A lo largo de la amplia frontera de más de 1200 kilómetros entre España y Portugal, conocida como La Raya o A Raia, según el lado en que se esté, existen asentadas localidades muy cercanas que han vivido de esta singular convivencia desde hace siglos, solo alterada por el cambio que produjo la guerra de las naranjas con el paso de la localidad de Olivenza en 1801 a manos españolas y aun reclamada por los irredentistas portugueses.
En este punto conviene recordar y mirar a una villa que da nombre al tratado, firmado en 1297, mediante el cual precisamente Olivenza fue transferida por el Reino de Castilla al Reino de Portugal, la localidad zamorana de Alcañices, capital de la comarca de Aliste.
Alcañices forma parte de la España rural que algunos tildan de vaciada. Un dato, ocho de cada diez localidades zamoranas de La Raya están en peligro de despoblación. Apenas cuenta con algo más de mil habitantes y tiene, como gran servidumbre, estar atravesada por una carretera nacional, la N-122, que a su vez, la acerca a la vecina Portugal, por lo que está acostumbrada a las paradas de viajeros, en especial en verano. Este cuello de botella de la travesía urbana por la que pasan camiones de gran tonelaje hacia el vecino país reclama la atención de los vecinos.
Su nombre siempre está vinculado el histórico Tratado de Alcañices del que se cumplen más de siete siglos, en concreto, va camino de los 725 años desde su firma. Entonces la villa se vinculó al joven rey Fernando IV ‘El Emplazado’ (1285-1312) de Castilla y al rey Dionisio I, Don Dinís ‘El Labrador’ (1261-1325) de Portugal.
El tratado dio nombre a una de las fronteras más antiguas de toda Europa y sirvió para que cinco siglos después hubiera un reconocimiento del hecho histórico en la villa, si bien, no existe un centro de interpretación o mayores referencias. No obstante, en 1997 acudió el entonces presidente portugués Jorge Sampaio, detalle que fue agradecido posteriormente en 2006 nombrándolo hijo adoptivo.
La localidad se encuentra a pocos kilómetros de la frontera de Portugal por la carretera transfronteriza de las Tres Marras –mejorada el año pasado- que va hacia Vimioso, a unos veinte kilómetros, y también se halla a apenas treinta kilómetros de Miranda do Douro y cuarenta de Bragança.
Siempre vinculada a La Raya, Alcañices cuenta con un casco histórico donde destaca entre sus cuatro cubos, el Cubo del Reloj, uno de los símbolos de la localidad y que da pie a una coplilla: ‘Si pasas por Alcañices, no preguntes qué hora es, porque el reloj de la plaza da la una, y son las tres.’ Los otros tres cubos son de la Villa o la Fuente, de la Tía Cañona y del Trincherón.
Junto a la carretera N-122 se encuentra la iglesia renacentista, denominada el Convento o Santuario de la Virgen de la Salud, del siglo XVI y en cuyo interior se encuentra la imagen de la patrona de la villa, la citada Virgen –celebración al inicio de julio-. Está anexo al antiguo monasterio franciscano el centro cultural y oficina de Turismo. Precisamente la huella franciscana está en la cofradía de la localidad, la Vera Cruz, donde celebran cada año diferentes procesiones de Semana Santa con su característica capa alistana la del Jueves Santo.
Por otra parte, destacar la residencia para la Tercera Edad ‘Virgen de la Salud’ que gestiona Cáritas, con presencia religiosa, para los mayores de la localidad y comarca. Está situada en un edificio histórico, el antiguo palacio de los marqueses de Alcañices. Mencionar asimismo las antiguas escuelas de estilo neoclásico.
También citar la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, con portada románica del siglo XIII, pero reformado el templo en el barroco. Su última restauración fue hace más de un cuarto de siglo en 1994. Hay una placa en el exterior que recuerda el Camino de Santiago y es que la localidad forma parte de una variante de la Ruta de la Plata desde Zamora, por lo que existe un albergue para peregrinos.
En lo que se refiere a la gastronomía el dulce típico es denominado ‘los borrachos’. Este mismo nombre se usa en otras partes de España e incluso Latinoamérica –Argentina, Venezuela…- pero la receta local se centra en el bizcocho con almíbar, que incluye coñac, y canela. De la confitería local salen más de 22.000 borrachos en los meses de verano.
Asimismo en la zona se produce vino, de carácter pequeño y familiar, y que llevan el nombre de la comarca como ‘Marina de Aliste’ y ‘Caminos de Aliste’.
Como curiosidad, el nombre de Alcañices es de origen árabe, -aunque su presencia fue de menos de un siglo- si bien existen diversas versiones, puede ser Al-Qannis o Al-Kanaís, traduciéndose por las iglesias –bien podrían ser las sinagogas, por la antigua presencia judía- o, según otra traducción, las cañas o cañizos. También en su escudo aparece una especie de cimitarra árabe.
La villa zamorana actualmente forma parte desde 2015 de la Reserva de la Biosfera ‘Meseta Ibérica’ protegida por la Unesco y que incluye cinco parques naturales (Arribes del Duero, Lago de Sanabria y alrededores, Douro Internacional, Montesinho y Vale do Tua), por lo que se fomenta en la zona, la comarca de Aliste, el turismo rural.