Pillado, como se dice en España, su hasta ahora presidente de derecha a ultranza, Mariano Rajoy, se niega a renunciar no obstantes que miles y miles de sus avergonzados compatriotas, obvio, por haberlo llevado con su voto al poder, le exigen en la plaza pública su dimisión.
Sinvergüenza, epíteto muy castizo que los españoles ahora aplican a Rajoy, tiene dos connotaciones: el cinismo y la bribonada. Tal calificación quedó demostrada con el resultado de la encuesta llevada a cabo por el diario El Mundo y publicada en su edición de este domingo, por la cual el 83 por ciento de sus compatriotas considera que el actual gobierno emanado del Partito Popular llegó al poder por medio del financiamiento de dinero irregular.
El bochorno llena a toda España y tal parece que el único cínico y desvergonzado es el propio Rajoy, quien se niega a comparecer ante el Parlamento y ante los medios de comunicación, apenas una malograda declaración en el sentido de que no renunciará porque debe cumplir con el mandato de los españoles que lo colocaron en ese sitial que le quiere dar rango monárquico, por aquello de que también la Corona está envuelta en escándalos de corrupción.
En más de 30 ciudades, decenas de miles de manifestantes continúan saliendo a las calles para exigir la caída del régimen ultraconservador del Partido Popular, PP, que ha sido desnudado, nada más ni nada menos que por su tesorero de tres décadas, Luis Bárcenas, el cual además de haber sacado del país millones de euros, parte de ellos los depósito en bancos de Suiza, denunció como participante principalísimo al propio Mariano Rajoy.
Es el caso, que después de que Bárcenas ingresó a la prisión de Soto del Real de Madrid, al sentirse abandonado a su suerte por los suyos, habló y habló para denunciar que el primer beneficiado del fraude con dineros públicos es el presidente Rajoy.
Los manifestantes en toda España, tiene un sólo objetivo: exigir la dimisión de “la mafia del gobierno”, después de la acusación de Bárcenas contra Rajoy que lo señala como el principal beneficiario del fraude, ya que durante todo ese lapso cobró sobresueldos ilegales, amparó la financiación irregular y permitió el cobro de comisiones ilícitas a cambio de contratos públicos.
Los cables nos indican, que es tal el grado de indignación de la ciudadanía española, que en los mismos mensajes de las marchas callejeras se plasma abierta y crudamente el hartazgo de los españoles, en el sentido de que el propio gobierno es sinónimo de “mafia”, que política de “corrupción” y la trama delictiva que investiga la justicia se traduce en una “gran estafa”.
Con cientos de rollos de papel higiénico y bandejas con pan y chorizo se congregaron miles de personas frente a las sedes del PP para celebrar lo que denominaron la “barbacoa de chorizos” -algo así como la carne asada de políticos corruptos-, explican los mismos cables la protesta fue convocada por plataformas ciudadanas como los indignados del 15M, Marea Blanca y la coalición política Izquierda Unida (IU).
Pese a la brutal represión policíaca los manifestantes lanzaron a las puertas de la sede del PP centenares de rollos de papel higiénico, como símbolo de la putrefacción de ese partido. Otras consignas fueron: “Ahí están enfrente los delincuentes”, “Por falso y por ladrón, PP dimisión”; “Nuestro dinero lo tiene el tesorero”; “Rajoy sinvergüenza a Soto del Real”, en alusión a la cárcel de alta seguridad en que se encuentra recluido Bárcenas.
Ante todo esto, el único que hace como que no ve ni escucha, es el hasta ahora presidente, Mariano Rajoy.