A Juan Carlos Santoyo, reportero fundador del Sistema Nacional de Noticiarios del Instituto Mexicano de la Radio, IMER, también un recuerdo a su padre el que fuera gran amigo y gran colega, Porfirio Santoyo. Inmemoria.
Dicen que los pueblos como el agua tienen memoria, hace cuatro años el chileno no lo demostró al elegir como su presidente al derechista, Sebastián Piñeira, sin embargo, después del falleciente gobierno cuando menos anodino, ahora el triunfo fue del socialismo, aunque su candidata, Michelle Bachelet tendrá que someterse a la segunda vuelta el próximo 15 de diciembre a su contrincante, la oficialista Evelyn Matthei.
Escasos tres puntos porcentuales le faltaron a la expresidenta, aunque es de resaltarse la amplia diferencia entre las dos punteras de los comicios de este domingo en Chile en los que compitieron 9 candidatos.
Según el último reporte del Servicio Electoral de Chile, Servel, y computados el 99.34 por ciento de las mesas en todo el país, la ex presidenta Bachelet obtuvo el 46.68 por ciento de los votos, por delante de Matthei, quien sólo recibió el 25.01, es decir una diferencia abismal de 21.67 puntos porcentuales.
Es de mencionarse, que los partidos pequeños como el Progresista con Marco Enríquez-Ominami como candidato logró el tercer lugar con un 10.96 por ciento, mientras que el candidato independiente Franco Parisi, alcanza el cuarto lugar con el 10.12. Los demás candidatos obtuvieron entre 0.19 y 2.80 por ciento de los votos.
La segunda vuelta chilena que se celebrará el próximo 15 de diciembre, según todos los sondeos de opinión, le dan a la ex mandataría amplio margen para consolidar su triunfo de esta jornada dominical, por eso mismo la declaración de Michelle: “Aquí no hay dos lecturas, hemos ganado y por una amplia mayoría”.
Cabe hacer notar que también la amplia coalición socialista que postuló a la triunfante Bachelet obtuvo mayoría simple en el Congreso, lo que augura que sus compromisos se cumplirán a cabalidad.
La exmandataria en el periodo 2006-2010 se mostró convencida de que dentro de un mes los chilenos respaldarán su programa de gobierno que se basa en tres ejes fundamentales: Educación Gratuita y de Calidad, una Reforma Tributaria que grava las ganancias de las grandes empresas y una nueva Constitución “que nazca en democracia, sin rastro de autoritarismo”.
En efecto, como ella misma lo ha expuesto, se trata de completar la tarea inconclusa que desde luego las fuerzas de la reacción no han permitido. El pueblo chileno, al parecer aprehendió la lección en dejar al país en manos de la derecha, cuyo referente más terrible y trágico es la dictadura pinochetista.
Aunque Michelle Bachelet es militante socialista, su triunfo en primera vuelta electoral en Chile es de centro izquierda pues la apoya un conglomerado de partidos políticos que abarca desde la Democracia Cristiana (inspirada en el ideario de Jacques Maritain), incluye al Partido Socialista (inspiración marxista, renovado), Partido por la Democracia (sin doctrina pero instrumental de izquierda con tendencia principal marxista), Partido Radical Social Demócrata (histórico, de izquierda no marxista), hasta el Partido Comunista (histórico, inspiración marxista tradicional). El de mayor peso electoral es la Democracia Cristiana y los de menos representación electoral son el Partido Radical y el Partido Comunista. El conjunto es denominado «Nueva Mayoría». Los partidos Socialista, Comunista y Radical, fueron parte del gobierno de la Unidad Popular y Salvador Allende (1970-1973). La Democracia Cristiana era, entonces, partido opositor.
El actual Gobierno de Derecha en Chile es algo excepcional en la historia política chilena desde 1938 al presente; únicamente han existido dos Jefes de Estado elegidos democráticamente en ese largo lapso, netamente de Derecha: Jorge Alessandri (1958) y Sebastián Piñera (2010). Quizás por esto, la «Alianza por Chile» políticamente ha echado la casa por la ventana en busca de una continuidad.
La candidata Evelyn Mathei, postulada por la «Alianza por Chile», es señalada como de Centro Derecha. La componen el partido Renovación Nacional (de centro derecha y hoy neoliberal predominante) y la Unión Demócrata Independiente (UDI, de centro derecha y también de derecha dura en algunos de sus líderes, neoliberal absolutamente). Ambos partidos están vinculados históricamente o en sentimientos al gobierno militar del general Augusto Pinochet Ugarte y, hasta el presente, defienden tal legado, con mayor énfasis la Unión Demócrata Independiente donde hay presencia política marcada del llamado «Pinochetismo». Mathei es militante UDI, adonde llegó luego de un conflicto en Renovación Nacional con Sebastián Piñera, del mismo partido, de hace años, en una pugna de precandidatura presidencial que tuvo ribetes públicos notorios por un «espionaje telefónico», mentiras y etc.
(Sebastián Piñera mismo, siendo de Derecha, debió en parte su triunfo Presidencial a una expresión pública de distanciamiento del «Pinochetismo», el haber votado No en el Plebiscito de 1988 que abrió el camino al retorno democrático y recordarlo constantemente, y a ciertas posturas simpáticas a personas cercanas electoralmente a las ideas demócratas de centro tradicionales).
En la «Alianza por Chile», hasta ahora, la predominancia ha sido de la UDI, que también como partido es el más fuerte de Chile. Siempre se las ha arreglado para incluso a última hora jugar una carta y ganar el «quien vive» a Renovación Nacional para que el candidato (a) presidencial en conjunto, sea de sus filas o comprometido con ellas.Sin embargo, nunca uno de ellos ha llegado a ser Presidente (a). Y en cambio, hoy están gobernando con un Presidente de la República que provino de Renovación Nacional, S. Piñera, que en su momento se la jugó más en la personal y con hábil maniobra, tan audaz como es en los negocios, logró imponerse a través del electorado.
Sobre la elección del domingo reciente, de los otros siete candidatos presidenciales que participaron, uno solo podría calificarse de Derecha, Parisi, quien en la campaña del ahora Presidente Piñera fue parte; pero sus votantes son más dispersos porque captó a descontentos de todos los sectores de acuerdo a lo que él mismo se propuso, los ataques más demoledores los recibió de la candidata Mathei. Los otros seis no son de Derecha, auque tengo dudas con uno definido como Regionalista, porque ser regionalista (como contrapuesto al centralismo chileno) es un sentimiento de muchos transversalmente, y con ese nombre en cualquier momento es posible inclinarse o pactar con allá o acá. Y hay uno de los otros candidatos que hasta donde vi los cómputos estaba obteniendo menos votos que la cantidad de firmas de personas que reunió para inscribirse como postulante.
Ahora, por mí parte, siendo chileno y un votante tradicional «duro», desde 1973 (donde tuve como elector debut y despedida porque meses después no había ya democracia), lo único que me importa es que pasen luego los días para votar en segunda vuelta y ¡ya!, para que dejemos de vernos la suerte entre gitanos.