Transaminasas: ¿qué sucede si aumentan?

Las transaminasas (ALT o GPT y AST o GOT) son enzimas intracelulares que catalizan reacciones de transaminación y que están localizadas en diversos tejidos del organismo, aunque la más específica de la lesión hepática sea la GPT.

La elevación anormal de estas viene definida por valores superiores al rango de lo que es considerado normal entre 30-40 U/L. Este aumento en sangre se debe a la destrucción celular o a un tratorno de la permeabilidad de la membrana de las células que las contienen aunque no existe una clara correlación entre las cifras de transaminasas y el grado de lesión hepática.

La causalidad entre el consumo excesivo de alcohol y el desarrollo de lesiones hepáticas es conocida desde hace muchos siglos. El alcohol es considerado, hoy en día, una de las causas más frecuentes de CH y la segunda de trasplante hepático (TH) en el mundo.

alcoholismo-1-600x253 Transaminasas: ¿qué sucede si aumentan?

El alcoholismo crónico representa un grave peligro para el hombre.

El consumo frecuente de alcohol puede ocasionar daño hepático, en los sistemas nervioso e inmunológico, así como un comportamiento social inapropiado en el individuo. En las últimas décadas se ha producido un incremento en el consumo de alcohol por parte de menores de edad, sobre todo adolescentes; y lo que es más preocupante, el número de grandes bebedores ha alcanzado cifras elevadas en esta población.

Durante la adolescencia se producen cambios en los sistemas endocrino y nervioso que llevan a transiciones significativas en el desarrollo biológico, cognitivo, psicológico y social del individuo. Todo esto hace que la adolescencia posea características que la hacen diferente de otras etapas de la vida.

El hígado es uno de los órganos que más se afecta como consecuencia de la ingestión irresponsable de alcohol y se plantea que la enfermedad hepática alcohólica se desarrolla en 3 etapas o estadios: esteatosis hepática, hepatitis tóxica o alcohólica, y cirrosis hepática.

Cada etapa se caracteriza por lesiones anatomopatológicas diferentes. En la etapa de esteatosis se observa infiltración grasa de los hepatocitos. En la hepatitis alcohólica se añaden otras lesiones, como son: infiltrados leucocitarios, cuerpos de Mallory y necrosis celular. La cirrosis se caracteriza por la presencia de extensas áreas de fibrosis y desorganización de la arquitectura lobulillar.

El alcohol etílico o etanol constituye un producto extraño para el organismo humano, capaz de generar toxicidad y muerte cuando es ingerido en cantidades excesivas.

Múltiples evidencias relacionan el abuso del alcohol con más de sesenta enfermedades, algunas “benignas” como la demencia, la pancreatitis, la cirrosis hepática (CH) o el síndrome de dependencia alcohólica, y otras malignas como los tumores de la cabeza y del cuello, el hepatocarcinoma (HCC), y los cánceres de esófago, páncreas, mama y colorrectal. Además, este tóxico está presente en la mitad de los accidentes laborales y de tráfico, acciones violentas (robos, asesinatos, suicidios), y genera otros problemas sociales y familiares graves.

En el metabolismo del alcohol, una vez ingerido, el alcohol es rápidamente absorbido por el estómago y el intestino delgado, desde donde se distribuye por el agua corporal. El 10% del alcohol absorbido es eliminado por los riñones, la piel y los pulmones aunque el resto es metabolizado en el hígado, en donde sufre dos procesos oxidativos que lo transforman primero en acetaldehído (AcH) y después en acetato. En el interior del hepatocito existen tres sistemas enzimáticos capaces de oxidar el etanol a AcH.

Los efectos tóxicos causados por el alcohol y su metabolismo así como las alteraciones funcionales y morfológicas que provoca en los hepatocitos se explican por las consecuencias de su metabolismo.

La abstinencia alcohólica es la única forma de abordar los valores altos de transaminasas. Debe ser la primera medida terapéutica en todos los casos y se sabe que los largos periodos de abstinencia consiguen mejorar la evolución del daño hepático, disminuir la presión portal, evitar la progresión a CH y aumentar la supervivencia en cualquiera de los estadios de la HPA. Esta mejoría ocurre en la mayoría de los casos tras tres meses de abstinencia, aunque es menos significativa entre las mujeres.

La dependencia alcohólica es difícil de tratar y con frecuencia es necesario un abordaje multidisciplinar que incluya medidas psicológicas y farmacológicas que ayuden a abandonar este hábito y a evitar la recaída.

En cualquier caso, si el primer síntoma a lo largo de varios meses o años es la elevación de las transaminasas puede que se esté procurando una enfermedad y usted no lo sepa. De nada sirve que mantenga una dieta mediterránea si la ingesta del alcohol es mayor de la que tolera. Las transaminasas no bajarán si usted no pide ayuda; primero al médico de familia y si no consigue restar los valores, apóyese con un equipo multidisciplinar en una clínica de desintoxicación si no es posible que usted lo haga solo. No lo deje, no hay otra opción y es peligroso si lleva años con valores altos de transaminasas.

 

 

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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