Es donde nos ha llevado este gobierno, con ciertas diferencias al país imaginario de J.M. Barr, el de él era un país donde los niños no crecen y sólo existen la diversión y la felicidad. El que desea este gobierno, es un país de adultos tratados como niños perdidos, fáciles de engañar, intentando convencerles de que actúan en su bien.
Y como en el cuento, para llegar al país de Nunca Jamás, había que ir volando al amanecer hacia las estrellas y girar en la segunda a la derecha, la primera estrella se llama Aznar, la segunda Rajoy, y el vuelo de los votos nos llevó al país de Nunca Jamás, dando un paso 50 años atrás, Rajoy mentor del partido Peter Pan, maravillosa coincidencia de iniciales, gobierna igual que aquel otro gallego, el que aparecía solo en los No-Do, o en el balcón frente a la Plaza de Oriente, este otro gallego, solo aparece en televisión o en el balcón de plasma de la calle Génova.
Aquel primer gallego arrancó con el ruido de los sables, el brote de libertad y proyectos de Bienestar Social que surgió en la primavera de 1931, cercenó la vida de cientos de miles de personas, amén de otros tantos exiliados, llevó al país a la degradación durante más de cuarenta años. El segundo gallego pretende lo mismo superando a su maestro, taló mediante Decretos Leyes el Árbol de las Conquistas Sociales que durante más de medio siglo regó con sudor y sangre el pueblo español, abandonan Sanidad y Dependencia, incrementan impuestos, pagos de ambulancias y servicios médicos antes gratuitos, alegando que representa un gasto social enorme. Olvidan que: “la esencia de la democracia es tomar en cuenta lo que el pueblo quiere y no quiere”, Hobsbawan (1917-2012).
Igualmente este gobierno está más interesado en destruir que en crear puestos de trabajos, al admitir que destruirá más de 1,3 millón de empleo en esta legislatura, con una Reforma Laboral exigida por la patronal. Con un 57% de jóvenes en paro, obligando a un exilio forzoso a cerca de 250.000 de ellos, jóvenes bien preparados en España, nuestras mejores mentes que beneficiarán a terceros países, el desinterés del nuestro, este exilio nuevamente representará un atraso al desarrollo como nación, poniéndonos en manos de aquellos países que los contratan. Para el desarrollo de su tecnología. Esta emigración forzosa ha hecho descender por primera vez la población en España, según INE, comparable a la de 1912 donde cerca del 16% emigró a Europa e Hispanoamérica, siendo el mayor saldo migratorio de España, hasta ayer.
La causa, estar al servicio de los poderes financieros, usando el déficit y deuda pública como pretexto para abolir el Bienestar Social del 99% de la sociedad, en favor de ellos que poseen una deuda tres veces superior a la pública. Los 40 mil millones anuales de intereses que reciben los acreedores de esta deuda son a costa de: ayuda a los parados, familias enteras, llegando hasta dos generaciones en paro, que malviven por la pensión de los abuelos, en el mejor de los casos, con la destrucción de la Sanidad y la Educación, que, cuando se privatizan son compradas por los especuladores con el dinero que nuestro gobierno les regala. En lugar de priorizar en estos momentos de crisis, la necesidad de una seguridad para sus ciudadanos, por enfermedad, envejecimiento y accidentes, como dijo Sismondi (1773-1842), incluso fue el primero en hablar de protección contra el desempleo.
Pero no, cierran el círculo del expolio social, ejerciendo por medio de la violencia de instituciones “democráticas”, convirtiéndolas en “brazo armado” de ese poder financiero, ocultando su verdadero fin, el económico, legitiman la violencia imponiendo normas de represión policial, criminalizando a quienes defienden los derechos sociales o la democracia. Es una regresión al absolutismo del siglo XIX de Maastricht, hoy Bruselas a escasos 125 Km., otra coincidencia, entonces igual que ahora primando los privilegios de unos pocos y violando los derechos de la mayoría, convirtiendo en delito el ejercicio de defensa de sus derechos. Sin considerar crimen social, el dejar sin hogar a 500.000 familias (incluyendo niños y ancianos), mientras la banca acumula tres millones y medio de viviendas vacías, entre otros beneficios.