Vivir al lado de una gran petroquímica

Ayer 14 de enero de 2020, sobre las siete de la tarde, Tarragona y buena parte de Cataluña se sobresaltó con la noticia de una fuerte explosión en una planta del polígono petroquímico próximo a la ciudad tarraconense. De momento, el saldo es de tres personas fallecidas y siete heridos por la acción del fuego.

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Complejo petroquímico de Tarragona. Foto Nuria Gebellí

Los ciudadanos que viven en las proximidades de la planta se llevaron un gran susto ante la intensidad de la explosión, los más afortunados, y las roturas de vidrios y golpes en puertas y ventanas los de las proximidades. A menos de dos kilómetros viven trabajadores del complejo, sus familiares, y muchísimas personas ajenas por completo a esta industria.

En esta zona, también la industria turística sostiene la economía. Además de la capital, a pocos kilómetros se encuentra Salou, Cambrills y Port Aventura, por ejemplo. Y un pequeño reducto playero perteneciente a Vilaseca, conocido como La Pineda, encajonado entre el pueblo y Salou. La playa de la Pineda comienza junto al malecón del puerto de Tarragona, linda con la de Salou y esta con Cambrills. Una zona eminentemente turística que acoge a ciudadanos ingleses, belgas, holandeses, irlandeses, franceses, rusos (los de mayor implantación), italianos, portugueses, y un largo etcétera.

Vilaseca, con unos 22 000 vecinos, al estar en el interior, está habitada en su mayoría por quienes trabajan en la planta. Salou, ese gran conglomerado de turistas de todas las edades, acoge a unos 27 500 habitantes en época baja y, en la temporada estival, a más de 180 000. Cambrills tiene censadas a 33 000 personas, pero en el mes de agosto se pueden contabilizar hasta 84 000.

Tarragona cuenta con una población de casi 800 000 habitantes,​ el 17,4 % de los cuales vive en la ciudad. Barrios como Torreforta están tan próximos, unos dos kilómetros, que uno de los fallecidos se encontraba en su casa y una chapa de hierro de una tonelada que salió disparada tras la explosión, impactó en su edificio y fue aplastado por el material que le cayó encima. El otro, un trabajador, sucumbió entre los escombros de la propia planta.

Esas localidades distan de la petroquímica un máximo de dieciséis kilómetros, y menos de tres.

La empresa IQOXE

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Complejo petroquímico de Tarragona: escombros tras la explosión y el incendio

La empresa donde ha ocurrido el siniestro es IQOXE. Pertenece a CL Grupo Industrial, del empresario extremeño Ricardo Leal, tiene 120 trabajadores (estaba previsto ampliar considerablemente la plantilla) y se dedica a la producción de óxido de etileno, glicoles y derivados del óxido de etileno. Es la única productora de óxido de etileno en España, con una capacidad instalada de 140 000 toneladas anuales. El 50 % de esta producción está destinada a la fabricación de glicol, una de las principales materias primas para la producción de los polímeros PET.

La planta fue construida originalmente en 1976 por la alemana Hoechst. Después de su escisión, en 1997 Clariant adquirió la titularidad del centro de producción y tras seis años gestionando el negocio, en el año 2003, Celanese se hizo cargo de la unidad de emulsiones poliméricas. En diciembre de 2015, IQOXE adquirió el centro de producción, junto con un acuerdo de licencia tecnológica para la producción de dispersiones acrílicas, copolimeros acrilico-estirenados, homo-polímeros de acetato de polivinilo y vinil-ester.

Las aplicaciones principales son: pinturas decorativas para interior y fachadas, pinturas brillantes, satinadas y mates, revoques, imprimaciones, sellantes, masillas para juntas, lechadas minerales y suelos industriales.

La planta de etileno donde ocurrió el siniestro en uno de sus reactores se inauguró el 15 de marzo del año 2017. El reactor explosionó por motivos que todavía se desconocen, y afectó a uno de los tanques de las instalaciones de óxido de etileno que tiene una capacidad de veinte toneladas. Durante la madrugada, otro tanque que tenía propileno en su interior también se vio afectado.

El reactor es un depósito donde se mezclan varios productos químicos con el fin de conseguir un producto final que se venderá a las empresas.

IQOXE invirtió en esta planta más de diez millones de euros, lo que les permitió incrementar la producción en 45 000 toneladas de derivados del óxido de etileno, puesto que la antigua unidad sólo producía 3000.

La petroquímica

Las empresas petroquímicas tarraconenses están agrupadas en la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), cuyo presidente, elegido el pasado mes de septiembre de 2019, es Jaume Sariol Martí, ingeniero químico por la Universidad Rovira i Virgili. Sariol es el director del Complejo Industrial de Dow en Tarragona y director de Operaciones del Hub del Sur de Europa de la compañía, y hasta su nombramiento ocupaba la vicepresidencia primera de la asociación.

La industria química de Tarragona es el polo petroquímico más importante del sur de Europa. Superados los cincuenta años desde su creación, su incidencia en el territorio resulta más que obvia y es vital desde hace décadas. De acuerdo con el último informe de la asociación, entre 2007 y 2018, la cifra de negocio en España fue de 65 647 millones de euros, con un crecimiento acumulado del 31,97 %. La producción total alcanzó las 19 311 774 toneladas, la cuarta producción total más elevada de los últimos quince años. Respecto a 2018, la industria química de Tarragona produjo 19,3 millones de toneladas de productos en 2018, lo que supone un 9,3 % menos y más de la mitad de las exportaciones de la provincia, así como un 63,3 % de los movimientos del puerto de la ciudad.

Tras este desgraciado accidente, el sector turístico puede sufrir un mayor retraimiento, algo que ya lleva sucediendo desde que el clima político “enrareció” la atmósfera en Cataluña. Según una de las inmobiliarias de la zona playera afectada por el accidente, implantada hace casi veinte años, la industria y sus riesgos no les preocupa, puesto que es una parte más de la riqueza de la zona y no ha habido motivos para temer por la seguridad.

Por otro lado, quizás habría que tener mayor respeto por la proximidad de las centrales nucleares de Vandellós, situadas a escasamente veinte km. En abril del pasado año se produjo una segunda fuga en la central II.

Dicen en la inmobiliaria que les preocupa más la cuestión política, puesto que la mala prensa en España y en el extranjero puede disuadir tanto a unos como a otros. Durante los dos últimos años, el turismo en esta zona ha disminuido considerablemente. En 2017, año récord, la facturación por pernoctaciones alcanzó los 22,2 millones de euros. En 2018, el retroceso fue del 7,8 %.

Concha Moreno
Periodista. Tras más de 30 años en el sector de la construcción en general, de la mano de una publicación para profesionales, un buen día nuevos derroteros la llevaron al mundo de la política, pero sin dejar la comunicación. Esa época determinó el comienzo de un camino dirigido a la solidaridad, a la defensa de los derechos humanos, a la denuncia. Poco después dejó España y se instaló en México. Allí comenzó a publicar en el periódico México Inteligente, donde tuvo su propia columna. Posteriormente, colaboró con el Periódico de Puebla y con revistas literarias, donde editó poesía. Un buen día contactó con Periodistas en Español, medio que le permitió relatar a los españoles lo que sucedía en el país azteca, así como describir las maravillas de su naturaleza. Tras siete años de estancia en México, a mediados de 2018 regresó a España. Actualmente sigue los avatares mexicanos y continúa contándolo en Periodistas en Español.

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