UGT denuncia el retroceso laboral de las periodistas

La Federación de Servicios de UGT (FeS-UGT) y la Agrupación de Periodistas de la UGT (AgP-UGT) denuncian, con motivo del Día de la Mujer Trabajadora, la discriminación salarial que sufren las trabajadoras de los medios de comunicación.

Un informe del Gabinete Técnico de la Federación de Servicios de UGT, elaborado con datos de la Encuesta de Población de la Activa (EPA), muestra que los últimos diez años ha aumentado un 6,5% la presencia de mujeres en los medios de comunicación, pasando de un 39,8%, en el año 2003, al 46,3% en 2013.

Pero esa feminización de las plantillas sólo se da en el acceso al puesto de trabajo, ya que la presencia de mujeres en los puestos directivos es tan minoritaria que, «hoy por hoy, constituye casi una anécdota», señala la UGT.

Esta flagrante desigualdad es la que supone que las mujeres –que no acceden ni a pluses ni a los salarios más altos que tienen los cargos directivos- estén discriminadas en el cómputo salarial de las plantillas. Muestra de ello es que los cambios que se han producido en la dirección de “El País”, “El Mundo” y “La Vanguardia” ni siquiera se ha planteado la posibilidad de que una mujer asumiera por primera vez la dirección de alguno de los diarios de mayor tirada nacional.

En paralelo con la desigualdad salarial hay que señalar también que las trabajadoras de los medios de comunicación están sufriendo con mayor dureza el impacto de la crisis económica en el sector. En cifras, en los últimos cinco años las mujeres han sufrido un significativo proceso de reconversión, con la destrucción de un 30,5 % de empleos desde 2008. Esto supone la desaparición de casi 18.000 puestos de que ocupaban trabajadoras del sector. Según las cifras del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el paro registrado en los medios de comunicación alcanzó en enero de 2014 las 13.273 personas, de los que el 52% corresponde a las demandantes de empleo femeninas, frente a un 47,8% de hombres.

El número de demandantes de empleo femeninas ha aumentado en un 62,5% respecto a 2009, pasando de las 4.234 demandantes de 2009 a las 6.882 actuales. Es decir, el número de paradas de los medios se ha incrementado en más de 2.600 con la crisis (en el caso de los hombres la cifra no llega a 2.000 parados nuevos).

Según los últimos datos disponibles del INE sobre Estadística de Enseñanza Universitaria correspondientes al curso 2010/2011, el 62,2% de los alumnos matriculados en Periodismo eran mujeres, porcentaje que se estima cercano al 70% en la actualidad, lo que explica en parte por qué es más elevada la tasa de paro femenina en este sector.

1 COMENTARIO

  1. Me doy cuenta que lo crítico laboral del periodismo es más amplio de lo que imaginaba, y si bien afecta a la mujer periodista, en realidad las situaciones de desmedro son casi para todos.
    En Chile, de 5 escuelas de periodismo en 1972, con un total de titulados al año de algo así como 100 a 150, al 2000 llegaron a existir unas 35 o más (de la mano con un incentivo a crear universidades privadas y carreras libremente, sin relación directa con las posibilidades de empleo y mercado) con algo así como 1200 egresados/y o titulados en el país; ¡Diez veces más! En medio la prensa escrita se duopolizó y disminuyó la competencia, la radiofonía tuvo los efectos de la TV y esta última con más desarrollo tampoco puede ser capaz de absorber tanta oferta. El periodismo institucional debe ser el que realmente ha crecido notablemente;pero tampoco pueden existir milagros, pues en 1972 el país contaba con unos 9 millones de habitantes, y actualmente 2014, recién alcanza a los 18 millones aproximadamente. Ningún crecimiento económico, puede incorporar una agromegálica oferta de profesionales del periodismo. Mi parecer es que los únicos ganadores en este proceso, han sido las entidades ofertantes de la carrera, las universidades, las que responden a una gran demanda de estudio, pero sin ningún vínculo con las oportunidades laborales y tampoco ninguna exigencia al respecto por la dinámica neoliberal del mercado.
    Como si fuera poco, la legislación chilena de 1980 en adelante, permite el ejercicio del periodismo ampliamente a no periodistas; con la sola excepción de los organismos públicos, en un país donde también el aparataje estatal de hoy es mucho más pequeño que en 1972 proporcionalmente. En paradoja, sus remuneraciones deben son en promedio mejores que en el sector privado, también con mayor estabilidad laboral en lo público. Si sobran y sobran profesionales, la empresa de comunicación hace lo lógico para su sistema: paga mucho menos por lo mismo.

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