Holanda es la campeona mundial del desarrollo sostenible
Empezaron en la Edad Media a construir diques de contención y canales de drenaje para ganar espacio al mar hasta llegar a los 6.500 kilómetros cuadrados actuales que sumados a los 35.000 situados a nivel del mar completan la modesta superficie total de Holanda, 41.500 kilómetros cuadrados, una superficie menor que la de Aragón. Todos los turistas que visitan Holanda visitan ese pueblo cercano a Amsterdam llamado Volendam. Está a tres metros bajo el nivel del mar. Es también uno de los países más poblados del mundo. En las zonas más pobladas llega a los 500 habitantes por km2. La media nacional está en los 350. Su población es de 16.600.000 habitantes.
Es la campeona mundial del desarrollo sostenible. Según estadísticas medioambientales son ya varias las grandes empresas que se han sumado al ahorro energético mediante la utilización de recursos y métodos ecológicos para su funcionamiento.
Cuenta con doce de las quinientas empresas más importantes y rentables del mundo. Royal Dutch Shell, – segunda mundial- el banco ING, número doce entre las quinientas más importantes del globo, Heineken, Randstad, Philips, Aegon, Nationale Nederlanden entre otras.
Pero es en agricultura y ganadería donde dan la nota más alta. Debido a un sistema estricto de rotación de cultivos, mantienen los suelos sanos y bien alimentados orgánicamente. Aunque parezca increíble, Holanda es el primer exportador mundial de hortalizas, principalmente patatas, cebollas y zanahorias y para conseguir esto hay que mantener estándares como calidad mundialmente apreciada, precio competitivo a nivel mundial y disponibilidad global. Disponen de una universidad de agricultura, Wageninga. La rotación de cultivos está regulada con carácter obligatorio por el Ministerio de Agricultura, que todos los cultivadores siguen a rajatabla, pero no por obligación, sino porque conocen los beneficios y rentabilidad del sistema.
La auténtica industria nacional son las flores y plantas y no hablamos solo de tulipanes. Aparte de los mercados urbanos, maravilla y delicia de los turistas de cualquier procedencia, hay que visitar los jardines Keukenhof, a 40 kms. de Amsterdam, treinta y dos hectáreas del mayor museo floral del mundo, una alfombra multicolor donde asombra la variedad y calidad de las flores y plantas que en ellos conviven. Este año están abiertos hasta el 20 de mayo. También es muy instructiva la visita a cualquier mercado mayorista de distribución. El arte y la pulcritud con que están ordenadas las cajas de flores es envidiable. Aunque el producto de su exportación no está entre los mayores ingresos del país, su PIB es del 2.1%, frente al 0,1 del resto de Europa.
Este pueblo ha sido tan cuidadoso con la optimización de sus recursos, que hace siglos que crearon la raza de vacas lecheras más importante del mundo y una industria de productos lácteos, sobre todo quesos, que pueden encontrarse en cualquier país de occidente.
Que el puerto de Rotterdam sea el mayor y más activo de Europa y uno de los mayores del mundo es lógico. Su situación en el delta del Rhin y el Mosa y su cercanía a varios países europeos, especialmente Alemania, ha sido un auténtico privilegio que los holandeses han sabido racionalizar, conscientes de la importancia del tráfico marítimo. En el siglo XIX, excavaron un canal enorme, Nieuwe Waterweg, entre Rotterdam y el Mar del Norte, para conducir los ríos Rhin y Mosa al mar, que terminó de construirse en 1872. De esta forma, durante la primera mitad del siglo pasado, las actividades del puerto se desplazaron hacia el Mar del Norte, instalándose en las riberas del canal y del río Nieuwe Maas (Nuevo Mosa). Como en los años sesenta el puerto se quedó pequeño, transformaron los humedales situados entre la ciudad y el mar en un complejo industrial enorme: Europoort (Puerta de Europa), a lo largo del Nieuwe Waterweg o Nueva Vía Acuática. Construyeron otro complejo en la costa del Mar del Norte, Maasvlakte y años más tarde otro proyecto, Maasvlakte 2, que fue objeto de discusión política durante los años noventa porque parte de su financiación correspondía al gobierno. Su construcción empezó durante el verano de 2004. Esto y un ferrocarril rápido de carga entre Rotterdam y Alemania.
Esto pone de manifiesto que no hay países pobres, sino mal administrados. Holanda es una tarea titánica construida por sus gentes a lo largo de siglos y de la que están orgullosos. Holanda sí que es una ‘Marca’ de país. A pesar de la recesión tiene una tasa media de paro del 8,1%, 9,7% de paro juvenil. Pero este último no está abandonado a su suerte. El gobierno ha creado un programa en escuelas de formación y acuerdos con empresas de distintos sectores, en las que los jóvenes no solo aprenden la rutina de un trabajo sino que aportan los recursos innovadores aprendidos en los programas de formación. Es un sistema interactivo que ya se está llamando ‘el milagro holandés’.
