Greenpeace informa de que esta semana, algunas de las principales empresas de pesca y distribución de productos pesqueros del mundo se han comprometido a no expandir la pesca de bacalao a zonas previamente cubiertas por el hielo del norte del mar de Barents1.
Esta zona abarca una superficie equivalente a dos veces el tamaño de Francia. Entre las empresas que han firmado el compromiso se encuentran McDonald’s, Tesco, Iglo, Findus, Russian Karat Group y Fiskebåt. Esta última representa a la flota noruega de altamar al completo y al mayor procesador de pescado congelado de Europa, Espersen.
El innovador acuerdo negociado por Greenpeace marca la primera vez que la industria pesquera ha impuesto voluntariamente limitaciones a la pesca industrial en el Ártico. Esto significa que cualquiera de las empresas que avancen hacia las aguas del Ártico hasta ahora no explotadas, no podrán vender el bacalao a algunas de las principales marcas y distribuidoras.
Actualmente las aguas del Ártico que se encontraban cubiertas por el hielo aparecen desprotegidas, a pesar de alojar una importante biodiversidad. El reto está ahora en que la industria aplique correctamente este nuevo compromiso, y que garantice que sus productos no están vinculados a la destrucción del Ártico.
“Este paso, voluntario y sin precedentes por parte de la industria pesquera y de las empresas distribuidoras y procesadoras, contrasta con la actual falta de voluntad política para proteger el Ártico. El Gobierno noruego debe ponerse a la altura de estas empresas y proteger las aguas al norte del mar de Barents de forma permanente”, ha declarado Elvira Jiménez, responsable de océanos de Greenpeace.
El pasado mes de marzo, Greenpeace expuso en un informe cómo el retroceso del hielo marino del Ártico está permitiendo que los grandes buques arrastreros entren en zonas previamente cubiertas y “ecológicamente significativas”2.
La investigación reveló que conocidas marcas de productos de pescado y supermercados que adquieren bacalao procedente del mar de Barents se arriesgaban a que su cadena de suministro estuviese relacionada con la destrucción del Ártico.
Esta región, que incluye al archipiélago de Svalbard, alberga especies vulnerables como el oso polar, la ballena de Groenlandia o el tiburón de Groenlandia así como multitud de especies en su fondo marino. Al menos el 70 % del bacalao atlántico que se consume en todo el mundo proviene del mar de Barents.
Este compromiso de la industria sucede tan solo unas semanas después de que la máxima cobertura de hielo en invierno del Ártico alcanzase un nuevo récord de mínimos. Con la rápida y contínua pérdida de hielo, se abren grandes zonas marinas durante tiempos más largos. Es urgente que la protección que antes proporcionaba el hielo sea sustituída por una protección legal.
Greenpeace demanda al Gobierno Noruego que cumpla con sus compromisos internacionales y que proteja esta zona única y vulnerable en las aguas árticas bajo su soberanía y que reconozca el movimiento para proteger el Ártico al que se han sumado millones de personas en todo el mundo así como la industria.
Del mismo modo, el convenio de OSPAR tiene en su mano, durante la próxima reunión del convenio en junio, la oportunidad de proteger la primera porción del Santuario Ártico en aguas internacionales de este océano. Al igual que el Gobierno noruego, las partes del convenio de OSPAR deben cumplir su mandato y proteger esta parte del Ártico bajo su jurisdicción.
Notas:
- Texto del Compromiso
- Documento “Una nueva amenaza para el Ártico”