La huelga general en Francia contra la reforma del sistema de pensiones propuesto por el presidente Macron perdura y se refuerza en su segunda semana desde el 5 de diciembre de 2019.
Una nueva jornada de manifestaciones multitudinarias se celebró en todo el país el martes 10 de diciembre de 2019, víspera del anunciado discurso del primer ministro Edouard Philippe, que ha aportado algunas precisiones sobre el deliberadamente confuso “sistema de pensiones por puntos”.
Los sindicatos indican que participaron en la jornada 800 000 manifestantes en toda Francia, 180 000 en Paris, cifras que la policía cuantifica en 339 000 en Francia y 31 000 en Paris. Tal fue la importante participación en las manifestaciones del 10 de diciembre, en espera del anunciado discurso gubernamental.
La intervención del primer ministro Edouard Philippe este miércoles no ha hecho sino confirmar lo bien fundado de la inquietud de los franceses, que sostienen mayoritariamente el movimiento de huelga en defensa del actual sistema solidario de pensiones. 69 % según los sondeos de opinión.
La huelga continua y se ha endurecido aun más tras las precisiones del ejecutivo, que había mantenido una nebulosa de declaraciones contradictorias sobre sus verdaderas intenciones.
La CFDT, único sindicato de trabajadores que había aceptado el proyecto de “pensión por puntos”, se ha alineado ahora con el conjunto de las organizaciones sindicales y de las organizaciones políticas de izquierdas y ecologistas, que reclaman el abandono de dicho proyecto por injusto y antisocial.
Al precisar Edouard Philippe que la edad limite de la jubilación será de 64 años, la CFDT se declara “traicionada” por la supuesta concertación del gobierno y llama a manifestarse con el conjunto de las organizaciones sindicales el próximo martes 17 de diciembre. Recordemos que la base militante de la CFDT participa en las huelgas de la SNCF y la RATP, no obstante, la posición de su dirección nacional.
Las demás precisiones del primer ministro confirman su voluntad de dividir y enfrentar a los franceses unos contra otros, y unas generaciones contra otras. Para intentar calmar los ánimos de los huelguistas, la reforma gubernamental prevé que la jubilación por puntos afecte solamente a los franceses nacidos después de 1975.
Dicho de otro modo: Macron propone a los huelguistas que sacrifiquen de forma egoísta el futuro de sus hijos y de sus nietos.
Fabien Villadieu, del sindicato SUD rail RATP, ha resumido bien la posición de los huelguistas frente a esa indecente propuesta gubernamental: “Yo educo a mis hijos diciéndoles: lo que es bueno para ti, es bueno para todos. Si ceden con nosotros, deberán ceder con nuestros hijos. Si no ceden con nuestros hijos, no volveré al trabajo”. Así las cosas. La huelga general continua y se refuerza para reclamar que el gobierno retire su proyecto.
En la jornada de hoy ha sido bloqueado el puerto de Le Havre, así como los puertos de Marsella y la Rochelle, la huelga ha sido masivamente reconducida en los transportes, SNCF, RATP, estudiantes y profesores, personal hospitalario. Siete refinerías de petróleo han entrado en la huelga contra la reforma de Macron.
Todo parece indicar que no habrá tregua de navidad, si el gobierno se obstina en mantener su proyecto de destrucción del actual sistema de pensiones.
Numerosas manifestaciones se han desarrollado hoy en París y en diversas ciudades de provincias de forma espontánea, sin llamada previa de los sindicatos, en Normandía, Pirineos atlánticos, Marsella, Burdeos, Saboya, Vaucluse, Vienne, Morbihan, Marne, Mosela, Indre, Isere, Creuse, Limoges… manifestaciones diversas y bloqueo de carreteras para protestar contra el proyecto de reforma gubernamental tras la intervención ayer del primer ministro. La bronca es general y en todo el territorio nacional.
Aunque la izquierda francesa se encuentra política y electoralmente fragmentada, el ultra liberal proyecto de pensiones de Macron presentado por su primer ministro ha provocado ayer un sobresalto: el conjunto d las organizaciones de izquierdas y ecologistas se reunieron en Saint Denis, periferia de París, para proponer una alternativa a la reforma de las pensiones y dar su apoyo total a la actual huelga general.