En este preciso instante, millones de personas huyen de conflictos armados, de las consecuencias del cambio climático, de las desigualdades y de la extrema pobreza, y son presa fácil de traficantes al acecho para someterlas a explotación sexual, trabajo forzoso o hasta para extraerles órganos, informa Baher Kamal[1] (IPS) desde Roma.
Además, 79 por ciento de las víctimas de trata son mujeres, niñas y niños, según el Informe sobre el Tráfico de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El drama es inmenso. Millones de niñas y niños, mujeres y hombres caen todos los años en manos de traficantes que los atraen con falsas promesas y engaños, denuncia el documento publicado el 30 de julio de 2017 con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas.
La compra y venta de migrantes en «mercados de esclavos» es un negocio enorme. De hecho, la trata y el tráfico humano se volvió un negocio mundial multimillonario, que afecta a casi todos los países del mundo, denunció el director ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov.
Derechos robados
«En la actualidad, hay millones de personas cuya libertad, dignidad y derechos humanos esenciales fueron robados. Las someten a explotación sexual, trabajo forzado, servidumbre doméstica, mendicidad forzada, robo, pornografía en Internet y hasta las obligan a ‘vender’ órganos y piel», señala el informe.
«El negocio inhumano está lejos de reducirse; entre 2012 y 2014, se detectaron más de 500 flujos de tráfico, y en países de Europa del oeste y del sur se encontraron víctimas de 137 nacionalidades diferentes», detalla el documento. Es decir, «el delito de trata de personas ocurre en casi todas partes».
Los tipos de trata más comunes son explotación sexual y trabajo forzoso, precisa el informe, pero también hay muchas otras como obligar a las víctimas a mendigar, matrimonios por conveniencia, fraude, producción de pornografía, extracción de órganos vitales, entre otros.
Muchos países penalizan a la mayoría de las formas de trata de personas, como establecen los protocolos de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. El número de países que combaten este tipo de delitos aumentó de 33, en 2003, a 158, en 2016, lo que es una buena señal y ha ayudado a asistir a las víctimas y a procesar a los responsables, destacó Fedotov.
«Lamentablemente, el número de condenas sigue siendo bajo. Las conclusiones de la UNODC muestran que hay una estrecha correlación entre el tiempo que hace que la ley fue aprobada y el número de condenas.»
Trata de personas
La ONU define a la trata de personas como un delito basado en la explotación de mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y el sexo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 21 millones de personas son víctimas de trabajo forzoso en el mundo, entre las que están las traficadas con fines de explotación laboral y sexual.
No se sabe exactamente cuántas de esas personas son traficadas, pero las estimaciones indican que habría millones de víctimas en el mundo.
«Todos los países del mundo están afectados por la trata de personas, ya sea que sean un país de origen, tránsito o destino de víctimas. Los niños representan una de cada tres víctimas», denuncia el informe.
Otro acontecimiento importante es la Reunión de Alto Nivel de Refugiados y Migrantes, de la cual salió la innovadora Declaración de Nueva York, el 19 de septiembre de 2016. De los 19 compromisos acordados, tres se refieren a acciones concretas contra la trata y el tráfico humano.
Proteger, asistir a personas víctimas de trata
Este año, la UNODC decidió conmemorar el Día Mundial contra la Trata de Personas subrayando la necesidad de «actuar para proteger y asistir a las víctimas de trata».
Este asunto subraya uno de los asuntos más acuciantes de nuestro tiempo, la gran mezcla de movimientos migratorios, que incluyen a los refugiados, pero también a otros.
El objetivo es realzar el impacto de conflictos y desastres naturales, así como los múltiples riesgos que supone la trata de personas para muchas víctimas.
También pone de relieve la cuestión clave en materia de respuesta a la trata, y es que no se identifica como tal a la mayoría de las víctimas y, por lo tanto, no pueden acceder a la asistencia ni a la protección prevista.
Luchando contra la trata de personas desde los años 90
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) trabaja contra la trata y el tráfico humano desde la década de los año 90.
«Nuestros principales objetivos son evitar la trata de personas y proteger a las víctimas, en momentos ordinarios y de crisis, a la vez que les ofrecemos apoyo para su recuperación, mediante una integración segura y sostenible, apoyo para regresar a sus países de origen o, en algunas circunstancias, para reasentarse en un tercer país», precisa la OIM.
Hasta ahora asistió a unas 90 000 víctimas de trata y tráfico. «Para garantizar su libertad y la oportunidad de rehacer sus vidas, la asistencia de la OIM incluye alojamiento seguro, apoyo médico y psicosocial y reintegración y regreso voluntario asistido», precisó.
La OIM trabaja con gobiernos, sector privado, organizaciones de la sociedad civil y otras agencias de las Naciones Unidas para «proteger a las víctimas de trata y de otras formas asociadas de explotación y abuso, evitar la ocurrencia de esos abusos y apoyar el desarrollo y la implementación de políticas destinadas a la prevención y el procesamiento de esos delitos y de la protección de víctimas».
El enfoque de la agencia se basa en el respeto por los derechos humanos, el apoyo al bienestar físico, mental y social de las persona y su comunidad y la sostenibilidad mediante la construcción de capacidades y la facilitación de soluciones duraderas para todos los beneficiarios.
- Traducido por Verónica Firme
- Publicado por IPS Noticias