Cerca de la mitad de las 400 periodistas que han participado en una encuesta de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) relativa a la violencia de género en el trabajo declaran haber sufrido este tipo de violencia, informa Pamela Morinière[1].
La encuesta, publicada por la FIP el 25 de noviembre de 2017, confirma una tendencia expresada desde hace años en la profesión, con más vehemencia si cabe en los últimos días debido al estallido del caso Weinstein. Las mujeres periodistas se convierten a menudo en el objetivo de este tipo de violencia por lo que escriben pero también por el hecho de ser mujeres. Casi una encuestada de cada dos indica haber sufrido violencia de género en el trabajo bajo la forma de comentarios sexistas (63 %), violencia psicológica (41 %) y acoso sexual (37 %). En cuanto al ciberacoso, afecta al 44 % de las encuestadas.
Los autores de este tipo de violencia son en primer lugar personas ajenas al lugar de trabajo (45 %) (fuentes, políticos lectores y espectadores), seguidas de personas anónimas (39 %), jefes o superiores (38 %) y, en última instancia, compañeros de trabajo (17 %).
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Dos tercios de las encuestadas declaran no haber dado este paso. Y entre las que lo han hecho, el 85 % estima que no se tomó ninguna medida adecuada. Únicamente el 12 % dijeron estar satisfechas con los resultados.
Finalmente, la encuesta reveló que sólo el 26 % de los medios de comunicación se benefician de una política que contempla la violencia de género y el acoso sexual en el lugar de trabajo.
Frente a este fenómeno, se debe tomar conciencia de los efectos de la violencia de género. El Dart Center, organismo británico que propone apoyo psicológico y formación a los periodistas que confrontan actos de violencia y de guerra, indica que estos profesionales tienen tendencia a esquivar, a la negación o bien a abandonar la profesión como consecuencia del acoso sufrido. Raramente se enfrentan a su agresor.
Se debe asimismo establecer políticas reales para exponer la violencia en el trabajo e instaurar una cultura de igualdad de género en las redacciones. En su estudio ¨Safe at home, safe at work¨, publicado este año, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) recopila las acciones sindicales llevadas a cabo en Europa contra la violencia en el trabajo. La CES lista más de 160 negociaciones colectivas que cubren las múltiples formas de acoso y de violencia que enfrentan las mujeres trabajadoras.
La FIP publicará próximamente la segunda parte de su encuesta sobre la violencia contra las mujeres periodistas, que pone el acento en las acciones llevadas a cabo por sus afiliados para frenar este fenómeno, lo que supone una ocasión de proporcionar respuestas concretas a los efectos paralizantes del sexismo en la profesión.
- Pamela Morinière es directora de Comunicación de la Federación Internacional de Periodistas (FIP)