Con 280 000 clientes, esencialmente homosexuales y lesbianas, la plataforma GagaOOLala ofrece más de mil películas, documentales y series a unos abonados que viven en países donde las normas morales y la censura dejan muy escaso lugar a los contenidos LGTBI en los medios de comunicación, según el artículo publicado en la web de FranceInfo Culture.
“Con una comedia romántica sobre una azafata del aire lesbiana o una historia de amor en un spa gay, la primera plataforma LGTBI asiática traspasa las líneas rojas en una región donde imperan los valores tradicionales”.
Creado en Taiwan en 2017 por Jay Lin, un defensor de los derechos de los homosexuales de 46 años, el servicio de streaming de GagaOOlala llega a veintiún territorios de la región, en algunos de los cuales la homosexualidad es un delito castigado con penas severísimas e incluso la muerte.
“Uno de los principales motivos para crear la plataforma –ha dicho Jay Lin durante la presentación del servicio en el Foro Asia TVde Singapur– es el de combatir los muchos mitos y falsas ideas que la gente tiene sobre la comunidad LGTBI (…) No todos llevamos una existencia trágica, somos padres, profesores, empresarios… ». Jay Lin vive en Taipei, donde ha adoptado dos gemelos con su pareja.
La plataforma se promociona discretamente en las redes sociales, foros especializados y a través de “influencers” en internet. Jay Lin inició el catálogo de GagaOOLala con películas y vídeos occidentales, pero seesfuerza con encontrar contenidos asiáticos, y para ello ha creado GOL Studios, que en 2019 ha producido una primera película tailandesa, otra de contenidos lésbico en Japón y una coproducción hispano alemana (de la que, lamentablemente, el artículo de France Info Culture no da más información).
«Al ir creciendo hemos comprobado que muchos asiáticos quieren ver rostros asiáticos, ficciones asiáticas… historias que suceden en los países y ciudades que conocen”.
En mayo de 2019, Taiwan fue el primer país asiático en legalizar el matrimonio homosexual. Pero la situación no es la misma en muchos de aquellos donde opera la plataforma. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están prohibidas en Singapur y Malasia, donde se castigan con bastonazos. En Brunei, un nuevo código penal, basado en la charía y aprobado en 2019, instaura la pena de muerte por lapidación para las relaciones entre personas del mismo sexo: el clamor internacional que provocó su aprobación ha conseguido que se aplique una moratoria, aunque no que se elimine.
Igualmente, en la región funciona la censura aplicada especialmente a las películas: en Malasia han cortado las escenas de sexo gay de Rocketman, la película que cuenta la vida de Elton John, y en Singapur ha desaparecido un beso entre dos mujeres en la última “Star Wars”, recién estrenada.