Una estatua de Johnny Cash, leyenda de la música en general y del country en particular, va a ser entronizada en el Salón de las Estatuas (Statuary Hall) del Capitolio, en Washington.
El estado donde nació, Arkansas, ha decidido reemplazar las figuras que actualmente le representan, acusadas de «supremacistas».
Cada uno de los estados que conforman el mapa de Estado Unidos tiene dos estatuas, que en teoría le representan, en el Statuary Hall, una gran galería situada en el interior del Capitolio, el edificio donde se reúne el Congreso.
Las dos estatuas, del siglo pasado, que representan a Arkansas han sido objeto de encendidas críticas y las autoridades han decidido retirarlas: se trata de las efigies de James Paul Clarke, un senador y gobernador de Arkansas que defendía la segregación, y de Uriah Rose, un abogado que apoyó la confederación de estados que defendió la esclavitud durante la Guerra de Secesión.
El Senado de Arkansas ha anunciado que una de las dos estatuas será ahora la de Johnny Cash, un ídolo cuyas canciones, interpretadas con su característica voz grave, han emocionado a varias generaciones.
El autor de títulos como «I Walk the Line», fallecido en Nashville en 2003, estará acompañado en su nuevo destino por Daisy Bates, una periodista afroamericana y una luchadora por los derechos civiles en 2003.
Daisy Bates tuvo un papel determinante, en 1957, en el ingreso de nueve alumnos negros en un instituto de la capital de Arkansas. En aquel momento, el presidente Eisenhower tuvo que enviar al ejército para que los chicos pudieran entrar en clase.