La prostatitis crónica (PC) también llamada síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC) consiste en un dolor en la región pélvica durante un mínimo de 3 meses, con cultivos estériles y recuentos significativos o insignificantes tanto de leucocitos en muestras específicas de la próstata (semen, secreciones prostáticas) y/o en orina obtenida después de un masaje prostático.
Según la clasificación del National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK), la PC/SDPC está clasificada dentro de la categoría III y esta sería una subcategoría en donde se enmarcan leucocitos en secreción prostática espontánea, orina postmasaje prostático o semen.
Su prevalencia, etiología, fisiopatología y terapia óptima es aún incierta ya que ha pasado de ser considerado durante años un proceso infeccioso tratado únicamente con antibióticos, a actualmente un síndrome con una variedad de presentaciones, desafíos diagnósticos y terapéuticos. Incluso para la comunidad médica se ha visto que en esta patología influyen factores fuera del ámbito de la urología, como factores neurológicos, inmunológicos y psicológicos, que lo convierten en un síndrome multidisciplinar que debe ser abordado holísticamente. Esto antes se trataba solamente con antiinflamatorios no esteroideos y con antibióticos pero no funcionan correctamente.
En este sentido se ha documentado que la prostatitis crónica está asociada a desórdenes de salud mental atribuidos a la depresión o a la anorexia y es necesario por tanto, identificar las alteraciones con terapia cognitiva conductual a los pacientes afectados para que puedan manejar la enfermedad y de esta forma tengan mayor calidad de vida.
La disfunción de la musculatura del suelo pélvico está documentada en este tipo de pacientes y se asocia a menudo con dolor, hipertonía y sensibilidad de los músculos de la pelvis si bien, la reeducación del suelo pélvico no está exenta de ese dolor crónico que refieren los pacientes.
Tanto la hipertonía como la espasticidad de la musculatura pueden dar lugar a un cuadro hiperirritable y la activación en pacientes con esta patología tienen afectados los músculos puborrectal y pubococcígeo que provocan entre otros síntomas dolor local y referido al pene en el 93 % de los casos.
La neuromodulación, basada en la estimulación eléctrica de raíces nerviosas, ha sido utilizada durante décadas en el tratamiento del dolor crónico. Estas técnicas de neuromodulación usadas para el tratamiento de la PC/SDPC incluyen la estimulación sacra, del nervio tibial posterior y nervio pudendo, aunque sólo la estimulación de la raíces sacras y del nervio tibial posterior están aprobadas por la US Food and Drug Administration.
Ninguna de estas técnicas están reconocidas como terapias estándar del tratamiento del SDPC, aunque han mostrado resultados favorables así como la electroestimulación nerviosa transcutánea y la terapia térmica como otras formas de abordaje en la búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas.