Vigencia del periodismo cultural: ensayos y recopilaciones

Hace años que la sección de cultura se hace imprescindible en los medios de comunicación. Este interés alcanza también a la Universidad, donde se analiza el fenómeno desde puntos de vista diversos que han dado lugar a interesantes investigaciones y a publicaciones de las que a menudo hemos dado noticia desde estas páginas.

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Recientemente se han publicado desde el ámbito universitario dos nuevos estudios que vienen a incidir en la importancia que ocupa el periodismo cultural en la información contemporánea.

El primero, titulado «Periodismo Cultural» (Ediciones CEF), está coordinado por los profesores Margarita Garbisu e Ignacio Blanco, quienes dirigen el Máster de esta materia en la Universidad CEU San Pablo. Se trata de un muy útil manual para estudiantes que quieran dedicarse al ejercicio profesional de la información en el campo de la cultura.

Por su parte, el segundo volumen de «Periodismo cultural en el siglo XXI», publicado por Editorial Universitas (en el que he tenido el privilegio de colaborar con el capítulo dedicado a «Perfiles profesionales. El crítico» y escribir el epílogo sobre «La esencia del Periodismo Cultural»), es un volumen coordinado por las profesoras Montserrat Jurado y Beatriz Peña y se dirige también a estudiantes, pero sobre todo a profesionales en activo que quieran disponer de herramientas para llevar a cabo prácticas innovadoras.

Un periodismo para permanecer

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En ambos volúmenes quedan de manifiesto las diferencias entre el Periodismo cultural y el dedicado a la información política, económica, deportiva o de otros ámbitos, sobre todo en la vocación de permanencia que se desprende de la información de la cultura. En efecto, si la información sobre otros temas habitualmente pierde vigencia en un corto plazo de tiempo, el periodismo cultural, sobre todo el que se ocupa de la crítica, la reseña, la recensión, lo que va más allá de la noticia, la mantiene durante un periodo más extenso e incluso muchas veces es materia para investigar la cultura de una época. Por eso interesa que estos textos críticos permanezcan en recopilaciones que ven la luz tiempo después de haberse divulgado en los medios escritos. Yo mismo he publicado algunos de mis artículos en «Oficio de Lecturas. Escritos de Periodismo Cultural» (Terra Ignota).

Nos llegan ahora simultáneamente varios títulos que contienen recopilaciones de críticos y escritores. En «El nivel alcanzado» (Debate), el crítico Ignacio Echevarría ha reunido una serie de textos dedicados esta vez a autores extranjeros (en «Trayecto» y «Desvíos» lo había hecho con españoles y latinoamericanos). Por sus páginas desfilan artículos, miniensayos, prólogos, perfiles de escritores, textos de conferencias, sobre nombres muy conocidos de la Literatura universal como Rilke, Paul Valéry, Robert Musil, T.S. Eliot, Kipling, Thomas Mann, Faulkner, Malraux, Elias Canetti… y otros que resultarán extraños a algunos lectores, y es esta una buena oportunidad para abordarlos: William Hazzlitt y Elizabeth von Arnim por ejemplo. Fueron publicados en periódicos («Diario 16», «El País») y revistas («Quimera, «Lateral», «Letras libres», «El Cultural») y se incluyen dos inéditos sobre Céline e Iris Murdoch. A algunos les ha añadido el autor una Posdata para contextualizar cuestiones que pueden resultar equívocas dado el tiempo transcurrido desde su primera publicación.

El título remite a un texto de Robert Musil en el que definía al crítico como «custodio del nivel alcanzado». Dice Adreu Jaume en la introducción a este libro que Ignacio Echevarría es un crítico puro que trabaja fuera de la academia y que no tiene vocación de escritor, algo –afirma- que hubiera acabado por condicionar su labor crítica.

El escritor como crítico

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La de escritor es una categoría que no parece condicionar la labor crítica de Marta Sanz, escritora además por partida doble (novelista y ensayista), incluso triple (es una excelente poeta). En una amplia recopilación de su labor de reseñista publicada por Contraseña con el título «Enciclopedia secreta. Lecturas en el espejo feminista», se recogen reseñas y críticas publicadas a lo largo de varios años en revistas como «Quimera», «Mercurio», «La tormenta en un vaso» o el suplemento «Babelia» de «El País».

Es cierto lo que dice María Ángeles Naval en el prólogo de este libro, que una recopilación trasciende el significado de los contenidos puntuales publicados a lo largo del tiempo en contextos diferentes, y que al ser reunidos «pierden su carácter secuenciado, fragmentado o disperso para constituirse en una reflexión tan coherente como quepa exigirle al género ensayístico».

