La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena el asesinato del periodista Djalma Santos da Conceição, hallado muerto el 23 de mayo de 2015 con 15 disparos y signos de tortura en una zona rural de Bahía, Brasil.
La Relatoría Especial expresa su preocupación e insta a las autoridades brasileñas a actuar de manera pronta y oportuna para esclarecer los motivos del asesinato de Djalma Santos da Conceição y establecer si el crimen está vinculado con el ejercicio de la libertad de expresión.
Este es el tercer asesinato de un periodista en Brasil en lo que va del año y el segundo en menos de diez días: a mediados de mayo fue hallado decapitado el periodista Evany José Metzker en el estado de Minas Gerais y en marzo fue asesinado el periodista paraguayo Gerardo Servián en el estado fronterizo de Mato Grosso do Sul.
Además, la Relatoría Especial exhorta al Estado a poner en práctica todos los instrumentos jurídicos con los que cuenta para identificar y sancionar a los autores materiales e intelectuales del crimen.
De acuerdo con la información disponible, Santos da Conceição era el conductor del programa «Acorda Cidade» de la radio comunitaria RCA FM, donde hacía comentarios polémicos y reportaba sobre corrupción y crímenes locales. El periodista era popular y había recibido amenazas de muerte en diversas ocasiones. Reportes aseguran que, además, Santos da Conceição había sido amenazado el mismo día en que fue secuestrado de un bar a la noche por tres hombres encapuchados, el 22 de mayo.
Para la Relatoría Especial es fundamental que el Estado esclarezca la causa de este crimen, identifique, procese y sancione a los responsables, y adopte medidas de reparación justas para los familiares de la víctima. La Relatoría Especial insiste una vez más en la necesidad de crear cuerpos y protocolos especiales de investigación, así como asegurar la efectiva inclusión de quienes se encuentran amenazados por su actividad periodística en mecanismos de protección destinados a garantizar su integridad.
El principio 9 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la CIDH señala: «[e]l asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada».