Para que el proceso de enseñanza-aprendizaje propio de un sistema educativo alcance algo parecido a la perfección es necesario que se establezca una intensa colaboración entre los docentes, de tal manera que, así, éstos consigan que los alumnos sepan cinco cosas:
La primera de ellas: cuánto de exigente tiene el hecho de aprender.
La segunda, qué es lo que están aprendiendo.
La tercera, por qué lo están aprendiendo.
La cuarta de esas cosas, aprender a reconocer cómo sabrán que lo han aprendido.
Y la quinta, qué es lo que significa haber aprendido.
Esto es lo que explica la escuela educativa que promueve una visibilización significativa del aprendizaje (el aprendizaje ha de ser obvio, reconocido, visto, no solamente asumido). Para esa manera de entender la educación, el objetivo de ésta y de un sistema educativo civilmente eficaz es que los alumnos aprendan a ser sus propios maestros.
El profesor y pedagogo neozelandés John Hattie acuñó en 2008 la expresión aprendizaje visible y es quien ha difundido las conclusiones de sus estudios en torno a esa manera de comprender el proceso de enseñanza-aprendizaje, basados en el análisis de decenas de miles de investigaciones y encuestas a estudiantes.