Coincidiendo con el anuncio de la reapertura del museo al aire libre Chillida Leku en Hernani (Guipúzkoa), tras permanecer ocho años cerrado, la galería Guillermo de Osma expone en Madrid hasta el 27 de marzo (27:03:2019) una treintena de obras de Eduardo Chillida, entre dibujos, collages, gravitaciones y esculturas en hierro, acero, mármol y tierra cocida.
La muestra del artista vasco viajará a la Galería Carreras Múgica de Bilbao en las fechas de apertura de Leku, el espacio que alberga el mundo de Chillida. A pesar de las pequeñas dimensiones de la exposición hay aquí obras de prácticamente todos los periodos del que está considerado como uno de los escultores más importantes del siglo XX.
En el catálogo de la exposición, Germán Huici recuerda que Chillida eligió el hierro como material predilecto para su obra porque mientras el mármol está vinculado a la luz blanca del Mediterráneo, el hierro pertenece a la luz oscura de la costa Atlántica.
En esta exposición puede verse la obra en hierro “Tres I” (1952), exponente de la tríada, uno de sus temas reincidentes (en este caso la escultura está formada por tres hoces de hierro).
Entre las piezas de acero de la exposición destacan “Topos, Estela VII” (1988), un estudio de 1987 de “Gure Aitaren Etxea” que se encuentra en la Casa de Juntas de Guernica, y “Locmariaquer VI” (1989).
De tierra cocida se exponen aquí trabajos elaborados en la localidad francesa de Saint Paul de Vence: “Lurra” (1980), “Lurra G-102” (1985), “Lurra G-158” (1989) y “Lurra M-5” (1995).
Entre sus obras sobre papel se pueden ver tintas de finales de los años 50 y principios de los sesenta, dibujos de manos, collages con brea sobre papel y un importante grupo de Gravitaciones con papel, tinta y cuerda donde estos materiales no son sólo soportes sino elementos volumétricos que tienden a la escultura.
Chillida, un artista universal
El escultor Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) es uno de los grandes artistas internacionales del siglo XX. Sus obras en hierro y hormigón pueden verse en todo el mundo. Aunque comenzó a estudiar Arquitectura en San Sebastián y en Madrid, pronto decidió dedicar todo su tiempo a la escultura y el dibujo.
En todas sus biografías se destaca el hecho de que en estos años fue portero titular de fútbol en la Real Sociedad y que una lesión de rodilla lo obligó a abandonar este deporte, aunque a Chillida le gustaba recordar que el artista y el portero de fútbol tienen que desarrollar relaciones muy similares con los misterios que son el tiempo y el espacio.
Una estancia en París le permitió conocer al escultor Pablo Palazuelo, gracias a cuya amistad decidió dedicar su vida al mundo del arte. Después de residir algún tiempo en la localidad francesa de Villaines-sous-Bois, se trasladó a Hernani, donde fijará definitivamente su residencia y su taller.
Allí, en el caserío de Zabalaga, construirá él mismo su museo Chilida Leku durante los últimos años de su vida, un espacio de arte inaugurado en 2002.
En Hernani instaló una forja para realizar sus trabajos con el hierro, un material con el que había comenzado a experimentar en 1951, mientras continuaba produciendo litografías y collages. El acero y el barro serán otros materiales con los que trabajará preferentemente desde entonces, aunque también experimentará con madera y mármol.
Su obra más popular es el “Peine del Viento”, que comenzó a instalar frente al mar en un extremo de la ciudad de San Sebastián en 1977 y actualmente es uno de los monumentos que mejor identifican a la ciudad.
Eduardo Chillida es uno de los artistas con más premios internacionales y su obra ha sido expuesta en museos y galerías de todo el mundo.