Vanessa Coloma, madrileña, paya, sin antecedentes artísticos profesionales familiares, pero sí de buenos aficionados, supo desde muy pequeña que su destino era bailar y bailar flamenco.
Su ópera prima, Flamenklórica, lleva más de cuatro años recorriendo el mundo y es la recreación de aquella época histórica de geniales artistas fronterizos que se movieron entre lo jondo y el folklore popular entre 1870 y 2014, año de la desaparición de Pedro Pubill Calaf, para el arte Peret.
Gabriela Ortega, Bambino, Manolo Caracol, Pepe Pinto, Antonio González El Pescaílla, Lola Flores y Peret. Dime cómo los enfocas, empezando por la gaditana Gabriela Ortega, casada con Fernando Gómez El Gallo, madre y madre política de toreros que marcaron una época gloriosa del toreo…
Vanessa. Gabriela era una mujer con un aura muy especial, con unas vivencias muy duras. Muy pocas flamencas tuvieron el don de poder salir con una guitarra y recitarte un poema. Mi personaje se basa en esa esencia que dejó Gabriela en el Uno, dos y tres. Luego hay una voz en off de ella que habla de las banderillas, de cómo ella las veía. En esos poemas, es donde me he inspirado de Gabriela, en su parte artística, su parte expresiva. Y ahí estoy, en la bulería A ti Gabriela
Teresa. Luego están todos los demás. Bambino, Manolo Caracol…
Vanessa. Como sabes llevo tres cantaores, Roberto Lorente, Matías López El Mati e Ismael de la Rosa El Bola. Ellos son los flamenklóricos Bambino y Peret, y también Antonio González El Pescaílla son suyos en la parte masculina. Conforman un número de rumba y tanguillos. Yo por la parte femenina bailo un tema de Bambino y otro del Pescaílla.
Pepe Pinto está muy presente en los cantaores, porque ellos como grandes conocedores del cante hacen filigranas por fandangos. Hay un número que se llama El fandanguillo. También se inspiran en El Gordillo de Triana. Hay sorpresas por decisión de los cantaores y hay días que hacen Pepe Pinto por fandangos, otro por caracolillos, otro por El Niño de la Huerta…eso lo he dejado a elección de ellos y depende de cómo tengan su noche cantarán por uno o por otro. Ya sabes que el arte tiene eso de la improvisación del momento de los artistas, según su estado de ánimo. Al final somos un equipo.
Teresa. Desde la idea inicial ¿cómo se gestó Flamenklórica?
Vanessa. Por Gabriela Ortega, ella fue la la semilla. Porque yo antes de hacer el espectáculo presenté una pieza muy representativa en el Certamen de Coreografía de Madrid y Gabriela estaba presente en el 99 %. Entonces desde esta semilla de Gabriela Ortega se empezó a desarrollar el espectáculo. Ella puso la semilla y fue abriéndome el campo a todas esas folklóricas que bailaban por soleá, que recitaban un poema como ella, o te salía una rumbera como Dolores Vargas la Terremoto, quien podía bailar por bulerías y de repente te cantaba una rumba, ahí empezó el desarrollo de todo esto.
Teresa. En 2017 fuiste semifinalista, candidata al Desplante en el Festival del Cante de las Minas de La Unión. Bailaste una soleá que pudo hacer historia. Ahí estaba yo y discrepé como otros muchos del premio. Cuéntame.
Vanessa. Para mí fue una apuesta arriesgada… No puedo entrar en eso, me entiendes. Creo que todo el mundo que ha llegado hasta ahí tiene la valía para ganar un premio. Está claro que siempre afectan factores de la noche… Tampoco era fácil que una madrileña se llevase el Desplante de Las Minas, creo que el único madrileño que lo tiene es Alfonso Losa. Para mí fue una noche muy especial, fue ponerme en una tesitura difícil, pero yo ya llevaba una trayectoria, no estaba empezando. Yo me presenté por inquietudes y porque hay que verse a veces en esos escenarios y hay que ponerse metas. Fue como ponerme otro reto más y sinceramente para hacer un poco de ruido, para tener más visibilidad, porque hoy en día es complicado tener visibilidad, porque somos muchos, hay muchos artistas tanto en el cante como en el baile o en la guitarra y no hay sitio para todos.
