Tal y como prometió en su campaña John Creuzot, el nuevo fiscal del condado de Dallas, Texas, EE. UU., elegido en noviembre de 2018, se ha puesto a luchar contra los «encarcelamientos masivos» por considerarlos costosos, ineficaces y discriminatorios: «Pienso –ha dicho- que el condado de Dallas podría cerrar dos o tres cárceles en los próximos cuatro años de mi mandato. Es mi objetivo».
Según la información publicada en el Dallas Morning News que reproduce el digital francés Slate, el fiscal Creuzot ha anunciado ahora que va a dejar de procesar a los autores de robos «por necesidad» de bienes inferiores a 750 dólares, porque considera «contraproducente» recurrir a los tribunales en esas circunstancias, lo que ha generado una encendida polémica y, en algunos casos, un rechazo frontal, como ha ocurrido con el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, quien considera que no penalizar los robos inferiores a esa cantidad es una forma de «socialismo» y de «redistribución de la riqueza mediante el robo».
«Si alguien tiene hambre puede robar alimentos. Si tiene frío, robar una abrigo. Pero ¿dónde se para esto?», ha preguntado en Twitter, subrayando que solo el Congreso tejano tiene la facultad de cambiar las leyes del estado. El fiscal Creuzot ha respondido que él se refiere solo a «personas pobres y hambrientas que roban para comer, para asegurar su supervivencia».
«Multitud de estudios demuestran que la detención, encarcelamiento y condena de una persona que comete delitos no violentos por necesidad le impiden conseguir la estabilidad necesaria para llevar una existencia respetuosa de las leyes», ha escrito el fiscal Creuzot en una carta abierta dirigida a la población del condado. «La criminalización de la pobreza es contraproducente para la salud y la seguridad de nuestra comunidad», asegura.
Desde esa óptica, ha anunciado que tampoco piensa procesar a las personas sin antecedentes judiciales detenidas en posesión de cantidades mínimas de cannabis; ni a los enfermos mentales y personas itinerantes que cometan los considerados «delitos de violación de propiedad» (trespassing), lo que significará un ahorro de millones de dólares que podrán dedicar a los «servicios de ayuda».
Desde hace mucho tiempo, la cuestión de los encarcelamientos masivos es un asunto controvertido en Estados Unidos y podría ser uno de los argumentos utilizados por los demócratas en la próxima carrera a la Casa Blanca.
Según el Institute for Criminal Policy Research, un centro de investigación con sede en Londres, el índice de encarcelamientos en Estados Unidos es el más alto del planeta, por delante de El Salvador, Turkmenistán y Tailandia.