Un acuerdo suscrito entre el gobierno de Yemen y el opositor Consejo de Transición del Sur (CTS) abre caminos de paz en este país árabe, sumido en un conflicto armado entre fuerzas gubernamentales y milicias hutíes, informa Prensa Latina.
El acuerdo, valorado por varios países y entes internacionales como la Unión Europea, incluye la reorganización de fuerzas de seguridad bajo el liderazgo del ministerio del Interior, según el documento oficial rubricado este 5 de noviembre de 2019.
El pacto establece también el compromiso de las dos partes para respetar el papel de todas las autoridades e instituciones del estado yemenita, de ‘conformidad con los arreglos políticos y económicos establecidos’.
Según este mecanismo, el actual Gobierno de Yemen, reconocido por la comunidad internacional, retornará a la ciudad costera de Adén, tomada por fuerzas separatistas del CTS en agosto último, y en un plazo de siete días formarán un nuevo ejecutivo con representación igualitaria del norte y sur del país.
El convenio incluye garantizar los derechos de ciudadanía para todas las personas de Yemen, así como evitar la discriminación regional, sectaria y la división.
Las partes se comprometen, además, a detener ‘todo tipo de campañas mediáticas y aunar esfuerzos contra el terrorismo’ para el logro de la seguridad y estabilidad en el país árabe.
Con el propósito de implementar las disposiciones del acuerdo, se conformará un comité, encabezado por la Alianza para el Apoyo a la Legitimidad Constitucional en Yemen, bajo el liderazgo de Arabia Saudita, país que junto a otros Estados Árabes conforman una coalición de apoyo a Yemen.
La Unión Europea ha señalado que las partes firmantes deben «aprovechar esta oportunidad para reanudar el trabajo hacia una paz negociada y sostenible bajo los auspicios de las Naciones Unidas, asegurando la participación de todos los yemeníes en el proceso de reducción y reconciliación», y reafirma el compromiso de «mantener la soberanía, independencia y la integridad territorial de Yemen».
El acuerdo de paz se produce después de casi seis años de guerra en Yemen, que se inició en 2014, cuando los rebeldes hutíes invadieron gran parte del país, incluyendo su capital, Saná.
La crisis empeoró en 2015, cuando una coalición militar liderada por Arabia Saudita lanzó una devastadora campaña aérea con el fin de hacer retroceder a los rebeldes.
Desde entonces, decenas de miles de yemeníes, incluidos numerosos civiles, han muerto en el conflicto, mientras que otros catorce millones (cerca de la mitad de la población de esta nación) corren el riesgo de morir de hambre, según la ONU.