También me apetecía, llevaba años pensando hacerlo y en ese momento no me lo tomé como un concurso, me lo tomé como una gala para mí y para mis compañeros… ¿Reto? …Bueno es un reto porque te expones, pero mi motor no era ganar y ganar….bueno eso está ahí, si ganas pues mejor, pero más que nada es por la repercusión que te puede llegar, por hacer un poco de ruido, conocer a la gente… Pero como tú sabes hay que seguir trabajando y apostando por esto, hay que seguir currándose el espacio…
Las críticas fueron muy buenas, tanto de compañeros como de medios de comunicación. Destacaron la espontaneidad de mi baile. Al final destacar en una crítica sin haber ganado el premio, eso es lo que te llevas. Estoy muy contenta de esa noche.
Teresa. Vanessa Coloma y Compañía. Esta compañía con la que te presentas en Flamenklórica ¿es tu compañía estable…?
Vanessa. Ojalá! Yo la llamo más que compañía mi equipo. Y cuento con ellos para todo lo que sale. Tanto para Flamenklórica como para un concierto, ya ves, tú nos has visto en Las Minas, estaban casi todos y digo casi porque es difícil reunirlos a todos. En las minas estuvo Yerai Cortés y en cambio no estuvo Roberto Lorente. Llevaba solo dos cantaores, aquello es más chiquitito. Me gusta trabajar con este equipo porque me siento muy apoyada, muy valorada, me siento muy a gusto con ellos.
Aquí en Jerez, en lugar de Yerai ha estado Juan Campallo. Sus guitarras son distintas y a la vez muy parecidas, porque los dos tienen un corazón muy flamenco y un corazón de músicos. Yerai es un pedazo de compositor, ha compuesto la pieza de los Tientos de Flamenklórica, letra, música, coros, y Juan tiene un bailaor dentro. Entiende el baile, lo huele, los dos son especiales. Yo estoy encantada con los dos.
Teresa. ¿Es la primera vez que tienes a Juan Campallo como guitarrista?
Vanesa. Sí, es la primera vez. Y se ha adaptado maravillosamente porque él tiene esa visión del baile, como te decía es un guitarrista, pero también es un bailaor; empezó bien desde el minuto uno, aparte su entrega, su tonalidad, bueno…es de 10, es un quilate. Doy gracias que el destino me lo haya puesto delante y haya podido contar con él, porque es un hombre muy ocupado, porque es el director musical de muchos espectáculos y he tenido la suerte de que esa noche la tenía libre y bueno, hemos consensuado los ensayos, he bajado un poquito a Sevilla, él ha subido a Madrid… un par de días para tomar contacto y un par de días en enero en Madrid para juntarnos con los músicos, más dos ensayos generales.
Teresa. Y tú, ¿eres una fronteriza? Mira que el concepto fronterizo es bastante complejo y bastante profundo. Ahí quiero que vayas.
Vanessa. Bueno (se ríe) a veces. Ya sabes que ellas son las culpables de que yo esté aquí, ellas, Gabriela, Lole, Lola Flores y ellos Bambino, Pepe Pinto, Caracol, Peret son los fronterizos. Nosotros lo único que hacemos es alimentarnos de todo lo que han dejado, lo que han luchado y lo que han definido el arte. Al final, me lo han dejado muy fácil, en el sentido de que ellas ya han hecho todo lo duro, todo lo difícil. Gracias a todas estas personas, ellas y ellos, existen hoy en día los festivales de flamenco, existen bailaoras, bailaores, cantaores y guitarristas. Sin ellos lo demás no hubiese existido. Ellos rompieron barreras, cogieron maletas, hicieron sus Américas, sin saber muy bien qué se iban a encontrar, qué caminos podrían abrir. Ellos se iban con una mano delante y dejando mucha familia detrás, y aún así movían el arte, era su motor de vida. Ellos han roto todas esas barreras y han posicionado el arte del que hoy en día nos alimentamos nosotros.
