Un informe difundido por UNICEF destaca un descenso de la mortalidad infantil en los primeros cinco años de vida, pero un terrible aumento de fallecidos entre los recién nacidos.
Desde el año 2000 se han salvado las vidas de 50 millones de niños menores de cinco años, un testimonio del serio compromiso para afrontar las muertes infantiles que pueden prevenirse», declaró en un comunicado el jefe de salud de UNICEF, Stefan Swartling Peterson.
De seguir así el informe advierte un incremento de los fallecimientos de niños menores de cinco años que supondrá una cifra superior a los 60 millones de niños entre 2017 y 2030. A pesar del progreso, existen disparidades en la supervivencia infantil entre regiones y países ya que muchas de estas muertes podrían prevenirse y otras evitarse. En el África subsahariana, el 40 % de las muertes de infantes ocurrieron este año, así como en el sudeste asiático, India y Pakistán.
Las enfermedades más frecuentes son la neumonía y la diarrea que acarrean muertes en pocos días por falta de recursos e higiene además de una baja inmunología entre los niños.
El informe indica que las soluciones están en la mano de los gobernantes que tendrían que realizar campañas de acceso a los profesionales de la salud durante el embarazo y el nacimiento, ayudarles con la lactancia, inmunizarlos además de ayudarles con los accesos a agua potable, instalaciones sanitarias, un techo y comida en buen estado.
Aún así, la mortalidad hasta los cinco años podemos decir que ha bajado de los 10 millones del año 2000 a los 5.6 en la actualidad, pero la cifra de lactantes que han fallecido ha aumentado de una manera muy importante.