamencos, tres bailaores, tres hermanos de gran estirpe gitana están con su espectáculo TR3S Flamencos por primera vez en el teatro Nuevo Apolo de Madrid. Los hermanos Fernández Montoya, Juan Manuel, Antonio y Manuel, de nombre artístico Farruquito, El Farru y El Carpeta. Nietos de Antonio Montoya Flores El Farruco y de Pastora Amaya, hijos de Rosario La Farruca y del cantaor Juan Fernández Flores El Moreno. TR3S es un homenaje al ilustre abuelo El Farruco.

https://youtu.be/GhpLfJ1EmYA

Un elenco extenso. Los habituales, las cantaoras Mari Vizarraga  La Mari y Encarnita Anillo; los cantaores Pepe de Pura  y Antonio Villar.  A la guitarra Raúl Vicenti y José Gálvez. El toque moderno lo pusieron una pequeña batería a cargo de su primo Polito, Tomás, esta noche al violonchelo  y un flautista excelente.

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TR3S Flamencos en el Nuevo Apolo.

No sé que se puede decir a estas alturas de estos hermanos que aprendieron a caminar bailando. Es cierto que les revienta la estirpe por todos los poros, que son diferentes, ¡faltaría más¡, también en grado de genio. El mayor, Farruquito, ¡34 años ya!, del que dice su madre que a las dos horas de nacer le cogió a su padre por un dedo y se incorporó en la cuna, es el genio, el sobresaliente en todo, el único y, por añadidura, El Patriarca desde que tenía quince años. El Farru tiene esa profunda vena de artista, duende y jondura, canta, compone y toca la guitarra pero le falta la elegancia natural, no aprendida de su hermano mayor. Ahora, a sus 28 años, ha acumulado toda la sabiduría de la escuela creada por su abuelo, que expresa en su muy personal estilo. Y el niño Manuel, de 19 años, todavía la fruta en proceso de maduración de los Fernández Montoya. El peso de la leyenda que tiene sobre él puede ser abrumador. Es muy joven, seguirá aprendiendo, perfeccionándose, adquiriendo tablas, triunfando por el mundo y, quizá, algún día logre desprenderse de esa especie de cordón umbilical que le ata a su adorado hermano mayor, casi un padre para él, y solo entonces podrá ser él plenamente.

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Tres Flamencos en el Nuevo Apolo. Seguiriya.

Desde 2015, que TR3S tuvo su estreno mundial en el Teatro Cervantes de Málaga, ha recibido el aplauso incondicional y condicionado de diversos públicos. Es muy sabio el minimalismo efectista de una puesta en escena al servicio de los bailaores, basada en efectos lumínicos. No hacía falta más. Hicieron su presentación haciendo compás con los nudillos, sobre una mesa, de una seguiriya de solemnidad rancia que dejaba entrever el homenaje al abuelo y a la madre, Farruco y Farruca.  Los tres desbordaron sentimiento. Ellos no interpretan, sienten. Llevan impreso en el alma el drama vivido por Farruquito que perdió al abuelo, maestro y mentor cuando tenía quince años, y cuatro años más tarde a su padre y cantaor en la circunstancia más dramática que pueda darse. Al Moreno le dio un infarto cerebral en escena, en Buenos Aires, y murió en brazos del hijo. Eso marca. Los ha marcado a los tres en muy distinto grado. Pero los tres parecen ser hechura del arte  más puro y del drama más profundo. Sienten, no interpretan. En eso llevan ventaja a todos los demás.

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Manuel Fernández Montoya El Carpeta. Bulería.

Cuando hablamos de un espectáculo dirigido por Farruquito hay que hablar del vestuario. Original, histórico o actual, elegante, incluso a veces fastuoso, siempre auténtico. En esto Farruquito recuerda al cineasta Visconti que vestía a sus personajes de verdad, nunca de guardarropía. Los productores se quejaban del enorme costo de la producción pero él insistía en que para ser creíble no había otro camino que el de la verdad. Farruquito es igualmente consciente de la necesidad del vestuario extenso, elegante, impecable, histórico o actual, fastuoso a veces como el de la seguiriya con la que da comienzo TR3S Flamencos

La bulería parece ser una cuestión de amor para El Carpeta, con una retromirada puesta en aquellos que se fueron y que él ha hecho misión de hacer presentes. Vivió el compás de la bulería sintiendo una historia particular, la del propio linaje.

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Tres Flamencos. Antonio Fernández Montoya El Farru y Farruquito.

A Farruquito le tocó revivir a Faíco, un especialista de algo ya casi olvidado, la farruca, dejando esencias que se remontan a la bisabuela creadora de la dinastía de los Farrucos, que ganó un concurso por este baile inspirada en el maestro.

Farruquito y El Farru. Uno se pierde mirando a sus pies, a las filigranas increíbles que van tejiendo con su taconeo, punteo, desplantes, torsiones estilo derviche, compás siempre preciso, ritmo que puede ir de fortissimo  a la vibración mínima, con un casi imposible control de los músculos. Hay tanta pasión que llegan a ser hipnóticos. Destreza y precisión que hablan de trabajo constante, amor por lo que hacen, disciplina de por vida. Dicen que cuando ensayan viven a la misma profundidad. Y nunca se agotan. Farru dio una clase magistral de taconeo en un baile que le es ajeno geográficamente a un gitano sevillano de la más pura cepa; en un baile levantino como el Taranto. ¿Porqué Tarantos?

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Tres Flamencos. Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito

Volvieron a bailar juntos la soleá. Bailaron de corazón, en el amor, en el dolor y en el recuerdo, (cada uno el suyo) de Antonio Montoya Flores, la razón de la existencia vital y artística de estos tres hermanos que representan casi tres generaciones diferentes, unidos en el amor a una filosofía, a la escuela creada por el para ellos omnipresente, el gran Farruco.

Porqué esta noche no hubo concierto de guitarras, un misterio. Sorprendieron con un excelente solo de chelo y otro de flauta.  ¿ el toque moderno?

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Manuel Fernández Montoya El Carpeta

Cuando todos dábamos por terminado el concierto, en duración y enjundia,  sorprendieron con una propina, vestidos de blanco, algo de esencia y celebración muy gitana. El orgullo étnico, no ya de estos tres privilegiados que jamás se han sentido discriminados por su etnia, (Farruquito en entrevista en 2015 en Pamplona, Flamenco on Fire) pero que comparten con todos los romaníes es algo admirable, algo que debería hacer reflexionar a muchos payos del mundo. A lo mejor habría menos guerras.

Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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