Teresa. ¿Puedes comentar a Lola Flores?.
Vanessa. Lola Flores no tiene comentario. Es única.
Teresa. Conoces aquella frase de un periodista de Nueva York …
Vanessa. “No canta, no baila, pero no se la pierdan”. Y eso es totalmente cierto. Era carisma, emoción, sentimiento, vibración… Necesitaba vibrar para su día a día. De Lola solo puedo decir que es única y eterna, que Lola no ha muerto. Hacía historia con cada frase que decía, como cuando decían de ella, “Lola miente” y respondía “es que cuando miento las mentiras se hacen verdad”. Es irrepetible, no ha habido ni habrá alguien como ella. Existió, fue un regalo del universo y con ese regalo tenemos que convivir toda la vida. Simplemente me encanta escucharla hablar de sus vivencias, del porqué de la vida, hay que ver cómo ella se lo tomaba todo, ella era una hippy del sistema y creía en todo lo que hacía. Era la libertad en persona. Por eso era quien era.
Teresa. Vamos a ver, chica de Madrid, ¿tienes antecedentes artísticos?
Vanessa. No, pero sí el ambiente. Mi abuela era una granaína con mucho arte … Fue como un juego de niños, mi madre me apuntó a una clase de baile de pequeñita, con cuatro años. A mí me gustaba mucho la copla, tengo la suerte de que mi padre me ha educado el oído escuchando a Lole y Manuel, escuchando a Bambino, a Caracol.
Esas fueron mis canciones de cuna. En el coche con mi padre que era un gran aficionado, escuchaba a Lole y Manuel, a Carmen Linares, en la casa éramos muy bambineros, al final eso te educa el oído de una manera muy especial, y eso me llevó a querer aprender a bailar y directamente en esa aula que te comentaba, me dije, aquí cierro la puerta y ya no me salgo.
Así empezó todo, con cuatro años. Desde muy pequeña tuve muy claro que quería ser bailaora; empecé a bailar en escenarios con diez años. Fui becada en un pequeño concurso donde se iba con las escuelas, destacaba, vieron algo en mí y …lo tenía muy claro que había encontrado lo que quería.
Teresa. Has recorrido toda la geografía flamenca de tres continentes…
Vanessa. Sí, hemos viajado un poquito. Dos temporadas en un tablao de Tokio, he viajado por Australia, por Francia, he estado en el Festival de Alburquerque (Nuevo Méjico) cuatro veces, este último año con Flamenklórica. Ahora voy a hacer una gira con mi pareja Alfonso Losa, vamos a compartir su espectáculo y el mío, de esos dos espectáculos vamos a hacer uno, en gira de un mes por Estados Unidos entre abril y mayo, por Los Angeles, Austin, Nueva York, Boston, bajaremos a México, a Monterrey…
Teresa. Tras cuatro años de andadura de Flamenklórica tendrás algún proyecto a la vista, aparte del que me acabas de contar.
Vanessa. Aparte de ese, si el universo quiere y todo se pone de mi lado, me gustaría estrenar un espectáculo a final de año.
Teresa. ¿Que se llamará?
Vanessa. No te lo puedo decir aún. Diferente a Flamenklórica, porque el primer espectáculo propio al cien por cien de un artista dice mucho donde mira, donde se inspira. El segundo también va a definir, por supuesto, otras cosas …No está muy avanzado el proyecto, está muy pensado en la cabeza. Solo hay que ponerse los zapatos y entrar en el estudio. La idea y la semilla están.
Teresa. ¿Con el equipo de Flamenklórica. o con otro?
Vanessa. No sé aún, porque hay que buscar las personas que estén disponibles y también el enfoque del espectáculo te indica qué elenco necesita, hay que elegirle bien para que te lleven justo adónde vas. Cambias de espectáculo, quieres ir hacia otro lado, tienes que buscar otro tipo de elenco. Pero seguramente va a haber repeticiones de Flamenklórica.