Es decir, que una recopilación es en realidad un ensayo construido con materiales ya publicados periódicamente. Y sobre todo si los contenidos se estructuran, como es el caso, con unos objetivos diferentes a los que tenían cuando se publicaron. En este sentido, el subtítulo del libro revela la actitud con la que se debe abordar su lectura. A lo que hay que sumar los criterios de selección de los textos elegidos, como por ejemplo, ser reseñas de obras firmadas sólo por mujeres o analizadas desde una óptica feminista, que abordan temas como el aborto, la violencia, la cultura, la vejez, la muerte…

Aunque el libro se puede leer siguiendo diferentes órdenes, como sugiere la prologuista y decidan las necesidades de cada lector, recomiendo que se inicie por el primer texto, titulado «Lectura (Crítica)», que, utilizando las reseñas de «m» de Juan Vilá y de «Los combatientes» de Cristina Morales, pone las bases de la actitud del lector ante los textos que aquí se ofrecen.

Luego puede seguir buceando orientado por los títulos de sus apartados: «Mujeres en construcción», «Conciencia (de clase)», «Perversa (Educación)», «Historias de novela» o «Lectura sonámbula». En ellos encontrará reflexiones sobre los temas más diversos alojadas en títulos de autoras populares (desde J.K. Rowling a Margaret Atwood, desde Colette a Jaune Austen), aunque la mayor parte sean escritoras poco conocidas: Amy Stewart, Beryl Bainbridge, Kate Chopin, Kazumi Yumoto… de las que se nos ofrece la oportunidad de gozar su primera lectura.

El perfil como género del periodismo cultural

En el periodismo cultural se publican con frecuencia géneros que tienen menos presencia en otro tipo de informaciones, aunque en ocasiones puntuales no se encuentren totalmente ausentes. La especial naturaleza de la cultura, un ámbito menos conocido para mucha gente que el político o el deportivo, provoca que cuando desaparece una personalidad importante en ese campo, cuando ha de destacarse una característica especial de alguien, como un premio, o cuando se celebra una conmemoración histórico-cultural de interés para una comunidad, exista la necesidad de trasladar a los lectores y a la audiencia los elementos informativos imprescindibles para que se valore su especial trascendencia. De ahí la frecuencia de las biografías, los obituarios y las efemérides en la información cultural. La elaboración de cualquiera de estos géneros conlleva un trabajo de indagación y rescate de materiales de documentación mayor que el de cualquier otro género informativo.

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Una mezcla de todos ellos es el perfil, un género que admite un estilo menos solemne y que con frecuencia acoge aspectos personales de la relación del profesional de la información con el personaje del que escribe. Sergio Vila-Sanjuán, con una larga trayectoria en el periodismo cultural que cada semana seguimos en el suplemento Cultura/S de La Vanguardia, acaba de reunir bajo el título «Vargas Llosa sube al escenario» un puñado de perfiles de los muchos que ha venido publicando en este periódico durante los últimos años.

No son sólo perfiles. Aquí hay también obituarios, reseñas, entrevistas y otros más difíciles de etiquetar, como el dedicado a Mario Vargas Llosa y que da título al libro, que recoge la experiencia del escritor como actor de teatro en «La verdad de las mentiras». Sin embargo, tanto los obituarios como las entrevistas y las biografías están escritos aquí con un estilo literario que los acerca al perfil.

Es el mundo de los libros el que tiene una mayor presencia en estas páginas. La mayor parte de los perfiles aquí recogidos pertenecen a escritores o a personajes relacionados con el mundo de las letras (editores, libreros, traductores, agentes), aunque también hay artistas, sobre todo pintores (Miquel Barceló, Josep Cisquella, Rudolf Häsler, Rockwell Kent, Remedios Varo), periodistas (Antón Castro, Juan Cruz) y una actriz, Ava Gardner.

Una de las virtudes de estos perfiles de Vila-Sanjuán es la amplia dimensión que el periodista introduce en estos textos, relacionada con la obra del autor del que trata, al margen del libro o del episodio puntual que haya provocado la elaboración del perfil. Así, además de reseñar la novedad de «La bodega», la obra de Noah Gordon, se habla del mundo del vino y de sus formas de cosecharlo, de las obras anteriores del escritor, de la narrativa médica a propósito de su novela «El médico» o de las impresiones personales que el periodista ha recogido en su trato con el escritor.

Y así con muchos de los personajes incluidos en estas páginas (Margaret Atwood, Marc Fumarolli, Susan Sontag, Javier Tusell, Stephen Vizinczey), a algunos de los cuales el autor tuvo la oportunidad de conocer más allá de su trato profesional. Otro de los valores es la capacidad de resumir en pocas palabras las características de una obra («se lee con agrado aunque le falta alma», dice sobre «Satori» de Don Wislow).

El contacto directo con muchos de estos protagonistas del mundo cultural ha generado, como es habitual, multitud de anécdotas, algunas de las cuales Vila-Sanjuán recoge aquí y que contribuyen a crear en el lector una imagen más cercana de los autores, como en los casos de José Luis de Vilallonga, Susan Sontag (su definición del tiempo y el espacio), el editor Jaume Vallcorba o el slogan creado por García Márquez y Fernando del Paso para la publicidad de Pan Bimbo.

Es de agradecer también el esfuerzo por rescatar y reivindicar a personajes relegados u olvidados, como Joumana Hadad, Pat Millet, Joan Sales o Trevanian.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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