Que hoy esté escribiendo este artículo de opinión no es gratuito. Me le ha sugerido el relevo en la jefatura del estado, una monarquía parlamentaria que como no puede ser de otra manera va adaptándose a las dinámicas de los tiempos vertiginosos que vivimos. Una monarquía que cuenta con el 78% de apoyo de los ciudadanos y donde la nueva reina Máxima, es aún más popular que su marido. Me pregunto –y me respondo- que hubiera ocurrido en un país que yo me sé, si al príncipe heredero se le hubiera ocurrido enamorarse de la hija de un alto cargo de gobierno de la dictadura de Videla en Argentina. ¡Anatema! El Parlamento holandés en su día se contentó con mantener al margen de ceremonias oficiales –no privadas- a los padres de la novia, pero fue respetuoso con los sentimientos de los novios. Esta es una de las novedades principales de las modernas monarquías parlamentarias, que los matrimonios son de amor, no de tráfico de influencias y territorios como lo fueron en siglos pasados las monarquías absolutas que pasaron a la historia. La Casa Real de Holanda es la más cara de Europa y su fortuna personal una de las mayores del mundo. Pero al parecer nadie tiene tiempo para entretenerse en difamar ni a los reyes ni a la institución, que es otra cosa. Ni para decir que son unos vagos e inútiles y que no son elegidos. La mayoría de los holandeses tiene muy claro, por lo que parece, que la monarquía parlamentaria, aparte de ser el sistema de representación más moderno que existe en Europa y probablemente en el mundo, es una garantía de solvencia democrática del país.
Y por supuesto no es responsable de las tragedias humanas directamente atribuibles a los ‘elegidos’ que gobiernan. De cualquier color.
mejor
No sé si realmente una monarquía parlamentaria, como la de Holanda, sea la mejor democracia del mundo, siendo yo ciudadano de una ex colonia española, Chile, que devino directamente en República luego de siglos de ser territorios y gentes de ultramar conquisados, gobernados y explotados por representantes reales; pasamos directo a la dictadura suprema y luego evolucionamos a república democrática.
Cada país con su historia y su pasado que determina su presente, con sus propias soluciones y visiones. Por acá no entendemos eso de una casta real, por una parte, sostenida por la sociedad en su financiamiento y etc., y por el otro, la existencia de un poder político civil que gobierna como nosotros conocemos que se hace.
Holanda, desde que es un país cuya naturaleza geográfica o equilibrio mar y tierra, lo condenaba a la desaparición bajo las aguas, por la mano de sus hombres se ha construido incluso físicamente, en la estructura más terrena de todas las que sustentan un territorio, en una labor y técnica de genialidad; un esfuerzo gigantesco de enfrentar la naturaleza para adaptarla a facilitar la vida humana gregaria y sedentaria, pero en esencia no diferente en su propósito u objetivo, a la acción del primer hombre sobre la Tierra que tomó un tronco de árbol caído (nutriente para la propia naturaleza, nuevas semillas y nuevas plantas, y pequeños animales) y lo puso encima de un curso de agua para cruzarlo, es decir, convirtiéndolo en el primer puente, (y lo que solo era natural, se convirtió en cultural).
Admirable Holanda, que en superficie territorial tiene el mismo tamaño de una de las más grandes (II Región, Antofagasta) de las 15 regiones político administrativas en que está dividido Chile más una Región Metropolitana. Admirables por muchas cosas, yo ltengo a los holandeses en alta estima por un gesto de evidente solidaridad a los sufrientes por inundaciones.
Luego del gran terremoto en el sur de Chile, ocurrido el 22 de mayo de 1960 (hasta ahora el más grande en desprendimiento de energía telúrica registrado en toda la historia), Holanda, y específicamente a través de la comunidad religiosa protestante del país, realizó una gran donación en beneficio del pueblo chileno de Toltén (costa de la Araucanía zona sur, destruido principalmente por un tsunami o maremoto post-sismo), que consistió en una población completa de buenas casas y locales esenciales comunitarios, edificada en la zona de reinstalación oficial del poblado. A ello contribuyó la realización de un documental holandés en terreno (en Toltén) por parte de un equipo televisivo, el cual fue exhibido en Holanda. Para la producción fílmica, tuvieron el apoyo coordinador local de la dama toltenina, Hilma Munro, hasta hoy residente en la ahora Nueva Toltén.
Me encanta Holanda, creo que lo hacen bien y ya me gustaría ser catalán de Holanda. Pero, desde luego, un país que vive por debajo del nivel del mar es termodinámicamente no sostenible. Holanda es un país cuya existencia es artificial, y su superficie ganada al mar, sus polders, presas, plan Delta, etc. son alteraciones de la naturaleza, «atentados ecológicos» para algunos. Y por ello demuestran lo mejor que tiene de humana la naturaleza humana: tener un proyecto de adaptación – modificación – adecuación del entorno, decidir hacerlo y hacerlo. Porque el ser humano es por naturaleza artificial.
En mi blog «Artificial, naturalmente» amplío estas y otras ideas.
http://www.investigacionyciencia.es/blogs/fisica-y-quimica/24/posts
Claudi Mans
Univ. de Barcelona